Sorpresas en el 20 aniversario de Spanish Bombs
Conciertos / Anni B. Sweet

Sorpresas en el 20 aniversario de Spanish Bombs

8 / 10
María Martín-Consuegra — 06-02-2015
Empresa — Spanish Bombs
Sala — Barceló
Fotografía — David Pérez Marín

Aunque 1995 es el año “oficial” de su creación, la oficina de management y contratación Spanish Bombs viene arrastrando su actividad desde 1988. Fue en ese momento, durante la 14ª Festa do Queixo de Arzúa en la que intervinieron grupos como La Frontera, Malevaje o Los Coyotes cuando empezó a fraguarse el germen de un proyecto que ha dibujado parte de la historia de la música independiente de nuestro país en los últimos años. “Bueno, afortunadamente la historia de la música en nuestro país es muy larga, se podría decir que nosotros hemos escrito una página. Una pequeña página”, comenta un modesto Carlos Mariño, fundador del proyecto, en la fiesta del 20 aniversario de Spanish Bombs que se celebró en la noche del jueves en Madrid y que hoy se repetirá en Barcelona. Y como el movimiento se demuestra andando, Spanish Bombs quiso reflejar la buena forma en la que se encuentran sus propuestas musicales más recientes. Delacruz, la banda sevillana formada por Miguel Rivera y César Díaz tras la disolución de Maga, se encargó de abrir la velada con una propuesta muy ochentera. Breves, como todos los músicos que pasaron por el escenario del Teatro Barceló (antigua Pachá), pero suficiente para demostrar que pese a la novedad del nombre, las caras y los buenos hábitos de formaciones anteriores continúan en ellos.

Otras de las últimas propuestas en llegar hace algunos años a la oficina de Spanish Bombs fue la de Anni B. Sweet, que anoche se centró en los temas de su último trabajo “Chaising Illusions” que verá la luz el próximo 10 de marzo. Aunque hubo tiempo para la revisión de clásicos como “Motorway” o para la potencia de temas como “Ridiculous Games 2060” y “Getting Older”, ambas de su segundo disco, el peso del mini set eléctrico que ofrecieron recayó sobre las nuevas composiciones. Unas canciones (por los menos las interpretadas anoche) que destilan sonidos de sintetizadores ochenteros por todas partes, sin dejar de lado la tradición más sixties-seventies que tiene Anni a la hora de escribir letras y melodías. Se nota que a la malagueña el cuerpo le pide banda y electricidad “tengo muchas ganas de ver a la gente bailar con los temas y que me hagan bailar a mí, pero ahora es complicado porque aún no se conocen las canciones y todo el mundo está más atento a qué está sonando que a bailar. Más adelante bailaremos todos...”, bromeaba Ana con Mondosonoro y añadía “He querido tocar 'Never' porque aunque es el típico tema que está medio perdido en el disco, es el que más me gusta”. Habrá que estar atentos a él.

Con la misma filosofía de siempre, la de “mirar hacia la música que más nos gusta, que mas nos llega”, como aseguraba Carlos Mariño, Spanish Bombs sigue apostando por bandas jóvenes que aportan la frescura que en su día pudieron ofrecer formaciones como Dover, grupo que significó un antes y un después para la agencia “Dover se cruzó en mi camino en 1997, llamé un día a Subterfuge pregunté por ellos y me dijeron que no tenían mánager. Los vi en el Festimad de ese mismo año y ya eran un pelotazo enorme. Todo el mundo andaba detrás de ellos, pero finalmente quedé un día con ellos para comer en un Vips, les dije que me encantaban, que quería trabajar con ellos y al final me dijeron que sí”. Después de eso llegó la locura del “Devil came to me” y otros nombres ligados a la agencia que a raíz de ahí tuvo que trasladarse desde Santiago de Compostela a Madrid. Sôber, Los Planetas, Fangoria, Nawja Nimri... La lista es interminable.

Entre esos nombres se encuentra Delorean que anoche puso el toque más bailongo (como siempre hacen allá por donde van) en la sala. Los de Zarauz combinaron su repertorio más instrumental de estructuras pop con ese otro en el que software, los sintes, y sonidos por ordenador les permiten revisionar sus propias canciones. Unas texturas a las que supo sumarse al final del concierto Noni (Lori Meyers), encargado de la música que sonaba entre propuesta y propuesta.

Si hay algo que destacaron muchos de los invitados a la fiesta de anoche es la apuesta que ha hecho Spanish Bombs desde sus inicios por propuestas diferentes. “Es una pequeña familia de gente a la que realmente le gusta la música y a los grupos los cuidan un montón. No tienen ningún tipo de prejuicios y ante propuestas diferentes escuchan y si ven que hay potencial lo reciben con mucho cariño”, explicaba Mario Vaquerizo, un nombre ligado a la compañía no sólo por Fangoria, grupo al que representa y de cuyo booking se ocupa Spanish Bombs, sino también por Nancys Rubias “Spanish Bombs fueron los únicos que confiaron en Nancys Rubias desde que nos vieron . De hecho Carlos Mariño es casi una Nancy más”, confesó.

Precisamente él, Mario Vaquerizo, junto a Manolo UVI, Rafa Jiménez (PPM) y Enrique Bastante (Gabinete Caligari), fueron los encargados de cerrar la velada con lo que se convirtió en la presentación oficial de Ramonsters, una peculiar banda tributo a Ramones. Teniendo en cuenta que el proyecto cuenta con un pionero de la escena punk madrileña como es Manolo UVI, el experimento no podía salir mal del todo. Y lo cierto es que aunque Vaquerizo no es el mejor cantante que ha dado este país y la adaptación al castellano de temas legendarios de los neoyorkinos chirriaba un poco (“Eh, oh, vámonos!”, entonaba un Mario Vaquerizo con peluca al que no reconocieron muchas de las personas entre el público), la propuesta, encaminada de momento solo al directo, gustó y consiguió su objetivo: divertir. “Aquí no hay ninguna pretensión, simplemente pasarlo bien de momento no nos planteamos grabar ningún disco”, explicaba el frontman minutos antes de la actuación “Me encanta ir todos los días con ellos a Gruta 77 a ensayar, tocar y montar las canciones. Es un proceso muy bonito. Es un grupo que no tiene nada que ver con Nancys Rubias, pero me encantan los dos”.

El evento estuvo apadrinado por los quesos de Denominación de Origen Arzúa-Olloa que, como la canción de Los Clash, ha acompañado a Spanish Bombs desde sus inicios, cuando la oficina aún ni existía y la fiebre de festivales de música en España aún estaba por llegar.

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