“Este disco me ha transtornado”
Entrevistas / Clark

“Este disco me ha transtornado”

Luis J. Menéndez — 15-12-2014
Fotografía — Archivo

Como en el mejor thriller psicológico, las circunstancias encajaron para hacer de “Clark” (Warp/Music As Usual, 2014) el gran disco de electrónica “warpiana” de esta década. Su autor no es capaz de explicar qué le llevó a aislarse durante meses para darle forma o incluso a bautizarlo con su nombre. Simplemente… no pudo haber sido de otra forma.

Creo que eres muy riguroso con tus hábitos y te levantas todos los días tempranísimo para ponerte a trabajar, ¿cierto? Así que cómo te enfrentas a un concierto como el de hoy en la Mondo Disko que arranca a las 02:00 de la madrugada.

De hecho hoy me levanté muy pronto, a eso de las 2:30, porque acabo de comprar un nuevo sampler y quería ponerme con él para ver cómo funciona, así que cuando el concierto empiece llevaré 24 horas sin dormir. En realidad me gusta este estado cuando llevas demasiado tiempo sin dormir y tienes la sensación de estar como en un sueño.

Recuerdo que Kevin Shields hablaba precisamente de eso a propósito de “Loveless”: durante la grabación se forzaba deliberadamente a no dormir y esa alteración de los sentidos que provoca la falta de sueño tenía mucho que ver con el peculiar sonido del álbum.

Sí, hace que tu percepción se suavice, como si fueras de ácido.

Hasta donde sé sólo haces live, lo que en un músico de tus características es un poco raro. ¿Se me escapa algo? ¿Ejerces eventualmente de DJ?

No, no, siempre directos. Me gusta pinchar, pero no soy bueno porque no le dedico el tiempo suficiente. Sí que remezclo canciones de otra gente, pero lo de pinchar en clubs… creo que apostaría por tipos de música muy diferentes, y eso no suele funcionar, en las discotecas los géneros suelen estar muy definidos, lo que personalmente encuentro muy aburrido. Además creo que ser DJ necesita mucha disciplina, y a fin de cuentas a mí lo que realmente me gusta es hacer mi propia música, no centrarme en la que hacen otras personas.

Hablemos de “Clark”, tu nuevo álbum. Como ya viene siendo casi una tradición en tu discos la información y los créditos son más bien escasos. ¿Hay algo importante que deba conocer a propósito de este séptimo álbum antes de empezar la entrevista?

No, creo que no… más allá de que las imágenes que aparecen en la carpeta son importantes para mí. Aparecen representados un puente, una dentadura, un bosque y fuego. Y me parece interesante la narración que esos conceptos ofrecen.

Creo que te retiraste a una casa en el campo durante unos meses para grabar el disco.

Sí, había muchos animales alrededor. Vacas, montones de vacas. Era un lugar en medio de ninguna parte en Inglaterra y sin gente viviendo alrededor en unas cuantas millas. Con la excepción de un amigo que vino a verme un par de veces estuve absolutamente solo durante esos cuatro meses y la verdad es que era una locura. Mi anterior disco se hizo justamente al revés: grababa unos ritmos de batería y quedaba con gente que iba pasando por el estudio, hablaba con ellos de las canciones,…. “Clark” es el resultado de la introversión más absoluta, algo que siempre me había interesado. La música que se hace en solitario desde el aislamiento resulta inevitablemente singular. Hay una atmósfera peculiar, porque se convierte en una lucha que mantienes contigo mismo para encontrarte cómodo en esa situación. Al mismo tiempo te facilita el proceso porque no existen distracciones.

¿Dirías que eres un solitario?

No creo. Quiero decir, puede que lo sea por naturaleza, pero hago esfuerzos por no comportarme como tal. Pero sí que soy una persona introvertida. Cuando le preguntas a alguien que es extrovertido cuál es su comportamiento generalmente no sabe qué responder, sin embargo los que somos introvertidos sabemos perfectamente que así es, jajaja. Pero, como te digo, yo hago esfuerzos para corregirlo y quedar con amigos, aunque a la hora de hacer este disco haya optado precisamente por lo contrario.

Está claro que el que el disco se grabara de este modo ha resultado un éxito. Pero ¿cuándo, cómo y por qué decides que el disco debía hacerse de esta manera?
Mi chica es bailarina y trabajamos a menudo juntos. Ella tenía un proyecto en enero del que compuse la banda sonora, y de alguna forma ella ejercía de “jefa” conmigo. Después de eso le tocó viajar una temporada y pensé que era el momento ideal para hacer algo que fuera completamente para mí. Fue como una bombilla que se encendió repentinamente, porque después de aquel proyecto lo cierto es que necesitaba meterme con mi disco, y la idea de irme a algún lugar de Inglaterra completamente solo sonaba increíble.

¿Trasladaste tu estudio allí?

En realidad fue muy sencillo porque en esencia éste es un disco compuesto con el ordenador y algún sinte, pero no demasiados. Creo que las ideas son mucho más importantes que las herramientas, si tienes una idea puedes llevarla a cabo en el ordenador, tampoco necesitas mucho más.

