Veckatimest
Discos / Grizzly Bear

Veckatimest

7 / 10
Don Disturbios — 09-09-2009
Empresa — Warp / Pias
Género — Folk
Fotografía — Archivo

Su disco anterior, “Yellow House”, despertó la curiosidad y el entusiasmo de mucha gente, en parte por ser una referencia de música terrenal en un sello tan electrónico como Warp. Claro que Grizzly Bear no se concentraban tan sólo en las melodías, los arreglos y las armonias vocales como Band Of Horses, My Morning Jacket o Fleet Foxes. A ellos les gusta rizar el rizo de su propuesta con dosis de experimentación que les aproximan más a Brian Eno que a Robbie Robertson. Por eso se ganaron los elogios de personajes de peso como Jonny Greenwood (guitarra de Radiohead) que los reconocía como una de sus bandas favoritas, llevándoselos de gira. Y, claro, tantas alabanzas han generado unas expectativas exageradas ante la edición de este “Veckatimest”, su tercer largo. Y ya sabemos lo que pasa con las expectativas: Suelen estar más cerca de la decepción que de la satisfacción absoluta. Aunque, para mi sorpresa, no ha sucedido exactamente eso en el caso de la prensa especializada de medio mundo, quienes se ha encargado de elevar a los altares un disco que, a buen seguro, pasará a englobar las listas de lo mejor del año de estas mismas publicaciones. Lo que no tengo tan claro es si lo será de esta. Me explico. Demos por sentado que un álbum como “Veckatimest” requiere de un esfuerzo por parte del oyente que deberá someterse a bastantes escuchas para apreciar el sentido de la obra, algo que no sucedía en tanta medida con “Yellow House”, mucho más accesible y logrado. Porque el problema de “Veckatimest” es que combina grandes momentos melódicos (“Two Weeks” o “Fine For Now” por ejemplo) en los que en ocasiones recuerdan al desaparecido Jeff Buckley, con otras que resultan algo pesadas o inocuas (“Dory”, “About Face”, “Hold Still”) en parte por ese nada disimulado deseo de ser los más raritos de la clase. ¿Es mejor un disco cuánto más raro? Pues depende de la intencionalidad creativa de ese querer sonar diferente. Si se fuerza demasiado puede parecer una actitud impostada, poco creíble y condenar al oyente a una maraña de languidez que aburra sin sentido. Y ojo porque, para ser justos, en este caso no es del todo así, aunque algo de eso haya. Claro que también es posible que me apetezca nadar contracorriente frente a quienes ya les han colocado en el Olimpo de la nueva escena indie-folk- americana. Demasiado rápido, demasiado fácil y eso acaba por presagiar una ostia en toda regla.

Un comentario
  1. Gosh, I wish I would have had that inamroftion earlier!

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