Tras editar tres trabajos largos en 2016 –la reedición de "Screws" (12) con reworks de gente como Soul Channel o Helios; "Trance Frendz" junto a su amigo Ólafur Arnalds, y el muy recomendable "Tag Eins Tag Zwei" junto a F.S. Blumm–, uno pensaría que el compositor Nils Frahm descansaría durante el pasado 2017. Nada más alejado de la realidad. Durante dos años, ha estado construyendo su nuevo estudio en Berlín. La reinvención de este gran estudio (el Saal 3, propiedad de un amigo de la familia en el mítico Funkhaus del Berlín Oriental) ha sido el pilar en el que se ha compuesto este nuevo trabajo de Frahm, convirtiéndose en el disco más plural y variado de este autor alemán. También el más electrónico, en el que saca mayor partido a su Moog.
En "All Melody" ya no ha tenido que colocar fieltros en los martillos del piano como en "Felt" (11) o tocar el piano con nueve dedos por culpa de una lesión como en "Screws". Ahora, Frahm puede convertir un gran órgano de tubos en una caja de ritmos, una caja de ritmos en flautas ("A Place"), un piano en su voz (la preciosa "My Friend The Forest"), o acercarse a la concepción de techno de Francesco Tristano con dos de los mejores temas de electrónica que escucharas en este 2018: la emocionante "Sunson" (tan cercana al espíritu vitalista de temas como "Strings Of Life" de "Rhythim Is Rhythim") y el cósmic analógico de "All Melody".
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