Hot Hot Heat
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Hot Hot Heat

6 / 10
José Carlos Peña — 11-07-2016
Empresa — Kaw Liga Records
Género — Pop

Se acabó. Bajada de telón. Pocos grupos aciertan a finiquitar su trayectoria explícitamente (otra cosa son los discos póstumos, más frecuentes de lo que pensamos). Eso es lo que ha hecho el cuarteto canadiense, que anunció ya en abril vía Twitter que este disco sería su despedida. Tiempo para el balance.

Hot Hot Heat nacieron en otra era: Cuando una joven y amable banda con un pie en la New Wave de finales de los 70 (dance rock vibrante lo llamaron ellos), podía fichar por una discográfica de prestigio como Sub Pop y esperar todo: De las críticas positivas a las buenas ventas y los grandes escenarios. Pero algo se quedó por el camino, y Hot Hot Heat, cambios de formación y discográficas de por medio, sucumbieron a la implacable trituradora de la sobreabundancia y el recambio perpetuo.

Este quinto disco llega seis años después de “Future Breeds”, lo cual en los tiempos que corren es una eternidad. Si aquél buscaba nuevos caminos para revitalizar una fórmula exhausta, “Hot Hot Heat”, aunque incluye canciones compuestas en diferentes momentos, recapitula los logros iniciales más poperos de un grupo que ha aglutinado como pocos virtudes y pecados del indie de los últimos 15 años: Olfato melódico abiertamente mainstream, referencias cultas, músculo rítmico, sonido expansivo y una amabilidad blandita que en este caso matiza esa portada de expresionismo caricaturesco.

Desde la euforia de sintetizadores analógicos del single “Kid Who Stays In The Picture” a los estribillos abiertamente accesibles de “Pulling Levers” y “Bobby Joan Sex Tape”, del aire Strokes de las melodías vocales de “Magnitude” o “Mayor of The City” al esforzado ritmo reggaeton de “Alaskan Midnight Sun”, la banda pone todas sus cartas encima de la mesa en 31 minutos. Sin embargo, la supuesta fiesta, esa celebración que concilia aires alternativos y comerciales, me deja frío, aunque reconozco que saben hacer canciones directas y resultonas.

“The memory´s here. It won´t go away”, repite Steve Bays en el sobrio cierre homónimo. ¿Quedará? El tiempo dirá. Yo lo dudo.

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