De armas tomar
Entrevistas / Tori Amos

De armas tomar

Redacción — 23-10-2002
Fotografía — Archivo

Después de marear la perdiz durante una buena temporada, la mujer más singular de América vuelve a la palestra con “Scarlett´s Walk” (Sony, 02), un disco en toda regla. Y no es que el paréntesis haya dado poco de sí (nos presentó versiones, inéditos y directos, pequeños tesoros a guardar a buen recaudo), sólo que éste es un disco especial, un tributo a su tierra, un viaje de los que dejan huella y hacen historia.

Conocemos ya a muchos indeseables que, gracias a su privilegiada posición o situación, sacaron partido a la fatídica fecha del 11 de septiembre que quedará en nuestras retinas para el resto de nuestras vidas. Tori Amos, la inocente niña prodigio, la escandalosa adolescente, la adulta y madura mujer, creyó que podía darle otra lectura a lo acontecido. Pensó en retratar el antes y el después de aquel día a través de su tierra, de las zonas olvidadas, de las más profundas. El suyo sería un duro viaje, un paseo de cine, un largometraje en blanco y negro salpicado de colores, retratando cada una de sus paradas, de sus experiencias en distintos puntos de la geografía estadounidense.

“¿Cómo podemos pisotear al resto de la humanidad cuando ellos nos han hecho ser quienes verdaderamente somos?”

“El disco lleva mucho tiempo paseándose por mi mente y ha pasado por distintas etapas: investigación, descubrimiento y, finalmente, análisis. Un análisis que me ha llevado a recorrer toda América porque lo sucedido en el país necesitaba estudiarse en profundidad. A Estados Unidos le ha pasado algo así porque no se conoce a si misma. Sabemos de su supuesto poder, de sus fronteras, de su ideología, pero nunca metemos el dedo en la llaga para sumergirnos en cuáles son realmente nuestras raíces. Por eso lo profundo de la cuestión está en observar cómo estaban las cosas antes del desastre y cómo nos hemos levantado después del desastre”. Ella, explica, lo vivió de cerca, en Nueva York, y quizás por eso le impactase mucho más. “Aparte de que yo, desde mi posición, me esfuerzo por pensar mucho más en todo ello y tengo la suerte de que puedo expresar públicamente, a través de mi música, lo que pasa por mi cabeza. Pienso en esta tierra hace quinientos años, antes de que viniera gente de fuera para hacernos saber qué era lo que teníamos y desconocíamos. Entonces, ¿cómo podemos pisotear al resto de la humanidad cuando ellos nos han hecho ser quienes verdaderamente somos? ¿O acaso crees que la gente que vino de España hace siglos pensó que esto, alguna vez, sería el epicentro del mundo? Por eso cuento estas diecisiete historias en diecisiete canciones, para que quien las escuche y las analice imagine cómo podría ser un hipotético viaje por América”. En este “Scarlet´s Walk”, Amos recoge un poco de cada uno de sus discos anteriores, aunque la tónica general sea de cierta accesibilidad. Y es que da la impresión de que, en esta ocasión, no ha sido precisamente la música lo que más ha preocupado a la artista. “Estaba tan metida en escribir cosas interesantes que, la verdad, no le he prestado una atención especial a lo que es la música en si. La producción ha sido muy simple, sin demasiada parafernalia. Los instrumentos no hacen sino acompañar a mis palabras, como si fuera la música que acompaña a las imágenes en una pantalla de cine en la que no dejan de pasar cosas”. Tan importantes son para ella las palabras que, en su propia página web, cuenta con un apartado exclusivo para que la gente le mande sus creaciones, sus textos o esos poemas que uno utiliza para expresar lo que lleva dentro. “Como mucha gente no tiene la oportunidad de ver refrendado su talento ante un público, creí interesante brindar una oportunidad para que la gente pueda exponer lo que muchas veces no puede o incluso no quiere. Además, a nivel personal, me resulta fascinante observar qué y cómo piensa la gente que ha seguido mi trayectoria”. Como ella misma nos indica, Internet resulta necesario porque la gente no acostumbra a comunicarse y esta es una buena alternativa, sólo que, posiblemente, no le parezca tan bien la circulación de música en la red, por lo menos en las circunstancias en que lo hace en la actualidad. “Yo ya luché hace años por evitar que mi música la pudiera manejar cualquiera a su antojo y capricho, pero alguien logró convencerme de que no podía hacer nada ante eso. Robert Plant, que fue mi héroe y algo más que eso cuando era pequeña, fue mi consejero en este caso”. Continuamos hablando de muchos otros temas, de su amigo Michael Stipe, de sexo, de religión, de los tabúes actuales, de las obligaciones que comporta la vida en la actualidad, de Pj Harvey y de Björk... pero el espacio manda. Un placer.

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