Educación musical
Entrevistas / Iron & Wine

Educación musical

Jesús Sáez — 04-05-2004
Fotografía — Archivo

Ya el año pasado desde estas páginas recomendábamos encarecidamente el primer álbum de un desconocido llamado Sam Beam, que firmaba sus discos con el nombre de Iron & Wine. En aquel "The Creek Drank The Cradle" había una impecable colección de canciones llena de un costumbrismo onírico con fuerte sabor al sur de los Estados Unidos. Beam estará de gira por nuestro país este mes de mayo. El día 5 en Lleida, el 6 en Barcelona y el 7 en Madrid.

Carolina del Sur más específicamente, donde creció musicalmente a raíz de escuchar a clásicos como Lightnin´ Hopkins o Muddy Waters. ¿Cómo llega el trabajo de un profesor de cine de Florida a manos de Sub Pop? "Un amigo mío de Carolina del Sur se mudó a Seattle, su nombre es Mike McGonigal. Editaba un fanzine llamado Yeti en el que apareció una canción mía, y tocaba en un grupo que caló en la escena de la ciudad llamado Carissa´s Weird. Entró en contacto con la gente de Sub Pop y les habló de la posibilidad de grabar un disco y finalmente me llamaron. Así que les envié un par de discos, seleccionando de entre todas las canciones que había grabado en mi cuatro pistas a lo largo de muchos años aquellas que tuviesen una secuencia apropiada. Al final hicieron una selección de canciones y editaron ´The Creek Drank The Cradle´ y el Ep ´The Sea And The Rhythm´ (Sub Pop/Discmedi, 03)".

" Ha sido divertido poder grabar en el estudio. Esto me ha permitido trabajar más abiertamente con las canciones. "

Ambas referencias abren rápidamente una brecha ante los fans de la música intimista, pero intensa en emociones, donde las dulces armonías de Beam y la desnudez de sus temas (apenas guitarra y banjo) calan profundamente entre los seguidores de artistas como Will Oldham o Low. Entonces llega el momento de aparcar el cuatro pistas casero y meterse al estudio y grabar "Our Endless Numbered Days" (Houston Party, 04). "Ha sido divertido poder grabar en el estudio. Esto me ha permitido trabajar más abiertamente con las canciones y jugar con otros elementos, como algunas percursiones o las armonías de mi hermana Sara, y funcionar con otras personas, estudiar más las capas formadas por los instrumentos. Pero siempre tratando que las canciones permaneciesen siendo lo más simples posible". Consiguiendo maravillar más que nunca, con la frágil y quebradiza intensidad de temas como "Naked As We Came" o, sobre todo (apunten para la listas del año) "Each Coming Night", Sam Beam reclama a gritos su puesto en ese paraíso de los sentimientos a flor de piel ya poblado por grandes como Will Oldham, Bill Callahan o Jason Molina.

Un comentario
  1. I'm not easily imepsrsed. . . but that's impressing me! 🙂

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