Emerging Adulthood
Discos / Dan Croll

Emerging Adulthood

8 / 10
Raquel Ríos — 07-07-2017
Empresa — Communion Records
Género — Pop

“Emerging Adulthood” no es sólo un disco brillante en el que te encuentras absolutamente de todo, sino que además sirve de alegato para aquellos que están a punto de subir el primer escalón que conduce a la vida adulta. Hay tantos caminos posibles y tantas ideas confusas en la cabeza que no se sabe muy bien por dónde tirar. Eso es lo que le pasó al propio Dan Croll cuando terminó su primer disco. Que le entraron las dudas. No sabía si sería lo bastante bueno, ni si gustaría lo suficiente como para poder sacar un segundo. Ahora que lo ha hecho pretende que su trabajo sirva para que otros en su misma situación sepan que sí se puede.

Se puede hacer un disco en un estudio profesional de Atlanta aunque el primero lo grabases sin presupuesto en el hall de un viejo colegio; se puede trabajar con Ben Allen, el productor de Animal Collective y Cee Lo Green; y se puede aprender a tocar absolutamente todos los instrumentos por tu cuenta. O al menos se puede si eres Dan Croll. El artista británico tiene entre las manos un álbum, sin duda, más profesional y maduro que el primero. Es un trabajo muy personal. Él mismo reconoce que hay un poquito de su vida en cada uno de esos 10 temas que parecen hechos al milímetro para tratar de acariciar a las masas desde un ángulo de visión un poco más alternativo. Atrapan los agudos imposibles de “January”, su canción favorita; enganchan las guitarras potentes de “One of us” que abren el disco; bailas con el rollazo de “Bad Boy” y se goza el remate a lo grande desde “Tokyo”, la ciudad en la que sueña tocar algún día el artista de Liverpool.

A veces su música suena a folk, otras a electrónica y en este disco incluso se escuchan beats hip-hop de corte afro, una mezcla explosiva por aquello de abarcar cuanto más mejor. Y es que “Emerging Adulthood” lo tiene casi todo: un título inspirado en un libro de un autor estadounidense, un latido tremendamente enérgico y pasional que se mantiene en cada uno de los cortes y esos toques delicados de músico experto y autodidacta que controla absolutamente todo el proceso. Aficionado a los golpes de efecto digitales, no empieza una canción hasta que no descubre una base de batería lo suficientemente potente. Todas las que encontramos en este disco la tienen. Y aunque su timidez y apariencia de niño bueno hacen que echemos de menos notar su voz más presente, se nota que detrás de cada corte está un músico con la experiencia de haber tocado con Imagine Dragons. Es difícil imaginar, sin embargo, que él sólo pueda llegar a crear un mundo en el que cabemos todos.

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