ESTRELLAS DE LA REGULARIDAD
Entrevistas / Superchunk

ESTRELLAS DE LA REGULARIDAD

David Broc — 29-10-1999
Fotografía — Archivo

Confirmado como uno de los grupos más regulares de la escena independiente norteamericana, Superchunk retoman el pulso de la actualidad con «Come Pick Me Up», un nuevo ejemplo de concreción, inteligencia, simplicidad y distinción. Superchunk, otra vez, como siempre, infalibles. No, Superchunk no tienen un disco malo. Eso es imposible. ¿«Foolish»? ¿Qué pasa con «Foolish»? Es un buen álbum que, además, gana enteros con el paso del tiempo. Bueno, ése podría ser el único escollo que la crítica ha dejado en el camino del grupo, pero los años han arreglado el problema. No se esfuercen, amigos. Superchunk es una de las bandas más regulares del planeta. Y tanto la historia como mi estantería de cedés pueden certificarlo con una discografía que se ha movido entre dos frentes: el del notable y el del bien. En la primera categoría, podemos encasillar a «On The Mouth», «Indoor Living» y este «Come Pick Me Up»; en la segunda, hallamos «No Pocky For Kitty», el recopilatorio «Incidental Music», «Foolish» o «Here´s Where The Strings Come In». Lo del debut, «Superchunk», es otra historia (juventud, precariedad de medios, inexperiencia...). Jim Wilbur, guitarrista, echa un vistazo a su discografía. «Tampoco pienso mucho en los discos antiguos de Superchunk. Sé que están ahí, que son buenos trabajos y poco más. Yo no soy de esa clase de tipos que se ponen a analizar la música que hicieron tres, cuatro o cinco años atrás. Quiero decir que, bueno, me gustan todos mis discos, pero tampoco estoy obsesionado con ellos». Vale, pues echémosle un repaso a «Come Pick Me Up». Observaciones a primera vista sobre el particular: Superchunk han aflojado el ritmo otra vez (ya lo hicieron en «Indoor Living»), han introducido con sigilo instrumentos de viento y han conseguido, en resumen, hacer su disco más pop. «Sí, está claro. De todas formas salió así, espontáneamente. Nos dimos cuenta que era un disco más pop una vez teníamos todas las canciones hechas y escritas y ya entrábamos en el estudio. Lógicamente, el hecho de trabajar con Jim O´Rourke en la producción acentuó aún más esa dirección musical. Pero, repito, esa no era nuestra intención inicial, porque, de hecho, cuando empezamos a escribir no teníamos ni idea de qué era lo que queríamos para el disco». Un cúmulo de circunstancias que se juntaron para orquestar este magnífico episodio de melodías pop con sabor agridulce llamado «Come Pick Me Up», un álbum que, dicho sea de paso, incluye dos canciones («Hello Hawk» y «Cursed Mirror») por las que uno sería capaz de hacer cualquier barbaridad. Dos hits tremendos que sintetizan con absoluta perfección el discurrir sonoro de su nueva entrega. Y Jim O´Rourke se antoja uno de los culpables. «Siempre hemos querido trabajar con Jim, pero, por un motivo u otro, nunca lo hemos podido hacer. Para la grabación del álbum volvimos a pensar en él y esta vez sí fue posible la colaboración». Una coincidencia de ambas agendas que ha propiciado esta marcada tendencia a abrazar terrenos más pop. De hecho, Jim O´Rourke es uno de los principales renovadores del género en Estados Unidos. «Bueno, supongo que tiene parte de culpa. A nosotros nos gustan mucho sus discos y los trabajos que ha producido, y su participación en «Come Pick Me Up» tiene algo que ver en el resultado final. Pero yo diría que es una suma de ambas partes». Partes a las que hay que añadir la anecdótica aparición de un Bob Weston (aquí toca la trompeta) poco dado a este tipo de colaboraciones. «Bob es un buen amigo nuestro y, además, somos fans de todo lo que hace. Esta vez intentamos experimentar un poco con algunos arreglos de saxo, trompeta o violín, ya que nos atraía la idea de barajar diversos enfoques de las canciones. Y la verdad es que me gusta cómo ha quedado el resultado». En fin. Superchunk han vuelto a dar en la diana. Vamos, que no fallan. Lo suyo tiene mérito. Dejaron muy claro su mensaje hace ya una década y, partiendo del mismo, han sabido girar a su alrededor sin repetirse, sin agotarse, sin relajarse. Y hay que tener en cuenta que Superchunk es un grupo que vive y sobrevive perfectamente bajo la sombra de la rutina impuesta por el la cadena ‘disco-gira-año sabático-disco’, circunstancia que, recordemos, ha acabado con infinidad de bandas. Imagen casi bucólica que se vino abajo ahora hace un año, justo cuando empezó a correr un rumor que anunciaba la disolución de la banda. Jim matiza. «Hum, ese rumor lo difundimos nosotros mismos (risas). Sí, fue como una pequeña broma entre nosotros. El hecho es que tras publicar «Indoor Living» se produjeron muchas separaciones y muchas reuniones de diversos grupos, y nos pareció gracioso y un poco irónico proponer nuestra separación». No, si encima de buenos, también son entrañables.

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