¿Qué herramientas realmente consideras esenciales para grabar un tema?

Es algo que depende del momento. El mismo sampler que compré ayer me encanta. Pero también puedo escribir las ideas y luego grabarlas de formas diferentes en función del equipo que disponga o las circunstancias. No tiene que ver con el equipo, esa es mi filosofía.

Sin embargo en una entrevista reciente vi las fotos de tu equipo doméstico y era justo lo contrario de la idea de “economía de medios”: toda la habitación estaba llena de instrumentos increíbles.
 Jajaja. Sí esa entrevista es muy divertida. Resultó un poco embarazoso porque querían hacerme unas fotos y les llevé a mi antiguo estudio, pero la verdad es que apenas paso tiempo allí ahora mismo. Quiero decir, me gusta pero creo que tantos instrumentos de alguna forma me distraen de la idea principal, que es que prefiero conseguir un solo sonido bueno que cuarenta sonidos diferentes que no lo sean. Cuando tienes demasiado equipo tiendes a utilizarlo todo un poquito, pero no lo suficientemente bien.

Hay una ruptura clara con el sonido de “Iradelphic”, que contaba con múltiples capas, instrumentos orgánicos y hasta guitarras. Cuándo y cómo se produjo esta ruptura…

Fue algo que fue sucediendo poco a poco, no hubo una decisión repentina de que tenía de que dejar de trabajar de aquella manera. Siempre he usado el ordenador como elemento principal. Tampoco quiero decir que no voy a volver a utilizar instrumentos en el futuro: supongo que sí. En realidad con cada disco cambio completamente la configuración, me resulta interesante, me gusta ponerme en esa sensación de riesgo en la que no sabes lo que va a pasar a continuación, porque creo que te aleja de la zona de confort y te hace sentir vivo. Reproducir una única manera de hacer música es algo que me resulta aburridísimo.

¿Consideras cada uno de tus discos como etapas con un principio y un final en las que has desarrollado una serie de ideas concretas?
Sí, en cierto modo. Son como capítulos. Y hay algo extraño en escuchar lo que hacías hace un tiempo, reconoces aquello que estabas explorando en aquel momento y que ha dejado de interesarte ahora. Pero al mismo tiempo escucho cosas que hice tiempo ha y pienso que si tuviera que repetirlas lo haría exactamente de la misma manera. Es una sensación extraña escuchar la evolución y comprobar que a veces ésta no existe, te hace pensar si lo que estás haciendo no es repetir el mismo tema una y otra vez a lo largo de los años. En cualquier caso creo que en mi trabajo siempre ha habido variedad, y de hecho casi podría decirse que tiene algo de confuso en ese sentido, y me gusta. Si el mundo no es ordenado, ¿por qué la música debería serlo? Es una idea ridícula. Nada es perfecto, y eso define a las personas. Por eso tengo la sensación de que nunca he grabado suficiente música. Aunque creo que todo es ligeramente diferente en lo que respecta a este disco, creo que “Clark” de alguna manera me ha trastornado y ahora mismo no tengo ni idea de qué es lo que viene después. Lo que supongo que está bien, no sé…

A la hora de grabar música, ¿hay un intento por tu parte de capturar “algo”?

Sí, una imagen, un sueño,… Es por eso que digo que mi música es imperfecta, porque no deja de ser una suerte de imitación de una idea que está en mi cabeza y que es muy pura. La música viene a ser una especie de diario de esas ideas. Siempre intento aproximarse lo máximo posible a esa idea, pero nunca lo consigo del todo.

¿Y qué función tienen los “accidentes” en ese proceso?

Bueno, los “accidentes” siempre está ahí, en realidad las canciones son un mero accidente en sí mismas, jajaja.

Pero me acabas de decir que con tu música buscas deliberadamente alcanzar una meta, una idea…

Sí, pero es el accidente lo que te descubre eso. Es como hacer terapia con alguien que rebusca en tus sueños, te hace hablar sobre algo y de repente te despierta aquello que estaba en tu subconsciente. En realidad algo que se me acaba de ocurrir ahora a propósito de esta conversación es que tener una charla con una persona es muy parecido a tenerla con un instrumento o una máquina cualquiera, en cuanto que en los dos casos eso puede hacer saltar resortes que permanecían ocultos.

¿Alguna vez te has sometido a psicoanálisis?

No, he leído sobre el tema y no tengo nada en contra, pero para mí la música es mi propia manera de psicoanalizarme, lo que me ayuda. También te digo que en ocasiones no hay esta carga de profundidad en la música que hago, que simplemente un tema es un ritmo o una línea de bajo. Creo que estoy intentando cubrir una serie de áreas distintas.
 


Recuerdo una entrevista que diste hace un tiempo en la que explicabas que cuando empezaste a hacer música era una obsesión para ti. ¿Es lo mismo ahora o algo ha cambiado con el paso de los años?

