Este reconocido y veterano periodista musical valenciano al fin debuta como novelista con este “Lejos de todo” en el que, desde una visión adolescente, fan e idealizada del asunto, imagina a David Bowie -acompañado de sus inseparables escuderos Iggy Pop y Coco- viviendo una temporada crítica y convulsa en la capital mediterránea, allá por el año 76. Y lo hace a través de una narración cálida, suave y emotiva, en la que hay mucho de musical y autobiográfico (aunque lo niegue), claro. El resultado -agradable vs dramático, tan íntimo como seguramente intrascendente- sustancia una pura ensoñación estival, inocente y pop en el que no hay casi lugar para más, se lee en dos tardes.
La pena es que el ‘Duque Blanco’ en sus virtuales garbeos automovilísticos, solitarios y encocainados por El Saler no se produjeran, una década más tarde, para haberse encontrado de sopetón con algún templo de La ruta del Bacalao; seguro que así la historia habría tomado otro rumbo. Además, una magnífica ilustración de Roberta Marrero luce en su portada y contra.
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