25
Discos / Adele

25

8 / 10
Álex Jerez — 23-11-2015
Empresa — XL Recordings / Popstock!
Género — Pop

Todos quieren a Adele y en muchas ocasiones la crítica musical queda en un segundo plano a favor de la euforia y el éxito de su regreso. Han pasado casi 5 años desde que “21” se lanzara al mercado para terminar convirtiéndose en el álbum más vendido del siglo XXI al superar los 31 millones de copias. La tristeza mueve masas y aquella chica británica, solitaria y destrozada; hizo historia.

Pero, Adele ya no es la misma. Por nada del mundo quiere pasar de nuevo por esa situación emocional del pasado. Irónicamente no quiere más veintiunos en su vida y se presenta este 2015 con un espíritu pop algo más esperanzador. “25” (XL Recordings) habla de la nostalgia, del paso del tiempo y del perdón. Existe el drama, pero desde una perspectiva más controlada, sanadora y llamémosla positiva. A sus 27 años la estrella se ha dado cuenta de que su juventud ha desaparecido frente a la maternidad, el caos de la fama y la presión creativa. Y, aunque ha comentado en varias ocasiones que es consciente de que el éxito de “21” no se repetirá. Démosle tiempo al tiempo.

Nada más salir “25” ha alcanzado unas ventas de casi 2,5 millones de copias en USA en solo una semana. Además, decidió vetar el disco en las plataformas de streaming y eso provocó que el día de lanzamiento vendiera 900.000 copias en iTunes USA. Una auténtica locura. Pero, ¿por qué una chica que lo único que quiere es estar en su casa tomando té y alejada de la fama llega tanto a la gente?

Digamos que con “25” lo tenía bastante fácil y no vemos a Adele dispuesta a someterse a una experimentación que le quite su corona. Tras estrenar el disco con “Hello” (posiblemente el single de apertura más flojo de su carrera) el camino estaba más que creado. “25” respira pop setentero por todos lados. Canciones bonitas del estilo de The Carpenters, Carly Simon o Carole King. Esa esencia de dama de la canción y una predilección por los oldies que está más presente que nunca (“Love in the dark”, “All I Ask”). Ha dejado atrás la fuente más distintiva desde sus inicios. Con ‘25’ dice adiós a ese punto R’n’B (“Rumour Has It”), el soul y la esencia bluegrass de temas como “If It Hadn’t Been For Love”. Y esto no se trata de algo positivo, ni negativo, simplemente se trata de llegar a un punto de estabilidad.

No os vamos a mentir si os decimos que nos hubiese encantado ver en “25” a una Adele más arriesgada y dispuesta a explorar en los géneros. Pero, encontrar la definición a través del pop más clásico también nos parece una buena opción. Y más cuando cuentas con el apoyo de un equipo de lujo y grandes incorporaciones para esta nueva era. En “I Miss You” vuelve a encontrarse con Paul Epworth, aquel genio que produjo “Rolling In The Deep” y que ahora le ha tocado trabajar bajo unos límites intimistas (eso sí, su sello personal sigue ahí con la percusión y los coros). Por otro lado, cuando nos enteramos de que Max Martin estaría tras “25” nos dio algo de miedo. Adele no tiene corte de diva pop, no es Taylor Swift o una reciente Ellie Goulding dispuesta a convertirse en la estrella del momento. Con Adele hay que saber no destacar y curiosamente en “Send My Love (To your new Lover)” lo consigue.

Ryan Tedder, el eterno creador de hits británico, que se subió al carro en “21” vuelve a repetir con una desapercibida “Remedy”. Tanto en la producción como en el terreno de la composición. Y es que, Adele se ha apoyado en grandes estrellas para que los temas sean lo más redondos posibles. Bruno Mars deja su toque personal en “All I Ask” y Tobias Jesso Jr. le regala “When We Were Young” uno de los mejores temas del álbum, candidato a hit y con un atrapante piano. Llegados a este punto, poco más nos queda de “25” salvo ese respiro creativo que es “Million Years Ago”, que se mueve entre la chanson française y el jazz latino, con la producción de Greg Kurstin (The Shins, Donna Summer).
Nos da pena la despedida de Abbiss de este proyecto, figura principal en la producción de “19” y que aún mantuvo en “21” con “Take It All”. Acto que marca a la perfección la evolución musical de la estrella. Una evolución sin innovación ni sorpresas. Pero sí estabilidad, continuidad y algún que otro portazo a los fantasmas del pasado. Buenos resultados que ayudan a Adele a lidiar con un espectro de mercado nada fácil de domar. Y que si además valoras la naturalidad con la que sobrevive y el que aún pueda hacer las cosas como verdaderamente le apetece. Al final, son todo logros. Así que nada, toca asimilar este crecimiento, este cambio y dejarse llevar por la voz de su generación.

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