Los vizcaínos Niños Pájaro vuelven a desplegar sus alas postpunk, para poder seguir volando junto a Parálisis Permanente a través de las atmósferas creadas por Bauhaus. Su más reciente trabajo describe historias de gótico desamor, atrapadas en una gélida jaula forjada a base de pesimismo vital e incertidumbre.
El disco comienza fuerte con "Entre Ruinas", un potencial hit que se apoya en un pegadizo estribillo de aires pop, de los que se agarran con ganas al cerebro y se quedan a vivir ahí durante una buena temporada. Destaca también el ambiente opresivo de "Mala Estrella", la composición más extensa, con esa envolvente parte instrumental final, encargada de dibujar el boceto de una tristeza que siempre puede ir a más. "Electroshock" es el tema más "paralítico" de todos, un mordisco directo a la yugular de un tiempo pasado y no necesariamente mejor, cuyos recuerdos torturan y empequeñecen el alma.
La inconfundible voz, épica y angustiosa, de Txarly, hace que las sombras de La Casa Usher y Los Carniceros Del Norte sean alargadas, erigiéndose como la gran maestra de ceremonias de la lírica del desastre emocional. Las pesadillas no soñadas se encuentran a la vuelta de cada esquina.
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