EN MITAD DE NINGUNA PARTE
Entrevistas / Orbital

EN MITAD DE NINGUNA PARTE

Redacción — 26-02-1999
Fotografía — Archivo

Fueron unos de los elegidos para llevar la ofrenda electrónica a la morada de esa deidad implacable que conocemos como comercialidad. Paul y Phil Hartnoll se prometieron no salir de su fragua hasta haber pulido el último contorno del objeto más bello que la humanidad jamás viera. Y lo consiguieron. «n Sides» cautivó a todos los mortales que no dudaron en elevar a la categoría de semidioses a los hermanos británicos. Sin embargo, tres años después, muchos de sus adoradores dicen haber perdido la fe en ellos. Un nuevo single, «Style», puede llevar a Orbital del Olimpo al Hades. Veremos.

A veces una buena acción o un acierto puede joderte el resto de tu vida. La buena acción o acierto de Orbital se llama «In Sides» (Internal/Polygram, 96), y puede ser que los Hartnoll lamenten semejante genialidad durante el resto de su vida. El peso de una obra maestra -dejémoslo claro ya: el tercer álbum de Orbital es una de las obras claves de la década- puede astillar la columna vertebral de cualquiera y los hermanos Hartnoll han sabido curvar la espalda correctamente hasta ahora. Aun así hay que andar con tiento: su inminente «In The Middle Of Nowhere» podría restarles fuerzas y sepultarles bajo las toneladas de talento de su anterior trabajo. Nótese el uso del condicional porque la única degustación a la que se ha tenido acceso es «Style» (Internal/Polygram, 99), un single de adelanto que ha hecho fruncir más ceños de los esperados. Paul Hartnoll al otro lado. «Siempre se compara lo nuevo con lo anterior. Así que ya estamos mentalizados de que nuestro nuevo trabajo se va a juzgar en función de «In Sides». A mí no me preocupa demasiado esta especie de presión puesto que para mí el último disco es siempre mi favorito y, lo cierto es que prefiero este álbum a «In Sides». Tan sólo puedo desear que a la gente le pase lo mismo. Mira, cuando realmente sentimos presión fue en nuestros comienzos, quizás porque todavía no habíamos conseguido nada y teníamos mucho camino que recorrer. Cuando todo empezó a funcionar bien fue cuando nos relajamos y nos propusimos evitar este tipo de preocupaciones». La nueva jugada de Orbital son cuatro minutos de progresión aritmética en los que un ritmo kraftwerkiano y una melodía de electro-gaitas van cubriéndose con infinidad de capas de sonido hasta alcanzar una suerte de éxtasis electrónico de tintes casi épicos. «Es una canción que surgió de la frustración más absoluta. El sentimiento de que no vas a ninguna parte nos impulsó a escribirla y lo cierto es que se nota en la música. Habíamos estado mucho tiempo sin componer, ocupados en otros proyectos, y cuando decidimos ponernos manos a la obra en el nuevo disco nos preguntamos : «bueno y ahora, ¿por dónde empezamos?». Estuvimos cerca de dos semanas sin conseguir nada positivo. Así que un viernes por la mañana cogí el loop y me propuse hacer algo que sólo tuviera la melodía y el ritmo y que todo los demás sonidos surgieran de allí. Cuando estás totalmente frustrado y parece que no te queda creatividad, tienes que probar algo totalmente nuevo, algo que se salga de lo normal. Así surgió «Style», el tema». El ánimo celebratorio, la textura y el tratamiento de los sonidos, el sentimiento en definitiva no puede buscarse en el resto de la obra de los hermanos Hartnoll porque no está. La sorpresa, sin embargo, puede despertar recelos. «Sinceramente, siempre que sacamos una canción de adelanto para un nuevo álbum nos dicen lo mismo. La verdad es que nuestro objetivo es ofrecer algo diferente de lo anterior, fíjate en «Satan» y «Chime» son temas completamente distintos. Nos gusta jugar con distintos géneros y tipos de música». Pues lo cierto es que la nueva composición de Orbital ha dibujado un rictus de decepción en el rostro de casi todos los que la han escuchado. Con un botón de muestra como éste, resulta difícil defender un disco