“David Bowie me hizo mejor persona”
Entrevistas / Marc Almond

“David Bowie me hizo mejor persona”

Carlos Pérez de Ziriza — 27-01-2016
Fotografía — Archivo

Superviviente nato, carne de melodrama pop y animal de escenario, Marc Almond se apresta a visitarnos de nuevo con el flamante “The Velvet Trail” (Cherry Red,2015) bajo el brazo, uno de los mejores álbumes de toda su carrera. Lo presenta el 12 de febrero en Madrid (Sala Arena) y el 13 en Barcelona (Razzmatazz 2).

Un soberbio trabajo, producido por Chris Braide (Britney Spears, Beyoncé, Christina Aguilera) a distancia, en una fructífera conexión Los Angeles-Londres que se fraguó con la inspiración sobrevolando sobre sus 16 canciones. Él mismo, sumido en un gozoso periodo de hiperactividad, nos lo explica.

En mi humilde opinión, en “The Velvet Trail” cantas al nivel de tus mejores discos, como si hubieras alcanzado con los años una plenitud vocal que no ha mermado. ¿Lo ves así?
Creo que mi voz ha madurado, yendo a mejor en los últimos tiempos. Y creo que se debe a que en los últimos años he estado más metido que nunca en proyectos de ópera, que me han ayudado a que mi registro sea más amplio. Fue entonces cuando empecé a sentir que mi voz estaba empezando a perder su filo pop, cuando me metí en estos proyectos más clásicos, así que también ha sido importante para mi hacer un álbum más orientado a temas pop rock o incluso electrónicos, como los de mi último disco.

“The Velvet Trail” ha sido producido por Chris Braide, conocido por sus trabajos para Britney, Beyoncé, Christina Aguilera o David Guetta. De acuerdo con tales precedentes, quizá no mucha gente pudiera haber predicho que ibas a trabajar con él y que además el resultado sería uno de tus mejores discos en mucho tiempo. ¿Cómo surgió el contacto y en qué medida crees que ha enriquecido tu música?
En realidad fue Chris quien se puso en contacto primero conmigo. Me envió unas pistas instrumentales maravillosas, con grandes arreglos de cuerda y buenos ganchos melódicos, y eso me puso las pilas y me inspiró para hacer un nuevo álbum. Él es muy fan de mi trabajo, especialmente de todo lo que hice con Dave Ball en Soft Cell y luego como Marc & The Mambas, y sabe la clase de sonidos que le sientan bien a mi voz. También es un gran productor trabajando las voces, y las trata como si fueran joyas. En realidad ya nos conocíamos porque trabajó conmigo en “Cruelty Without Beauty”, el álbum de Soft Cell de 2002. También es un gran cantante, e hizo coros en aquel disco. Pero la verdad es que yo no caí en la cuenta de que era el mismo Chris hasta que contactó conmigo, años más tarde, por e-mail. Él vive en Los Angeles y yo en Londres, así que grabé las pistas vocales y se las iba enviando por correo electrónico. Es un sistema de trabajo moderno y novedoso para mi. Ahora mismo, de hecho, estamos trabajando ya en nuevas canciones. Chris también acaba de editar un gran disco en este momento, hace unas semanas: “Suburban Ghosts”, a nombre de la Downes Braide Association.

Beth Ditto, de Gossip, canta en “When The Comet Comes”. ¿Teníais clara su opción como vocalista desde el momento en que distéis forma a la canción?
Soy muy fan de Beth, creo que su voz es como dinamita. Ella estaba trabajando con Chris en Los Ángeles y escuchó mis grabaciones, así que insistió en aparecer en el disco. Por supuesto, a mi la idea me encantó desde un principio, y le dije que podía hacer lo que quisiera.

En 2010, después de editar el álbum “Varieté” (Cherry Red), dijiste que seguramente ese sería tu último álbum de composiciones nuevas. ¿Qué es lo que te hizo cambiar de opinión?
Después de ese disco me sentía creativamente seco, sin ideas, atravesando una de esas fases de desilusión con el negocio de la música. Aún quería grabar algún disco más pero no me veía escribiendo muchas canciones originales, la verdad. Veía mi futuro como una sucesión de álbumes de versiones, con solo una o dos canciones nuevas en cada uno de ellos. Pero luego llegaron las fabulosas melodías de Chris, en el momento justo, y eso me hizo querer volver a escribir de nuevo.

