Difícilmente pueden obviarse territorios recorridos por numerosas bandas que han puesto la raíz americana en primera línea de su música cuando comienzan los sones de “Tornado”, canción que da el escopetazo de salida al primer larga duración de los guipuzcoanos The Young Wait. Una canción que ya había ocupado un lugar destacado en su EP de 2012, “Holy Ghost”, pero que aquí recibe un lavado de cara que llega hasta la misma médula de ella, electrificando y desgarrando unas melodías que ya brillaban por sí mismas.
Pero es que un comienzo tan llamativo como ese marca la raíz de un disco que, efectivamente, va directo a eso mismo, la raíz. La que queda identificada en dicho comienzo entre los punzantes devaneos naturales de Neil Young y los campestres arañazos de unos Drive-By Truckers, pongamos por caso. No será nada sorprendente, cierto, pero ello no desmerece en nada el contenido. Su camino está marcado por unos gustos determinados, por ese “americana” que tantos buenos sabores ha proporcionado en los últimos años, el que mezcla el rock eléctrico con otros aires más campestres, para dar lugar a pequeñas alegrías como “Give in”, una canción capaz de endulzar un desayuno en cualquier pradera.
En efecto, seguramente nada nuevo descubre en el devenir de la música popular esta entente compositiva que pivota entre el donostiarra Fer García y el músico de Alabama Chip Kilpatrick, pero todo a lo que suena tiene sentido y está cuidado hasta el último detalle. Buen gusto, buen sonido, buena instrumentación y, lo que es más importante, buenas canciones para un trabajo notable, con hechuras serias y sentidas. Y que además, apunta caminos capaces de alejarse del principal, como esos aires toscos y rudos que acercan una canción como “Lost Buildings” a los primeros, oscuros y más gratificantes pasos dados por el Mark Lanegan de hace años, o arremolinan efluvios de contumaz psicodelia pesada en “Tragic Magic”.
Un trabajo, en definitiva, disfrutable por sus propios valores y por lo que es capaz de adelantar sobre un inminente futuro.
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