que mucho tendría que distanciarse del single para satisfacer al público. «In The Middle Of Nowhere», ese álbum que tenía que suceder al fascinante «In Sides» y sobre el que tantas esperanzas había puesto la escena electrónica, puede quedarse en uno de los bluffs más dolorosos del año. «Bueno, tengo que decirte que «Style» es la canción que más se aleja del sonido del disco, así que tampoco es representativa. «In The Middle Of Nowhere» es un álbum mucho más bailable que «In Sides» o «Snivilisation». Y lo más importante, creo que es un trabajo muchísimo más alegre. Nos hemos dejado influenciar más por el funk-rock de los setenta, así como también por el big beat. Hay bastante diversidad, pero si tengo que pensar en la sensación que transmite en su conjunto diría que es bastante más diferente de todo lo que hemos hecho hasta ahora». Aun así, cabe esperar algún guiño a trabajos anteriores, por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Hay que curarse en salud. «Por supuesto que puedes encontrar el rastro de Orbital en este disco. Cuando digo que es diferente, no me refiero a algo radicalmente opuesto a lo que hemos estado haciendo hasta ahora. Cuando compongo siempre tengo la sensación de estar escribiendo líneas o melodías que ya he hecho antes. La forma en que compones, el método, es siempre el mismo. Con el paso de los años me he tomado nuestras canciones como patrón a seguir. Cuando tienes cinco discos es más fácil seguir un patrón, unas reglas, digamos. Por eso en cada nuevo trabajo se nota la influencia de los anteriores». A pesar de todo, «Style» parece abrir la brecha celebratoria de una formación que había empapado de lágrimas y nostalgia los analógicos. Orbital vuelven a sonreír y sacan un pie de la oscuridad que sugería «The Box» para ponerlo en la lumbre de los ritmos más bailables. «Sin duda es un álbum mucho más rápido; los ritmos están bastante acelerados. La verdad es que no nos propusimos hacer un disco más bailable, simplemente nos sentamos y eso fue lo que nos pidió el cuerpo. No podíamos premeditarlo. Queríamos hacer un disco más alegre y divertido porque los dos discos anteriores eran mucho más reflexivos y oscuros. Intentamos darle un aire más alegre y, sinceramente, creo que lo hemos conseguido. El elemento dance no surgió de la premeditación, salió de forma instintiva, no pensamos en ello hasta que escuchamos el disco y nos dimos cuenta de que era nuestra obra más bailable». ¿Cómo? ¡¿Desafiando al mismísimo Fatboy Slim?! «Dudo mucho que vendamos tantas copias como él (risas)». Así que con un espíritu renovado por el hedonismo, Orbital vuelven a rellenar pentagramas con la mirilla láser puesta en la pista de baile. Este viraje repentino puede hacer fosfatina el timón de un grupo que hasta ahora había esquivado las concesiones a la masa. La prensa no perdona y, a menos que los Hartnoll reinventen el big beat, «In The Middle Of Nowhere» puede recoger tantos desplantes como ditirambos cosechó su predecesor. Con esta incertidumbre sobrealimentada por un single malicioso que parece haberse grabado para desconcertar -a mí, de todos modos, me parece una gran canción-, los adoradores de Paul y Phil Hartnoll acudirán a la primera visita que el grupo haga este año en nuestro país dispuestos a dejarse sorprender. Los asistentes al Espárrago Rock podrán gozar del nuevo espectáculo que este binomio electrónico ha preparado para vestir de gala su nuevo Lp. Pistas, por favor. «El directo será distinto. Seguiremos con el aspecto visual, porque ver a dos tipos tocando máquinas puede ser muy aburrido. Utilizaremos unas pantallas muy grandes que espero que funcionen. Por lo demás no quiero hablar mucho, porque sino perdería la gracia (risas)». Y la incógnita sigue engordando, y engordando, y engordando... «In The Middle Of Nowhere» SERá publicado EN MARZO por Internal/Polygram. Orbital estarán actuando en Espárrago Rock (2 y 3 de ABRIL).

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