Verdadero o falso
Conciertos / Berri Txarrak

Verdadero o falso

8 / 10
Juan G. Andrés — 10-01-2015
Empresa — Donostia Kultura
Sala — Intxaurrondo Kultur Etxea, Donostia
Fotografía — Juan G. Andrés

Mes y medio después de publicar su último disco, ‘Denbora da poligrafo bakarra’, Berri Txarrak ha hecho historia en Intxaurrondo con cuatro noches de lleno absoluto. A continuación, desgranamos algunas impresiones del primer concierto y las sometemos a nuestro particular detector de mentiras.

“Hay pocos grupos vascos con tanto tirón”. VERDADERO. Cuando Berri Txarrak eligió Donostia para el arranque de su gira, las entradas se agotaron en menos de lo que dura una canción de los Ramones. Programaron una segunda cita y ocurrió tres cuartos de lo mismo… Así hasta cuatro veladas consecutivas en Intxaurrondo: sold out de viernes a lunes con 2.000 almas entregadas al ruido y la furia del trío navarro. A ver quién supera eso…

“Berri Txarrak vive de rentas”. FALSO. Poco amigos del confort, los de Lekunberri han festejado sus 20 años con un triple álbum que contiene otras tantas canciones de estilos diversos: metal, stoner, punk rock o incluso un insólito pop bailable de regusto indie. Hay que tener los bemoles bien puestos para concentrar las 20 nuevas composiciones en el primer tramo del bolo (“Lanbroan”, “Armak”, “Xake-Mate Kulturala”, “Sutxakurrak”, “Poligrafo bakarra”…) y reservar para el final una decena escasa de clásicos como “Ikasten”, “Libre”, “Jaio.Musika.Hil”, “Oreka”, “Betiko leloaren betiko leloa” o la emocionante versión del “Lilurarik ez” de Mikel Laboa. Todas las coreó la chavalería con idéntica pasión, incluso las más recientes. “Os las habéis aprendido mejor que nosotros”, bromeó el simpático Gorka Urbizu.

“A los rockeros les cuesta renovar su público”. FALSO. No es muy habitual que un mismo grupo convoque a públicos de generaciones dispares. Una alegre muchachada de entre dieciseis y veintitantos años copaba las primeras filas, atestadas de chicas que suspiraban por el nuevo corte de pelo del cantante y de chavales con acné que aún no habían nacido o andaban a gatas cuando Berri Txarrak publicó su primera maqueta allá por 1994. Por su parte, los sonrientes cuarentones permanecían en un discreto segundo plano al fondo de la sala, a la espera de que sonaran los temas viejos.

“Su directo es impecable e implacable”. VERDADERO. Los Berri se despacharon con más de dos horas de trepidante actuación aderezada con un espectacular juego de luces y sonido: solo se pudo recuperar el resuello con la bella y cadenciosa “Aditu bihurtuak”. Por lo demás, Urbizu presumió de cuerdas vocales y de guitarras varias mientras los veloces David Gonzalez (bajo) y Galder Izagirre (batería) marcaban el latido de un cancionero arrollador con una pirotécnica exhibición de ritmo.

“Hay Berri Txarrak para rato”. VERDAD VERDADERA. En los próximos días les aguardan varios escenarios de Euskal Herria y del Estado, así como fechas en Burdeos, París, Frankfurt o Berlín. “El tiempo es el único polígrafo”, reza el título de su último disco, y en dos décadas han hecho méritos suficientes para encabezar el podio del rock euskaldun: eso no hay máquina de la verdad que pueda rebatirlo. Sobre cada una de las doce horas del reloj que en la gira preside el bombo de la batería figura una misma palabra, “orain”, que en euskera significa “ahora”; es el tiempo en el que vive instalada una banda que disfruta del momento sin mirar atrás ni caer en la nostalgia. Carpe Diem.

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