Works For Tomorrow

Que bandas veteranas y alejadas de los focos mediáticos disfruten de segundas (o terceras) oportunidades, o sigan en activo, en versión mejorada es un privilegio de estos tiempos; pensaba en ello al ver el inesperado bolazo que dieron las (casi) olvidadas Babes In Toyland en el Primavera Sound, y vuelvo a pensar en ello al toparme con el excelente nuevo disco de la banda de Chicago, que en otro mundo sería una institución del mejor rock alternativo, pero en éste mantiene su estatus de culto.

Al estilo de veteranos compañeros de ciudad como Bottomless Pit, The Sea And Cake o Shellac, la seminal banda norteamericana se ha dado un homenaje con su duodécimo disco, de tal modo que estamos ante uno de sus mejores trabajos en 32 años, lo que no es ninguna tontería. La veteranía es un grado y aquí, desde los primeros golpes de batería de “Vanishing Point” a los coros de “End With Me” todo tiene un sentido que sólo puede alcanzarse con madurez bien entendida y muchas tablas.

A estas alturas de la jugada, como sucede con sus colegas de escena, a los de Chicago se la trae al pairo todo lo que no está relacionado con la música, y se nota: Se han metido en el estudio vintage de Wilco -The Loft- para registrar el sonido orgánico de diez canciones en las que le dan una vuelta al rock visceral y el blues como saben hacer por allí, capturando la energía cruda de un directo que sigue siendo su razón de ser. En esa tierra de nadie en la que el rock alternativo y el rock a secas, es decir, sin tonterías, se confunden.

Por primera vez desde 1994, el cuarteto formado por Rick Rizzo, Janet Beveridge Bean, Mark Greenberg y Douglas McCombs enrola a un segundo guitarra (James Elkington de Brokeback o Tweedy), con resultados incendiarios desde el primer corte, “Vanishing Point”, con su ritmo irresistible. Hay mucha chicha aquí: Del post-punk primario de “Works For Tomorrow o “The People´s History” ” al blues asilvestrado de “Snowblind”, el riff de “Cheap Gasoline” y sus aires psicodélicos, el estribillo macarra de “Go Tell It” o el feeling de la tierna “The Unknowing”...Si la calidad de una banda es directamente proporcional a la química de sus miembros, Eleventh Dream Day están hoy en su mejor momento.