Red Kite
Discos / Sarah Cracknell

Red Kite

7 / 10
David Pérez — 31-07-2015
Empresa — Cherry Red
Género — Pop

Sarah Cracknell llega como esa suerte de brisa fresca que no te esperas tras un caluroso día de verano. Por fin la vocalista de Saint Etienne ha decido volver a volar sola. Muy lejos queda ya aquel “Lipslide” de 1997, pero la espera ha valido la pena, y en este “Red Kite”, la voz sedosa de Sarah, nostálgica y elegante, brilla y serpentea en la oscuridad como nunca.

El disco se ha grabado en el granero de la casa de Cracknell, y se nota el fuego lento y el ambiente acogedor y cercano en cada tema. Si siempre estuvieron presentes en su música Nick Drake, Sandy Denny o Marianne Faithfull, ahora reflotan con más fuerza y con más acierto, sumado y mezclado con el pop experimental de  Joe Meek, la armonía hipnótica de los Beach Boys y el universo de Ennio Morricone.

La sinuosa y sugerente inicial “On The Swings” nos invita a cerrar los ojos y dejarnos llevar, y el “Nothing Left To Talk About” que le sigue (dúo con Nicky Wire de Manic Street Preachers) termina por parar los relojes y hacernos nadar mar adentro, sin mirar atrás, en esta playa sonora que ojalá hubiéramos encontrado mucho antes.

Aunque este álbum desprende luz hasta en su portada, las sombras del desamor, la infidelidad o la traición están también presentes en muchas de sus letras, como en el pop indie de la bailable “Hearts Are For Breaking”. Otras composiciones como “Underneath The Stars” o “It’s Never Too Late”, fluyen en la fantasía, y acompañadas de melodías claramente inspiradas en el pop orquestal de los años 60, recuerdan a hits de Stereolab o Belle and Sebastian. La pieza más folk llega con “Take The Silver” (colaboran The Rails), donde Sarah juega y se funde sobre una vibrante sección de cuerdas.

Y si todo el disco gira bajo cielos soleados que invitan al relax, el candor de la voz de Sarah se rompe en el eclipse “I Am Not Your Enemy”, y entre aullidos de guitarras y teclados oscuros, nos enseña por una vez las uñas. La susurrante “Favourite Chair” sirve para recuperar el pulso y cerrar una obra en la que, incluso cuando deja de sonar, se puede escuchar el vaivén de las olas. El álbum fue grabado y producido por Carwyn Ellis y Seb Lewsley, en gran parte culpables del equilibrio entre las florituras orquestales y el folk-pop en el que se extienden los cantos radiantes de sirena de Sarah Cracknell.

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