"La canción es la reina. Ella es la que dicta qué debe ir en ella y qué no"
Entrevistas / Anathema

"La canción es la reina. Ella es la que dicta qué debe ir en ella y qué no"

Fernando Acero — 28-06-2017
Fotografía — Archivo

Juan Ramón Jiménez trató de destruir incompasivamente sus primeras obras – "Ninfeas" y "Almas de violeta" – ante el arrepentimiento de lo que estas representaban; lo cierto es que no tuvo mucho éxito. Dudo mucho que sea esa misma vergüenza o ira la que Anathema sienta con respecto a su reinado doom y su posteriormente laureado sinfonismo, pero lo cierto es que The Optimist (17, Kscope) surge con la intención de dar pie a un tercer renacimiento en la banda basado en el sincretismo de etapas pretéritas mediante una sofisticada visión de la oscuridad.

Aprovechando su paso por el festival barcelonés Be Prog! My Friend, que tendrá lugar los próximos días 30 de junio y 1 de julio en el Poble Espanyol, hablamos con Daniel Cavanagh para comentar esta y otras cuestiones relativas a su nuevo trabajo y sus actuaciones.

Al parecer tenéis una relación muy estrecha con la organización de Be Prog! My Friend: es la segunda vez que tocáis como conjunto, y Vincent [Cavanagh] ha venido otras dos veces por su cuenta a tocar con su guitarra y sus loops. ¿Cómo describiríais vuestra relación con este festival?
Tengo un buen recuerdo del lugar. [La primera vez] fue muy bonito y tuvimos un público maravilloso, y el escenario era precioso; en sí todo el recinto. Es como que todo se alió esa noche para que todo fuese perfecto. Aunque lo mejor de todo fue el público, básicamente porque cantó con mucha fuerza y estaba muy atento a todo lo que hacíamos. Vimos a gente muy emocionada por todas partes. Eso es lo que me llevo conmigo. Bueno, eso y que era muy bonito de noche, con esas luces en los edificios… Fue un bonito concierto que ofrecer. El sonido también fue muy bueno… ¿Sabes? Es uno de esos conciertos que tras pocas canciones te permite disfrutar del ambiente, del público y la noche. Todo fue genial. Eso es lo que pienso de Be Prog.

"Hubo momentos en los que pensaba en cómo catalizar la influencia de artistas como Mogwai o Radiohead".

¿Soléis encontraros a un público tan entregado allá adonde vais?
¡Pues la verdad es que sí! Aunque bueno, como siempre, suele depender del contexto: el sonido, el escenario, la atmósfera, la localización… Pero hay veces en las que todas esas cosas se juntan, como nos pasó en Be Prog.

¿Qué nos puedes contar de vuestro setlist?
¡Pues no lo sé! Estamos en verano, por lo que tocaremos por lo menos cinco o seis temas de nuestro nuevo álbum [The Optimist], aunque también tocaremos cosas de discos anteriores. Tenemos muchas ganas de tocar los nuevos temas y ver qué tal suena en directo y si a la gente le gusta.

Hay temas en vuestros repertorios que parecen recurrentes, y parecen tener un significado muy especial para el público, tales como “Untouchable”, “Closer” o incluso “A Natural Disaster”. ¿Qué representan todos estos temas para ti?
Bueno… En un concierto está esa parte en la que retas al público haciendo lo que te gusta, pero también hay una parte en la que quieres tocar los temas que vuelven loco al público. Creo que se trata de encontrar un equilibrio entre ambas cosas. Por ejemplo, “Untouchable, Part 1” es muy popular. No podemos hacer un concierto sin esa canción, aunque a veces se nos hace un poco repetitivo tocarla, y llega un momento en el que se convierte en algo rutinario. Pero es algo que está bien en cualquier caso: lo que termina por marcar la diferencia es el público. Cada vez es un público distinto, y la experiencia es distinta cada vez. Creo que ellos deben estar más cansados que nosotros de esa canción [risas], aunque no más que Lee [Douglas] de “A Natural Disaster”. La ha cantado tantas veces que debe estar agotada. [Risas].

