Ansia de escenario
Entrevistas / The Unfinished Sympathy

Ansia de escenario

Don Disturbios — 04-02-2009
Fotografía — Archivo

Con la moral no sólo intacta si no reforzada por una fe a prueba de bombas, The Unfinished Sympathy editan “Avida Dollars” (Subterfuge), un quinto largo que de tan redondo resulta corto. Suenan más domésticados, menos furiosos, pero como la clavan en las melodías, nadie se lo tendrá en cuenta. ¡Qué buenos son los jodios!

La última vez que entrevisté a The Unfinished Sympathy fue con motivo de la edición de su tercer trabajo, el excelente “Rock For Food” (2004), y lo cierto es que muchas cosas parecen haber cambiado desde entonces en la órbita de los catalanes. Para empezar migraron de sello discográfico, del seminal B-Core al ecléctico y más poderoso Subterfuge.

"La actuación en el festival de Benicàssim que fue como la apoteosis"

Luego hubo un cambio del cincuenta por ciento de la formación con la incorporación, hace dos años, de un nuevo guitarra, Joan Colomo (lo encontrarás también en La Célula Durmiente), y del bajista Iban Puigfel. Y ya por último, un cambio también en el sonido de su cuarto disco, “We Push You Pull” (2006), que fue acogido con cierta frialdad en la redacción de MondoSonoro que hasta la fecha siempre los había ensalzado como uno de los mejores grupos de nuestro país a la hora de combinar la fiereza de las guitarras con la melodía.

"Que un verdadero artista no debería hacer dinero es un tópico que siempre nos ha dado mucho por culo"