"Creo que es bastante bonito el hecho de que otros artistas hayan asumido mi herencia para encontrar su inspiración".

Vas a actuar el próximo mes de julio en un concierto en el Royal Festival Hall de Londres con un coro de 50 estudiantes del Leeds College of Music, interpretando un setlist de torch songs. ¿Serán canciones de tu repertorio o del de otros artistas?
He estado trabajando con esos estudiantes, hicieron unos arreglos increíbles sobre algunas de mis canciones. La primera mitad de concierto serán todas versiones, standards, torch songs y canciones dramáticas, mientras que la segunda será todo repertorio mío. Es un lujo poder trabajar con un coro como ese y con tantos músicos. Seremos más de cincuenta personas sobre el escenario.

Ya que hablamos de torch songs: parece que corren buenos tiempos para cualquier músico que haga de los striptease emocionales su razón de ser. Bandas y músicos como Villagers, Sun Kil Moon, Father John Misty, John Grant, Sufjan Stevens... en tu caso concreto, tú nunca tuviste ningún problema en mostrar tus tormentos emocionales en tus canciones, incluso en unos años -hace tres décadas- en los que lo que predominaba, abiertamente, era el hedonismo. ¿Crees que tu contribución, con los años, se ha visto reconocida en ese sentido?
Creo que es bastante bonito el hecho de que otros artistas hayan asumido mi herencia para encontrar su inspiración. Hubo un tiempo en el que me lo montaba todo por mi cuenta, me sentía muy desconectado del negocio de la música. En cierto modo todavía soy un lobo solitario y recorro mi propio camino, pero es bueno haberme abierto en los últimos tiempos a más cosas. No está de más recordar que hubo un tiempo en el que cierta prensa me ridiculizaba. Ahora ya parece que eso es cosa del pasado.

¿Sientes que has sido influyente sobre la obra de otros vocalistas y compositores, como pudiera ser el caso de Antony Hegarty, Rufus Wainwright, Stephin Merritt o Scott Matthew?
Creo que es algo muy grande que un músico pueda inspirar a otros, eso mantiene la cadena de la música pop viva, como algo que se regenera, y espero haber servido de inspiración, claro.

Has estado trabajando también en el documental “In Search Of Vadim Kozim”, sobre el célebre músico ruso de los años 40, poco conocido fuera de sus fronteras. Llamado el rey del tango en la antigua URSS, arrestado por su homosexualidad y sus actividades antisoviéticas. ¿Cómo lo descubriste y qué es lo que te atrajo de él?
Le descubrí entre otros grandes cantantes y músicos rusos en mi primera visita al país, en 1992. Algunos fans me dieron cassettes con sus canciones y me pidieron que las escuchase. Habían oído ya mis discos con versiones de Jacques Brel y pensaban que estaban en la onda de lo que en Rusia se conoce como canciones de romance, con lo que entendían que las canciones de Kozim, al estar en un registro similar, podrían interesar al público occidental. Me fascinó lo trágico de su vida y grabé un álbum de canciones que él hizo famosas, llamado “Orpheus in Exile” (editado en 2009 por SFE). Se convirtió en uno de mis discos más exitosos. Sus canciones eran muy sencillas, pero su vida y su música han servido como una gran inspiración. Era una gran estrella en la Rusia de los primeros tiempos del comunismo, pero Stalin lo exilió a Siberia junto con otros artistas de su generación, quienes tuvieron que vivir una existencia surrealista en un gulag. El documental “In Search of Vadim Kozin”, para la BBC, se puede escuchar online a través de su página web, y la película estará disponible en breve.

"No podría decir a estas alturas qué se puede y qué no se puede considerar como un disco de pop hoy en día".

Has estado muy activo en los últimos años, trabajando en una opereta, actuando con Ian Anderson (Jethro Tull), contribuyendo a una biografía fotográfica sobre tu vida, formando parte de diferentes proyectos escénicos... ¿Dirías que estás ahora mismo en un momento de plenitud como artista?
Diría que, aunque creo que aún tengo margen, espero afrontar en un futuro aún más y más diversas aventuras musicales. Me siento muy afortunado de lo que he tenido estos últimos años. Mi show ahora mismo se compone de las canciones pop de “The Velvet Trail”, favoritas de los fans y éxitos, pero mi siguiente espectáculo será diferente. Me gusta la diversidad y trabajar con músicos muy diferentes, Lo único que quiero cambiar es la duración de las giras, las encuentro difíciles de soportar por tanto tiempo porque me acaban cansando y aburriendo mucho antes.

