“Componer y tocar en un late-night show es una gran experiencia para un cantautor”
Entrevistas / Eleanor Friedberger

“Componer y tocar en un late-night show es una gran experiencia para un cantautor”

Nacho Serrano — 25-01-2016
Fotografía — Joe DeNardo

Tras “My Mistakes” y “Personal Record”, la tercera entrega en solitario de la ex The Fiery Furnaces (aunque al ser un grupo de hermanos, pueden volver cuando les dé la gana), titulada “New View”, ofrece novedades a nivel conceptual más que musical. Recuerda que Eleanor Friedberger estarà tocando en la Jamboree de Barcelona junto a Alberto Montero el próximo 9 de febrero dentro del ciclo Club Alhambra Reserva 1925.

Se mantiene la esencia folkie con aromas dream-pop y esporádicas incursiones souleras y rockeras, pero Eleanor Friedberger respira de un modo muy distinto, más tranquilo y sereno. Contactamos con ella para averiguar por qué, y para indagar un poco más en sus fascinantes influencias de los 70.

Buen trabajo el de “New View”“New View”, Eleanor, me ha hecho interesarme más por tus música. ¿Estás satisfecha con el resultado del disco?
¡Gracias! Estoy muy satisfecha con cómo ha quedado. Casi lo siento como un regalo. Ha sido la primera vez que trabajo con la banda desde el principio hasta el fin –y más allá, diría-, porque ya estuve girando con ellos. Tenía la mayoría de las canciones terminadas cuando fuimos a Los Angeles, donde pasamos dos meses trabajando en los arreglos, y dando algún conciertillo. Cuando llegó el momento de grabar, de vuelta en Nueva York, ya teníamos una idea muy clara de a qué se suponía que debían sonar las canciones, así que fuimos capaces de grabarlas con overdubs muy minimalistas. Clemens Knieper se ha revelado como un ingeniero muy habilidoso, cogiendo mis influencias de los 70 y convirtiéndolas en realidad.

¿Qué ventajas has visto en esta nueva forma de trabajar?
Todo es más excitante. La banda estaba ansiosa de grabar las nuevas canciones después de irnos de gira, en lugar de estar agotados y sin ganas. Es todo más eficiente, porque después de tocar los temas en directo no había ningún misterio. Queríamos grabar algo que sonase a un grupo de seres humanos tocando juntos, ¡y no hay otra forma de conseguirlo que haciéndolo así! Así es como lo hicimos, así es como suena.

¿Por qué te has ido de Merge a Frenchkiss Records?
Tenía un contrato de dos discos con Merge, y cuando terminó, decidí echar una ojeada a ver quién podría estar interesado en trabajar conmigo. La verdad es que está muy bien formar parte de un sello que tiene sede en Nueva York. Me gusta tener la posibilidad de darme un paseo a ver qué se está cociendo por las oficinas.

"No hay planes inmediatos de reunir de nuevo a The Fiery Furnaces,  ni a corto ni a largo plazo".

¿Cuándo comenzaste a trabajar en estas canciones? ¿Hubo algún desencadenante en particular?
El proceso de composición fue desencadenado por dos proyectos en los que trabajé después de publicar “Personal Record”. Primero, toqué la guitarra con el grupo 8G Band en el Late Night de Seth Meyers en la NBC. Quedábamos a las 11 de la mañana y escribíamos las canciones que tocaríamos esa noche en televisión, y eso me enseñó a ser más rápida componiendo, y a no ser tan preciosista en cada detalle. Las piezas de música tenían que ser adictivas e inmediatas, y fue una gran lección de songwriting. Además, me ayudó a mejorar mi técnica como guitarrista. El segundo proyecto fue “Exposed: Songs for Unseen Warhol Films”, en el que hice música para películas de Warhol como parte de una performance con Tom Verlaine, Bradford Cox, Martin Rev y Dean Wareham. Esta experiencia fue completamente opuesta a la anterior, ya que tuve más de un año para componer cada pieza de música, y además tenía que darle más vueltas a su interpretación en directo, ya que no serían grabadas (aunque hubo uno que me gustó tanto, que la he incluido en el disco: “All known things”). La experiencia me recordó la importancia de trabajar en las canciones desde una perspectiva viva, que te obligue a descubrir formas de hacerlas evolucionar junto a tus músicos.

Hay algo fantasmagórico en la canción “Your Word”, una de mis preferidas. ¿Buscabas algo luminoso pero inquietante?
Gracias, también es una de mis favoritas. Y sí, fantasmagórico es la palabra correcta. El segundo verso de la canción viene directamente de un sueño de mi bajista, Jonathan Rosen, que iba sobre mí. Quise escribir una canción con cualidades cuasi-espirituales, en la onda de algunos temas de George Harrison. “Your word is your wand” viene de un viejo libro de autoayuda.

Y después viene “Because I asked you”, con un feeling completamente opuesto. ¿La secuencia de los temas es muy importante?
Sí, estuve pensando en ella a lo largo de todo el proceso de composición. En realidad quería meter transiciones entre las canciones. Iban a ser interludios instrumentales a cargo de mi banda, Icewater, pero al final abandonamos la idea.

¿Hubo muchos descartes? ¿Tenías claro que la canción que publicaste suelta, “False alphabet city”, no entraría en la selección?
Había algunas canciones más, pero ni siquiera llegué a presentárselas a la banda. Una vez tuvimos once canciones y nos las aprendimos, vimos que había un buen equilibrio entre ellas en términos de variación de sonido y temáticas, así que pensé que teníamos suficiente. Nunca valoré incluir esa canción porque la escribí en mitad del proceso del disco, para un proyecto cinematográfico que tuve con la artista Sara Magenheimer. Aunque me encanta la canción, habla demasiado sobre Nueva York y creo que eso hacía que no encajara en este disco, que es muy anti-ciudad, al menos en mi cabeza.

Perdona si la pregunta te molesta, imagino que es una constante… ¿No hay planes para los Furnaces?
¡No hace falta que te disculpes! Pero siento decirlo… no hay planes inmediatos de reunirnos, ni a corto ni a largo plazo. Lo más bonito de estar en una banda con tu propio hermano es que, al contrario que en cualquier otra, la relación nunca termina. Puedo verme grabando discos con mi hermano cuando los dos tengamos 60 años.

Aluciné cuando vi que Soft Machine es una de tus principales fuentes de inspiración. Recuerdo que la primera vez que los escuché, pensé que era la música de trabajo perfecta para un pintor chiflado…
¡Definitivamente es perfecta para eso! (risas). La mejor novedad del pasado que he descubierto recientemente es “UFO” de Jim Sullivan, un disco alucinante de principio a fin. Y más increíble aún es “Crying, Laughing, Loving, Lying” de Labi Siffre. No sé cómo he podido perderme este disco durante tantos años. La voz y las guitarras son preciosas, es como la canción de autor definitiva de los 70.

¿Alguna nueva colaboración entre manos?
Acabo de participar actuando y tocando música en una película llamada “Slow Machine” que acaban de terminar mis amigos Joe DeNardo y Paul Felton. Tengo muchísimas ganas de ver el resultado, creo que no tendremos que esperar demasiado tiempo.

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