Okey Dokey
Discos / Natural Child

Okey Dokey

8 / 10
Nacho Serrano — 15-12-2016
Empresa — Natural Child / Popstock!
Género — Rock
Fotografía — Archivo

Quizá las expectativas se descontrolaron, pero Natural Child no convencieron del todo en su gira española de 2014. Una lástima, porque algunos desconectamos ligeramente de su trayectoria e incluso dejamos de esperar la llegada de su nuevo disco. Ha tardado, pero ha llegado, y otra vez nos tira de espaldas el talento que encierran sus nuevas canciones. Y la luz, ¡qué luz! El sol entra a través de unas pestañas legañosas que amanecen a un nuevo día en “Sure Is Nice”, uno de los mejores arranques de disco de la temporada. Habría que ser de piedra para no dejarse contagiar por semejante ola de buen rollo road-movie style con los Canned Heat de copilotos. Su manejo de la imaginería musical norteamericana se hace desarmante con una “NSA Blues” que te hace pensar en qué diría de ellos Fogerty, y en “Out Of Sight” rompen de repente la baraja desarrollando un trance blues-rock cósmico que podría durar hasta el infinito.

“Now And Then” recupera la esencia más roots y los lleva a los terruños que The Band cabalgaron con gracia divina. Lo mismo que “Trascendental Meditation”, pero aquí el niño natural se deja llevar por ese desparpajo que le ha llevado a compartir escenario con paladines garajeros como los Black Lips, evidenciando que esa naturalidad, esa inocencia es –o debería ser- claramente un nexo invisible entre ambas escenas. “Okey Dokey” arranca como el tema más duro del álbum, como una jam a lomos de ostinato de piano que no lleva a ninguna parte. Curioso tema titular, desde luego.

La buena onda resurge con una sencilla “Juanita” que remite al “Ramblin’ man” de los Allman Brothers con clase y distinción, y “Self Centered Blues”, única concesión absoluta a la atmósfera baladística, se acerca bastante a lo mejorcito de Little Feat. “Benny’s Here” viene a ser la secuela de “Okey Dokey” pero con un puntito Fleetwood Mac, y “It’s A Shame My Store Isn’t Open” cierra el artefacto con psicodelia pura, dura y de la buena, como una “Voyage Of The Trieste” de The Chocolate Watchband pero sin sitares. ¿Y así, el disco no se convierte en algo deslavazado? Bah, sólo un poquito.

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