¿En qué sueñan los fantasmas?
Entrevistas / Opeth

¿En qué sueñan los fantasmas?

David Sabaté — 20-01-2006
Fotografía — Archivo

La historia del rock está repleta de bandas de culto. Algunas de ellas cuentan con espectaculares instrumentistas en sus filas, otras poseen un carácter misterioso, pero tan sólo unas pocas han sabido mantenerse en lo alto combinando tradición e innovación. Los suecos Opeth reúnen todas y cada una de esas características. “Ghost Reveries” (Roadrunner/Divucsa) es su último disco y uno de los mejores álbumes de metal del pasado ejercicio.

Nadie apostaría unas cervezas a que Mikael Akerfeldt es fan de David Coverdale y de David Lee Roth. El hair rock de los ochenta se aleja bastante de la música de Opeth, una de las bandas death más estimulantes de la actualidad. Así lo corrobora su último trabajo de estudio, “Ghost Reveries”, con el que los suecos llevan más allá su habitual combinación de elementos clásicos del género e imaginativos desarrollos instrumentales propios del rock progresivo de los setenta. Aunque Opeth son algo más que un simple collage entre Dream Theater, Death y King Crimson. Quince años de dedicación y trabajo constantes les han permitido alcanzar un sonido propio y una visión realista de su carrera. Por no hablar de una total independencia artística.

"Estamos contentos de que no haya otros grupos haciendo exactamente lo mismo que Opeth"

“Es imposible de explicar. No hay una respuesta a la pregunta de por qué sonamos así. La música que hacemos es la que nos gusta escuchar. Tenemos un sonido propio que intentamos desarrollar y expandir disco a disco. Queremos probar cosas nuevas, que Opeth sea sinónimo de progreso, aunque a nuestra manera, sin sacrificar nunca nuestro sonido. No vamos a grabar nunca un disco techno. No componemos pensando en vender más discos. Para mí el ser músico es aún una profesión muy creativa. No quiero dinero, pero si además lo ganamos, no lo rechazaré”, afirma sonriendo el cantante en los camerinos de la barcelonesa sala Apolo. “Ghost Reveries” sigue el camino trazado por el binomio “Deliverance”-“Damnation” mezclando sus logros y recuperando al mismo tiempo la dureza y el espíritu de sus primeros pasos. Mantiene también el medido virtuosismo de la banda, su elegancia formal y el perpetuo halo de misterio que envuelve sus composiciones. “Nunca hemos tenido una imagen. Creo que nuestra música ha sido siempre nuestra mejor tarjeta de presentación, aunque es cierto que al principio jugábamos un poco más con un cierto aire de misterio, con fotografías de nuestras siluetas o de nuestro reflejo en el agua”. Algo de ello se desprende también del título de su nuevo disco, algo así como ‘ensoñaciones fantasmales’. “Hay algunas letras que hablan del concepto de fantasma tradicional pero intentando abordar el tema desde una óptica adulta y madura”. ¿Acaso ha vivido Mikael Akerfeldt alguna experiencia sobrenatural? “No de manera muy evidente, pero sí, como mucha gente. Por ejemplo, en el apartamento de mis abuelos, muertos hace años, a veces se oyen voces o se abren puertas. Alguna vez he notado a alguien tocarme la espalda, me he girado y no había nadie. Cosas de este tipo. No son realmente historias de fantasmas pero quiero creer en ellas”. Y bien que hace. Aunque mejor dejemos en paz los espíritus para hablar de tres personas de carne y hueso: dos que se van y una que llega. El co-productor Steven Wilson, fundador, cantante y guitarrista de Porcupine Tree, abandona el barco tras colaborar en sus tres anteriores discos. “Siempre me ha ayudado mucho con las voces, especialmente en ´Damnation´. Yo estaba cansado y algo desanimado, poco seguro de mí mismo, y él llegó como una bocanada de aire fresco. Es una persona muy positiva. Esta vez no ha podido trabajar con nosotros aunque no ha sido un gran problema porque yo he estado involucrado en la producción de nuestros discos desde el principio. En cuanto a Martín –López, batería-, nos ha dejado tirados con mucho trabajo en más de una ocasión. Si vuelve, aún está en la banda, pero tiene que dar el cien por cien”. Al otro lado de la balanza entra definitivamente el teclista Per Wiberg (Spiritual Beggars). “Forma parte de la expansión de nuestro sonido. Ha sido interesante componer teniendo en cuenta los teclados. Su mayor presencia me ha ayudado a inspirarme y a trabajar las melodías de otra manera. Además, Per es fantástico, un músico de verdad”. Por último me intereso por cómo valoran Opeth, como pieza clave de su engranaje, la escena metálica actual. “No paran de salir nuevas bandas, aunque la creatividad parece algo del pasado. Ya no hay gente como Voivod, por ejemplo. Los grupos de power y death metal suenan todos iguales para mí, incluso las grandes bandas progresivas. Escribimos y componemos para nosotros y estamos contentos de que no haya otros grupos haciendo exactamente lo mismo que Opeth”.

Un comentario
  1. I feel exactly the same, I got into it all for the same rosean and the same way, except I had Elvis instead of Hendrix to begin with. Pantera are still the greatest in my books, and Floods is one of my all time favourite songs. Theyve also inspired a whole generation of amazing music.

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