Entonces me imagino que estaréis deseando tocar vuestros nuevos temas.
Sí, exacto. Tocaremos algunas de las más populares, como “Springfield”. Será emocionante ver qué pasa con ellas y cómo reacciona la gente, ver si lo aprecian. Porque la verdad es que a mí me gusta mucho este disco, pero ya no es algo que me siga perteneciendo. Ahora le pertenece al resto del mundo. Hubo una temporada en la que era mío, de febrero a abril, cuando nadie más tenía el disco y yo lo tenía en mi móvil. Lo disfruté mucho. Lo escuché como unas cien veces. Pero ya no me pertenece. Lo que me interesa ahora es lo que piensan otras personas de él. No debería interesarme… Pero es mi forma de ser.

A pesar de que ahora el significado del disco dependa de la gente, me gustaría saber cuál fue el concepto original que alimentó The Optimist.
Una de las primeras cosas en ocurrir fue su portada, el coche conduciendo en medio de la noche, que surgió en marzo de 2016, mucho antes de empezar a escribir el álbum en agosto de ese año. El tema “The Optimist” surgió a partir de esta imagen, y a partir de esta canción se desarrolló el resto del disco. La historia parte de la idea de escapar, de buscar una nueva forma de vivir, tratar de huir de tu pasado.

Esas palabras me hacen pensar en lo que era Anathema tiempo atrás, una banda de metal. ¿Podríamos interpretar esto como una metáfora de un progreso?
Sí, ¡exacto! No es en absoluto una historia, ni tan siquiera diría que se trate de un álbum conceptual. Es una metáfora de nuestras vidas, mi vida, la de Vincent…
Tuve un importante colapso mental entre 2015 y 2016, duró mucho tiempo. La mayor parte de las canciones que escribí van sobre eso. Cogimos todos esos temas que hablaban de nuestras vidas y los introdujimos en un personaje metafórico. Tan simple como eso. El personaje, “el optimista”, es la persona que lleva todas nuestras emociones y pensamientos. [Es alguien que] trata de escapar de su pasado y construir una nueva vida. Esa es básicamente la idea. Le dotamos de cierto carácter para que el público pueda conectar con él, pero es una metáfora. No hay una historia, porque una historia tiene un final, pero aquí el final depende de ti.

Pero lo que oímos al final del disco es un niño cantando una cancioncilla.
[Risas] Sí, es John Douglas tratando de escribir un tema con su guitarra cuando de repente apareció su hija pidiendo un zumo de naranja. Lo pusimos al final del disco porque nos pareció mono.

Al oírlo no pude evitar acordarme de ese final tan largo en “Temporary Peace” de A Fine Day To Exit, y es curioso porque me hizo pensar que las ideas en las que un artista refleja sus pensamientos son de algún modo cíclicas.
Sí, totalmente. De hecho es una buena conexión entre ambos álbumes. Desde mi punto de vista creo que están bastante conectados.

