Higher Truth
Discos / Chris Cornell

Higher Truth

6 / 10
Marcos Molinero — 06-10-2015
Empresa — Universal Music
Género — Rock

Mi relación con Chris Cornell es claramente de amor/odio. Nunca le perdonaré algunas decisiones, pero por otra parte, nos ha brindado tantos buenos momentos… No entraré en el cambio de rumbo de Soundgarden, pues me parece un cambio coherente, pero su disco en plan Justin Timberlake con Timbaland, son de esos que hunden carreras.

En solitario aparte del patinazo de “Scream” ha sido mas de oscuros que de claros. Su proyecto con  Audioslave tampoco acabó de convencerme. Pero es cierto que su glorioso pasado pesa mucho, y por ello llego reticente a este “Higher Truth”, claro que basta la inicial “Nearly froto my broken heart” para despertar mi interés.

Cierto que disfruté algunos momentos de su carrera en solitario, como es el caso de un “Euphoria morning” deudor de Jeff Buckley al que le hizo de productor. Un disco que seguía su estela y la del ultimo trabajo con Soundgarden “Down on the upside”. Pero no es menos cierto que su retorno con Soundgarden me dejo frío. No tanto como el de Alice in Chains, pero bastante. Quizás “Carry On” fue su mejor momento en solitario.

Este “Higher Truth” reúne la esencia de toda su carrera tendiendo al lado más suave y conmovedor. Por momentos se le va la mano con el azúcar pero no llega la sangre al rio. “Before we disappear” es un ejemplo. De todas la bandas de Seattle que vi en directo, Pearl Jam, Mudhoney, Nirvana etc… Soundgarden hicieron de lejos el mejor concierto. Así que seguimos así: una de cal y otra de arena. “Through the window” desnuda, casi vale el precio del cd. Pero es un espejismo.

Es un disco muy acústico, por lo que la voz de Chris sobresale y podemos apreciar su paleta de registros. Es de lejos uno de los cantantes que más me emociona. (Su disco con Temple of the Dog es más grande que la vida). “Josephine” es un tiro al corazón. ¿Simple, ñoña?. Quizás, pero la voz de Chris me deja a sus pies. Y así van pasando los temas, sin sobresaltos.

Rock intimista, folk de salón y chimenea. Rock adulto sin aristas. Las aristas y el dolor lo deja para Soundgarden que ya están trabajando en su nuevo trabajo. El tema que da nombre al disco con Chris al piano nos retrotrae al Elton John de los setenta. Pero sin magia. El álbum acaba poco a poco, quizás por la linealidad de los temas, volviéndose aburrido. El piloto automático es un viaje placido, sin sobresaltos ni momentos de gran excitación, salvo la inicial y un par de cortes más. “Dead wishes” brillante y “Our Time in the universe” con sus aires arábicos, pero poco más. Demasiado poco para un artista capaz de más. En los temas extras “Misery chain” con ese olor a taberna y un Chris cercano a un crooner herido brilla más que en una media docena de temas que sí salen en el formato original.

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