No, prácticamente nada. No soporto no hacer música. De hecho durante las últimas tres semanas he estado centrado en la promoción del álbum, y es algo que también disfruto, pero para mí es una sensación extraña no estar haciendo música. Me encanta el ritual y siempre quiero más.

Errr, nos hemos ido desviando del tema del disco poco a poco y se me ha quedado colgada una pregunta muy evidente que no puedo dejar de hacerte. ¿Por qué llamar con tu propio nombre a tu séptimo disco?

(Duda por unos instantes…) Creo que fue una especie de test para mí. Cuando empecé a trabajar en él pensé que sería divertido que no tuviera título. Era una manera de desafiarme, un movimiento importante y en un momento dado llegué a pensar también que era una idea estúpida. Y llegó el día en que lo terminé y me sentí tranquilo y confiado en que no podía llamarse de otra manera.

¿Te sientes cómodo con cuestiones que se dan por hecho en la música popular, como que un artista o grupo tengan que ponerse un “nombre de guerra” o que haya que bautizar cada disco o incluso cada canción?

Te prometo que como Clark si hay alguna cosa que no quiero hacer, que me hace sentir incómodo, simplemente no la hago, como ha ocurrido con este disco, que no terminaba de encontrar un título que definiera lo que representaba para mí, así que finalmente terminé sacándolo con mi nombre. Hay cosas de la industria con las que no trago, pero lo de poner títulos a las canciones me gusta, me resulta divertido. Lo que no soporto es cuando la gente pone títulos tópicos a sus temas, todas esas canciones que incluyen un “Baby” o “Love”: “Love Is Over, Baby”, “C’mon Baby” y cosas así, jajaja

Bueno, eso son básicamente “standars”…

Sí, “standards” exacto. Intento que mis temas sean diferentes…

En una entrevista reciente comentabas que te interesa mucho la idea de instrumentos que suenan como humanos. ¿Conecta especialmente este disco con esa idea?

Sí, creo que sí. Cuando dominas el piano, el arpa o la guitarra no resulta complicado que suene bonito y eso no me interesa demasiado. Lo que sí que me interesa es que un objeto como un sintetizador, que tienes configurar, mecánico y un poco frío adquiera una cualidad humana, porque tiene un mayor componente de dificultad conseguirlo cuando no ha sido concebido para ello. Y cuanto más extraño sea el sonido más fascinante me parece conseguir atribuirle una cualidad emocional que no tiene, porque en realidad es sólo un objeto.

¿Y crees que eso precisamente tiene algo que ver con el hecho de que tu música conecte con gente que no escucha habitualmente música de club?

Sí, puede ser… También es cierto que yo no hago música de club, actúo habitualmente en ellos pero mis temas no son del tipo de lo que suele sonar allí y no están dirigidos a una escena concreta, sino a cualquiera que quiera escucharlos.

Sí, pero sabes que para mucha gente que escucha música las líneas están claramente marcadas en función de si utilizas guitarra o un ordenador, si es música instrumental o cantada… De hecho esa es otra de las cosas que quería preguntarte, porque tras el protagonismo que la voz tenía en “Iradelphic” incuso con una intérprete como Martina invitada, en “Clark” la voz brilla por su ausencia.

No hubo una intención previa, simplemente sucedió así. Lo cierto es que con este disco me obsesionó mucho no poner más elementos de la cuenta, no añadir demasiada pimienta a la sopa.

Tengo la sensación de que con el paso del tiempo has ido quedándote cada vez un poco más solo como representante de ese “sonido Warp” que cada vez es menos nítido. No sé si tú tienes también esa sensación de outsider o francotirador…

Jajaja, sí, un poco. Lo que pasa es que todo el mundo cuando empieza tiene unos referentes muy claros que se van diluyendo con el paso del tiempo. De hecho los discos de Warp que aún hoy me siguen influyendo son las primeras referencias. En cualquier caso Warp a día de hoy es un sello que celebra la diversidad de sonidos, hoy más que nunca y a mí me parece genial que así sea. De hecho cada vez estamos todos más disgregados por el mundo, no quedamos para vernos, y me parece algo positivo que así sea y que cada cual tenga su propio camino marcado.

¿Te afecta el vivir en Berlín de alguna forma a la hora de hacer música?

No, la verdad es que no. De hecho viajo por todo el mundo habitualmente.

¿Conoces a otros músicos allí?

No, la verdad que no, jajaja

Una curiosidad, sé que eres muy fan de Scott Walker…

Sí, sí, cierto, pero sobre todo de su material clásico.

Vaya, tenía ganas de preguntarte por su disco con Sunn O)))

Bueno, es uno de esos artistas que siempre tiene mi atención, pero por encima de todo me interesa su material melódico. Es, digamos, mi faceta romántica, jajaja. Pero sobre lo que me preguntabas, te diré que el sonido de guitarras es increíble. La verdad es que me alucinaría colaborar con él. Tal vez para el siguiente disco, quién sabe, veremos...

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.