El artista escurridizo
Entrevistas / Bigott

El artista escurridizo

Mertxe V. Valero — 03-06-2008
Fotografía — Archivo

El grupo aragonés Bigott fue una de las grandes revelaciones del año 2006. Su primer disco, “That Sentimental Sandwich” (King Of Patio/Junk) se coló en todas las listas estatales de los mejores de aquel año con su folk-rock arenoso y psicodélico. Ahora presenta el autoeditado “What A Lovely Day Today” (Bigott Records).

El artista que se esconde detrás de un frondoso bigote se llama Borja Laudo. No le gusta hacer entrevistas, de hecho en ellas da muy pocas pistas sobre sí mismo o sobre su obra. Y la verdad, con una propuesta como la suya, ni falta que hace. Lo que se le da bien es hacer canciones, introducirse en una cabeza donde se encuentran todos los grandes y escupir un buen puñado de composiciones enormes. Puedes imaginar a Mr. E jugándose un póker con Tom Waits, o a Devendra Banhart recorriendo el desierto tejano junto a un desubicado Nick Drake. Y mientras Johnny Cash les miraría a todos divertido. “What A Lovely Day Today” no comparte la misma estructura que su predecesor. Las primeras notas de la canción que da nombre al disco juegan al despiste. Muy country y reposada. Para ir abriendo boca. “Chirilolailo” empieza a introducirnos en el universo alucinado del artista zaragozano. Trepidante como una manada de caballos desbocados. Aparecen las armónicas y los primeros destellos de genialidad. Pero es en el tercer corte del compacto donde se desarrolla toda la fuerza y creatividad de Bigott. “Marymonkey” nos devuelve el rock espacial, los arreglos inverosímiles, los alaridos y ladridos del jefe de la manada; las mezclas oscuras y prohibidas. Comienza la experimentación vocal y sonora. Con “Dirty Patrick” llegamos al segundo clímax del álbum. Una canción carnosa y sexy que flirtea con la música negra y parece perfecta para un polvo reposado. Podríamos seguir destripando un trabajo que nos devuelve en su octavo corte a la jauría de la que nunca debimos alejarnos, o que nos sumerge directamente en el funky más rabioso unos minutos después, pero preferimos que sea su autor quien tome la palabra. “De entrada es como un toro, lozano, zaino. Con matices afrutados en el gaznate. Hace daño si intentas metértelo por el ojo. No sirve de salvamanteles pero va muy bien para calzar la mesa. Además es un disco cojonudo”. ¿Cuáles son las principales diferencias con “That Sentimental Sandwich”? “El anterior disco era una mierda”. Así las cosas parece que un nutrido grupo de adictos a la buena música estábamos equivocados hace un par de años. Entonces, el segundo parto, ¿duele más o menos que el primero? “El segundo siempre es mejor que el primero; he aprendido a dilatar. No hay nada que contar, siempre compongo igual, en mi casa y cuando me apetece”.
Borja Laudo se ha rodeado de un buen equipo de amigos y músicos como la copa de un pino, sin los cuales quizá lo que escuchamos no sería lo mismo. Repiten Andrés Perruca (ex-El Niño Gusano y Pando), Javier Vicente (Big City, The Secret Society) y por supuesto Clara engordando las cuatro cuerdas. Han vuelto a Cádiz, a los estudios de Paco Loco, con quien parecen haberse entendido a la perfección a la hora de convertir la grabación en unas estupendas vacaciones. “De la grabación con Paco Loco en Cádiz recuerdo una piscina y un gazpacho buenísimos”. Pero ¿cómo se montaban el trabajo cuando no estaban en la piscina o sorbiendo gazpacho? “Yo hago mi parte, me meto en la piscina y los demás hacen lo que quieren. Si cuando me seco no me gusta, les atizo. A veces les atizo aunque me guste”. La fórmula, aunque pueda parecernos un disparate, ha demostrado funcionar. Con su anterior entrega coparon los primeros puestos de las listas del año de revistas como la que leen, así como Rockdelux o Rolling Stone. Dos años después, sorprendentemente la banda reaparece sin contrato discográfico (de hecho el disco estuvo a punto de no editarse). Podemos suponer la expectación que generará la aparición de “What A Lovely Day Today” aunque al protagonista de estas líneas parece tenerle sin cuidado. “En lo que a la música se refiere, sólo me interesa seguir grabando, lo demás es secundario. Seguiremos como siempre, arruinándonos placenteramente. Las discográficas van a su marcha y nosotros las perseguimos, pero siempre nos dan esquinazo. Algún día nos tomaran en serio, o no”.
El pasado mes de marzo pudo verse una presentación en El Club de Fans zaragozano, aunque compartían cartel y escenario con bandas tan dispares como Love Of Lesbian, Digital 21, Hotel Persona o Nubosidad Variable. Ante la inminente celebración de la Exposición Internacional de Zaragoza nos preguntamos por qué no encontramos a Bigott en la programación de su Balcón de las Músicas. “Sí, lo presentamos en la Oasis hace un mes, pero fue una pena. Cuando tu prueba de sonido consiste en ver si la electricidad del local funciona, no se puede hacer mucho más que ruido. Pronto lo presentaremos bien. Estamos disponibles para cualquier buena oferta de festivales de verano. Por ahí comentan mucho lo de la pasarela de la Expo, lo de Pajares, y lo de la boda de Perruca. Estaré atento a cualquier oreja atenta que pueda encontrarme. Si consigo estar más atento que ella, le daré un sartenazo y a la cazuela; son jodidas de cazar esas cabronas”.

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