De algún modo me parece que The Optimist va algo más allá que A Fine Day To Exit, especialmente a nivel sonoro, donde las ideas parecen más eclécticas y desarrolladas – más concretamente, me refiero a ese enfoque electrónico que han tenido vuestros últimos trabajos. ¿Qué nos puedes contar al respecto?
Creo que tienes razón – gracias por el cumplido. Esto es algo que parte en buena medida del productor, Tony Doogan, el chico irlandés. Es un gran productor. Trajo una mejora a la banda a la que nosotros no podríamos haber llegado solos. A mí me parece que es bonito introducirlos [los elementos electrónicos] en la banda, porque nosotros ya tenemos elementos como el piano, la guitarra o la orquesta – normalmente trabajados por mí – que nos encajan en una identidad cercana al post-rock, y creo que incorporar la electrónica es bueno porque es algo que nos resulta natural.
Vincent Cavanagh también es muy activo con el ordenador y la producción de los temas, así que todo lo electrónico que escuches estará hecho casi seguro por él. Es algo que le encanta – aunque por supuesto, yo también tengo algo que ver con todo esto. Y aunque no canta en todos los temas, ha trabajado mucho en todos ellos; su influencia está presente en todos ellos. Fue él quien definió la identidad de este trabajo, mucho más que en cualquier otro, y eso me parece precioso.
Fue muy duro para él. Ha trabajado mucho en este disco, mucho más que yo. Se pasó muchos centenares de horas trabajando en estos temas, diría que hasta miles. Empezó a trabajar en ellos en abril de 2016 y terminó en febrero de 2017.

Creo que hay mucha gente que sabe apreciar lo que habéis hecho en este trabajo – que no es para nada fácil.
No, para nada. Y creo que de hecho representa muchas facetas de nuestra personalidad. Representa el trabajo duro, la dedicación y la valentía, pero también la vulnerabilidad, la emotividad y la angustia derivada de ésta, incluso los colapsos mentales. Nos hemos esforzado mucho para hacerlo.

¿Había la voluntad explícita de superar el estilo sinfónico de vuestros temas anteriores?
No, no diría que tratásemos de superarlo, tan sólo añadimos nuevos ingredientes. El estilo emotivo de temas como “Untouchable, Part 2”o “Ariel” siempre será parte de nuestra identidad, y creo que eso es algo que se nota bastante en temas como el homónimo, “The Optimist”, que es bastante cercano a los anteriores. Aunque sí diría que en esta ocasión es menos orquestal; igualmente, sigue habiendo violines, arreglos de cuerda y cosas así, pero de forma distinta. Pero no se trata de superar ni sustituir nada, sino de añadir cosas a la mezcla.

Algo que personalmente disfruto mucho de este trabajo es el tratamiento textural que reciben las guitarras en temas como “Endless Ways” o “Can’t Let Go”, con sonoridades parecidas a las del math rock. ¿Qué ideas tenías en mente cuando empezaste a trabajar en ellas?
Te diría que hubo momentos en los que pensaba en cómo catalizar la influencia de artistas como Mogwai o Radiohead, por ejemplo, aunque básicamente trataba de ser yo mismo. Pero al final la canción es la reina. Ella es la que dicta qué debe ir en ella y qué no. Todo lo que me limité a hacer es responder a la canción y buscar la guitarra adecuada para ella. Es lo que siempre hago. En cualquier caso, es obvio que hay un par de temas cercanos a la música que nos gusta, pero es lo normal. Le pasa a la mayoría de grupos.

Otro de los temas que me llamó la atención por su oscuridad es “Close Your Eyes”, que sin embargo no deja de perder un ápice de sinfonismo en su ejecución. ¿Cómo surgió?
Bueno, en realidad ese tema empezó a partir de algo que hicimos con el piano en 2008 y lo grabamos en 2016. Siempre tuvimos la intención de introducir una sección de viento-metal. Nos inspiramos en la banda sonora de Taxi Driver de Rober De Niro.

¿En serio?
A Tony [Doogan] le encantan las bandas sonoras – de hecho compone muchas –, y nos sugirió algo en ese estilo. Me encanta esta canción. De hecho, uno de mis mejores recuerdos de la grabación fue el día que grabamos la parte de viento-metal. Lo hizo todo un músico que tocó todos los instrumentos de esa parte él solo. Lo disfruté mucho. Me encanta. Me gusta mucho cómo quedó el sonido de este tema. Es muy distinto al sonido de muchos temas de Anathema.

Un comentario
  1. Me encanto, gracias por compartirlo amo la manera en que hacen música y la comparten al mundo, ahora es nuestra.

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