Quizás por eso, y porque no puedo evitar observarlo todo desde el prisma de la cornisa nordeste de la península, allí donde las cosas se ven de forma muy distinta a como se perciben desde el centro, tenía la impresión que, por primera vez, The Unfinished Sympathy no habían dado ese pequeño paso hacia un mayor reconocimiento que si habían logrado con sus tres primeros discos. Nada más lejos de la realidad y aquí está su cantante y guitarra Eric Fuentes para desmentirlo. “No es cierto que no haya habido ese paso hacia delante porque en realidad lo ha habido a todos los niveles. Para empezar tanto en el volumen de conciertos como en el plano profesional, ha habido un gran salto y, de hecho, en esta última gira en todos los sitios en los que hemos tocado ha habido gente. Hasta el final de la gira no ha habido sitios en los que ha bajado un poco la asistencia, pero igual porque ya habíamos tocado tres veces con anterioridad y además venía gente muy joven que se habían enganchado al grupo con ‘We Push You Pull’ y no nos conocían de antes, gente que no era del ‘mundillo’… Por otro lado hemos hecho ‘promo’ para medios a los que no habíamos ido nunca y que nos han descubierto para mucha peña. Y también quiero destacar la actuación en el festival de Benicàssim que fue como la apoteosis. La gente lo habrá vivido como lo ha vivido, pero nuestra sensación ha sido que, como siempre ha pasado en este grupo, habíamos subido un peldañito más a todos los niveles, eso sí, en terrenos fuera de vuestra órbita”. Una órbita, la de nuestra revista, que a buen seguro van a recuperar gracias a la edición de este quinto álbum titulado “Avida Dollars”, un disco que con tan sólo diez canciones pasa como una exalación por tu reproductor y que contiene auténticos pildorazos de estructura pop, pero sin abandonar la habitual fiereza que define desde el principio el estilo de la banda. Un trabajo con gran variedad de texturas y grabado a pìñón en tan sólo dos semanas con quien ha sido su productor habitual, Santi García, quien les animó a concentrarse en unas composiciones de alto voltaje melódico para que el disco respirara de forma analógica, obteniendo de paso, un sonido compacto y matizado a la vez y en el que el trabajo de los coros le da una nueva dimensión a las canciones. Todo un acierto que me provoca una sensación semejante a la que experimenté la primera vez que escuché “Bleed American” de Jimmy Eat World, “Very Emergency” de The Promise Ring o el primero de Weezer. Discos perpetrados para escuchar del tirón una y otra vez. (Pablo Salas, batería) “En el proceso creativo de este disco, ha sido muy importante la entrada de estos dos señores (se refiere a las dos últimas incorporaciones)… El ‘We Push’ fue nuestro disco más bailable, el más negroide y en cambio este es el más popero por texturas e instrumentos. Hay mucha acústica, que prácticamente nunca había habido con anterioridad, y la aportación de Joan Colomo en las voces con ese registro más limpio que contrasta muy bien con el de Eric, que es más rasposo, ha hecho que la conjunción de ambos ganara mucho. Y también el sonido de Iban Puigfel ha cambiado con respecto al que le daba Xavi Navarro, que era más guitarrero, más distorsinado. Iban, en cambio, le ha dado un toque más cálido y eso ha hecho que las canciones tengan un aire más popero, sin dejar a un lado el registro duro que sigue existiendo en nuestro sonido”. Incorporaciones que, de nuevo, me hacen caer en una falsa apreciación sobre el grupo al bromear sobre el rol de líder que tiene Eric y afirmar en mi inocencia que Joan e Iban se incorporaban a una banda donde estaba muy claro quién cortaba el bacalao. Todos lo desmienten. Joan me dice que en los dos años que lleva todavía no han tenido una sola pelea. “Lo cual no sé si es bueno o malo (risas). Eric matiza. “Eso de que soy el líder de la banda es una imagen distorsionada, en serio, como soy el más charlatán de todos, siempre me ponen en las entrevistas y eso provoca que la gente piense de esa forma”. (Pablo) “De hecho Eric es de las personas que conozco más partidarias del trabajo en equipo. No conozco a ningún músico tan, incluso me atrevería a decir dependiente, de hacer el trabajo en equipo”.
Aceptemos pues a Eric como a uno más, pese a su innegable peso a la hora de aportar las ideas, aunque el grupo me explique que estas las puede traer cualquiera y luego las trabajan en un local de ensayo, que tal y como me confiesan al principio de la entrevista es posiblemente el principal responsable de que no se hayan disuelto. El local está en pleno centro de Barcelona cosa que facilita mucho las cosas a la hora de reunirse y sirve también como centro de operaciones y refugio privilegiado de un grupo que vive de, por y para la música, aunque eso les provoque sacrificios y rebajar su nivel de expectativas de gasto respecto a unos ingresos que me detallan de forma algo sorprendente (este tipo de apreciaciones dinerarias hay quien prefiere tenerlas más escondidas). Todo esto me recuerda que “Rock For Food”, el título de su tercer disco, era el nombre de la lista de gastos de la banda. ¿Qué demonios significará ahora “Avida Dollars”? (Eric) “Surge de una historia relacionada con Salvador Dalí que cuando se fue a los Estados Unidos ya era un artista consolidado aquí en Europa y hubo quien le dijo que se había vendido y que lo único que le interesaba era hacer dinero y que un verdadero artista no debería hacer dinero. Un tópico que, por otro lado siempre nos ha dado mucho por culo, y entonces Dalí se fue abiertamente a que le pagaran muy bien sus obras con lo que Andrè Breton, padre del surrealismo, lo acusó de vendido. Como respuesta, Dalí hizo una cosa muy divertida que fue combinar las letras de su nombre y apellido hasta que salió ‘Avida Dollars’. Vaya, que en lugar de ofenderse, en cierta manera le dio la razón porque eso era exactamente lo que quería, ganar mucha pasta para poder volver a casa y pintar y no tener que levantarse cada día para ir a currar a un Caprabo, maldiciendo la vida y maldiciendo la mierda del mundo. Por eso, creo que es un slogan que se ajusta muy bien a nuestra manera de hacer. Es decir nosotros no creemos en el valor del dinero, no queremos ser ricos, no queremos ir a Miami y ser Julio Iglesias, pero sí queremos que nuestra actividad principal sea algo que nos de mucha satisfación personal y que nos permita vivir de esto, para no tener que hacer otras cosas que no nos gusten”.

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