Da la impresión, cada vez más, de que la música pop ha terminado siendo un sendero estrecho para dar rienda suelta a toda tu creatividad. ¿Crees que hubo, en ese proceso, algún punto de inflexión concreto en tu carrera?
Crecí con la música pop y me encanta, aunque no podría decir a estas alturas qué se puede y qué no se puede considerar como un disco de pop hoy en día. Pop viene de popular, pero creo que hoy tiene un significado más amplio. Música más accesible que probablemente encaja en un nicho de consumidores de radio, o que se puede tararear o bailar fácilmente. Un artista como Bowie me enseñó que se puede trabajar en proyectos a los que podemos llamar de arte y al mismo tiempo hacer discos bailables y pegadizos. Su muerte fue una pérdida enorme para la música y la cultura en general. Me puse a llorar cuando me enteré, y sentí que estaba diciendo adiós a gran parte de las cosas que viví en mi juventud. Aprendí de música, de arte y de escritura, más de Bowie que de todos los profesores que tuve en el colegio. Él me hizo una mejor persona.

Siempre has sentido una gran atracción hacia la cultura española: formaste Marc & The Mambas bajo el influjo del flamenco, e incluso viviste en Barcelona una buena temporada, a finales de los años 80. ¿Qué recuerdo tienes de aquellos días?
Me encanta el flamenco desde que me compré un disco de segunda mano, cuando era mucho más joven, y eso me condujo hasta la cultura española. Pasé en Barcelona una de las mejores épocas de mi vida, en los años 80. Era todo muy loco en aquellos años, justo antes de que las Olimpiadas del 92 lo limpiaran todo. Mucha gente fantástica, muy creativa. Absorbí todo aquello para poder hacer el álbum “Mother Fist and Her Five Daughters” (Some Bizarre, 1987). Me encantaba la zona de las Ramblas y el barrio del Raval, con bares como La Concha o el Bar Marsella, que aún están allí. Bebí alcohol y llevé una vida algo salvaje, la verdad. Me encantaban los dibujos de Nazario y solía ver a Lindsay Kemp en el Bar Kike de la Plaza Real. Me encanta esa ciudad, y aún la visito muy a menudo.

Por cierto, interpretaste las canciones de “Torment & Toreros” (83), el álbum de Marc & The Mambas, en 2012 con la ayuda de Antony Hegarty, quien siempre se ha declarado como un fan acérrimo. ¿Cómo fue la experiencia?
Me emocionó que Antony me pidiera interpretarlo entero en el Meltdown Festival. Siempre ha sido uno de sus discos favoritos, sí. Fue un trabajo enorme porque hubo que implicar a 25 músicos sobre el escenario y a algunos de los que tocaron originalmente en él. Fue muy catártico volver a tocar esas canciones porque siempre se me ha hecho duro revisitarlo. Pero creo que es uno de los mejores conciertos que he ofrecido nunca, en mi opinión.

Al ritmo que llevas, ¿veremos un nuevo álbum de Marc Almond en 2016?
Acabo de grabar un álbum llamado “Against Nature”, basado en un libro de JK Huysmans. Lo hice a través del crowdfunding pero estará disponible para el púbico en primavera. Se puede consultar toda la información sobre él en www.againstnature.uk. Es una opereta pop, y tengo un par de proyectos ahora mismo en la recámara, incluyendo un posible muevo álbum con Chris Braide. Estoy recopilando canciones para un box set histórico de diez discos, para Universal, que saldrá a finales de este año o a principios del próximo, para coincidir con mi 60 cumpleaños. Otra cosa que me enseñó Bowie es que has de seguir editando discos hasta que te mueres, si no quieres caer en la irrelevancia.

¿Cuál es la banda que te acompaña en los conciertos que vas a ofrecer en España en febrero?
Será mi banda habitual: guitarra, batería, teclados, electrónica y dos vocalistas de apoyo, más el acompañamiento visual. Un show con mucha energía.

Te lo habrán preguntado en infinidad de ocasiones: ¿Hay alguna probabilidad de que se reúnan otra vez Soft Cell?
No habrá nunca más conciertos de Soft Cell. He pasado ya por muchas cosas desde aquello. Aún interpreto algunas de esas canciones en mis conciertos y me gusta, pero la última vez que nos juntamos Dave (Ball) y yo la cosa terminó mal, y no quiero volver a eso.

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