El problema de Konstatin Gropper de Get Well Soon siempre ha sido esa indulgencia que le incapacitaba para aplicar la tijera y ejercer un cierto control cualitativo sobre su producción. Nunca le han faltado ni clase ni ideas brillantes, pero la desmesura a la hora de plasmarlas ha acabado emborronando muchos de sus logros a base de trabajos descompensados. Por eso reconforta que, con la idea del amor por bandera, haya logrado embridar esa grandilocuencia que le perdía, gestando su álbum más equilibrado: aquel que puede justificar con menores complejos su adscripción a un universo compartido con Patrick Wolf, Neil Hannon o Stephin Merritt. Lo prueban baladas certeras (“33” o “It's A Fog”), exquisitos medios tiempos de pop elegante y estancias ventiladas (“Eulogy”, “Marienband”, “I'm Painting Money”) y al menos dos temas exultantes, “It's A Mess” y la sobresaliente “It's Love”. Estupenda depuración de estilo la suya.
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