Who Is The Sender
Discos / Bill Fay

Who Is The Sender

10 / 10
Luis J. Menéndez — 05-03-2015
Empresa — Dead Oceans / Popstock!
Género — Folk

Con poco más de medio siglo de vida el pop y el rock son todavía géneros eminentemente juveniles, en parte porque es en los años de formación cuando el impacto de una canción puede llegar a resultar decisivo, y también porque aunque los inevitables Reed, Dylan, Cohen o Young -esto es, los padres del tinglado- firman o han firmado grandes discos en el otoño de sus vidas, la trascendencia de esos álbumes palidece a la hora de enfrentarlos a sus obras de juventud. En líneas generales el pop tuerce el gesto ante trabajos que en vez de celebrar la trasgresión y el alboroto hormonal se fijan en otros aspectos igualmente valiosos, como es el equilibrio y la paz entre el hombre y cuanto le rodea. Es, en definitiva, un universo que aún respetando a sus mayores tiende a buscarles un retiro dorado en esa suerte de residencia cinco estrellas que es la etiqueta de “clásico”.

El británico Bill Fay tiene en ese sentido una ventaja frente a músicos de su generación (Fay ronda los 70): él nunca ha gozado de gran éxito, y de hecho hasta su reciente recuperación discográfica sólo había publicado dos álbumes hace cuatro décadas que apenas habían pasado del culto entre los estudiosos del folk psicodélico. El suyo es un caso similar al de Nick Drake sin suicidio ni campaña comercial en TV de por medio, o lo que es lo mismo, llamando la atención de un número muy reducido de personas. Su retorno en 2012 se saldó con salvas de bienvenida y un unánime fervor crítico (sin ir más lejos alcanzó puestos de honor en nuestra lista de lo mejor de aquel año). Pero una vez que con la publicación de “Life Is People” se contó la curiosa historia de este huidizo jardinero londinense que en sus ratos libres se sentaba al piano y componía canciones, lo que nos queda es única y exclusivamente la música. Y a la velocidad a la que marcha el consumo de productos culturales y entretenimiento en la actualidad, es posible que eso no sea del todo suficiente para llamar la atención sobre un disco sencillamente… magistral.

A cambio, todo aquel dispuesto a dedicar 55 minutos de su preciado tiempo en “Who Is The Sender” tiene el premio asegurado. Porque, tal y como asegura el propio Fay en “How Little”, hay mucha profundidad en las pequeñas cosas y con los años el británico se ha convertido en experto en observarlas con detenimiento y convertir en poesía sus pensamientos al respecto. Cada una de estas trece canciones, la práctica totalidad de ellas orquestadas con lujo (que no ostentación), podría convertirse en ese crepuscular cierre de disco tan habitual en la tradición de los songwriters anglosajones. Ese trance, esa liviana trascendencia que por momentos pueden compartir Richard Hawley, Tindersticks o Spiritualized, es aquí el hilo conductor de todo el álbum, situándose siempre por encima de los recursos específicos que articulan cada canción y que van desde los aires celtas de “The Geese Are Flying Westward” al coro -a medio camino de Cohen y el gospel- protagonista de “Bring It On Lord” y de la nueva toma -ya aparecía en “Time Of The Last Persecution” (1971)- de “I Hear You Calling”. Y aunque el adjetivo “catedralicio” poco tiene que ver con una producción en la que cada elemento, cada instrumento, encuentra su sitio sin estorbarse –nada que ver, por ejemplo, con las artificiosas orquestaciones de Matthew E. White tan en boga últimamente-, sí que se ajusta a la perfección para definir una obra monumental, que se asoma al cielo autoconsciente de la efímera y a menudo absurda condición humana.

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