Wasted and stoned
Discos / Albert Cavalier

Wasted and stoned

7.5 / 10
Jon Pagola — 30-01-2017
Empresa — Rockein!
Género — Garage

La escuela más importante a la que acudieron en primer lugar Pablo, Gonzalo, Asier y Javi no fue un conservatorio, ni siquiera una sala de ensayos. Se pasaron todo 2014 y la primera mitad de 2015 metidos en la sala Dabadaba de Donostia y, gracias a la desaparecida promotora Ayo Silver!, descubrieron un montón de grupos de Burger Records con los que se sintieron identificados. Aquellos jóvenes de 18-19 años que empezaron haciendo versiones de los años 60-70 no sabrían apenas tocar, pero tenían claro cuál iba a ser su orientación musical. Desde entonces, ha habido un pequeño reajuste en la formación -Javi ha sido sustituido al bajo por Adela-, fueron seleccionados para tocar en Kutxa Kultur Festibala -lo que les permitió grabar un EP en condiciones, “We don´t fuckin´ surf”, en los estudios Mecca de Oiartzun- y, sobre todo, se han curtido tocando en directo.

Si Ayo Silver! les proporcionó un espejo donde mirarse, la plataforma de lanzamiento la han encontrado encima de un escenario. El punto de inflexión de su trayectoria tuvo lugar en mayo del año pasado en el que se llevaron el premio Rockein! y triunfaron, junto con Vulk, en el festival Doble Check del Dabadaba. Estos chicos son listos y son espabilados y en las tres canciones de "Wasted and Stoned" han aprendido la lección extraída de sus directos: inyectar músculo a su sonido, llenar el depósito de gasolina. Producido por Jon Aguirrezabalaga y grabado y mezclado en El Tigre Estudios por el propio Jon y Xabi Eguia a finales de 2016, en el EP se percibe una clara mejoría sin haber perdido sus señas de identidad. Si una agencia de publicidad tuviera que condensar en un lema el espíritu del Albert Cavalier sería algo así como “desparpajo juvenil from Donostia to California”. Ellos, por su parte, se autodefinen como “juventud del marco incomparable”, con lo que demuestran que también tienen sentido del humor.

La canción que da nombre al disco recuerda a Meatbodies y a toda esa facción guerrera del nuevo garaje de la Costa Oeste, mientras que en su nueva versión de “La Casita” -¡es la tercera vez que la graban!- hay más distorsión y ruido que nunca. Entre una y otra se encuentra “Times We Won´t Forget”, bastante más calmada, que funciona como un breve alto en el camino para tomar aire antes de volver a la carrera, y en la que parecen narrar sus propias vidas cuando dicen que “nunca descansamos, es una época que nunca olvidaremos”.

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