Oso Leone, i que no és guapo això?

Luego vendrán los detalles pero seamos claros, lo de anoche fue un bolazo. Uno de esos conciertos que confirma expectativas a los que les conocíamos, y que convierte en adeptos a curiosos y acompañantes. El ahora quinteto mallorquín venía presentando su segundo disco “Mokragora”, de nuevo editado por Foehn records. Y desde luego el Teatro Lara es un sitio idóneo para disfrutar de una propuesta como la suya. Canciones que juegan con la dinámica y que piden atención por el detalle, agradecen que cada arreglo y cada golpe percusivo pueda ser escuchado y disfrutado. Porque su discurso, sobre todo en la primera mitad del concierto, fue de eso, de detalle y mimo. Sutilidad y solidez. Demostraron estar en un envidiable estado de forma.

La formación (que incluye guitarra, voz, sintes, bajo, batería, samplers y percusión) hizo gala de una sobriedad muy madura, cada uno en su sitio, con una actitud interpretativa puesta al servicio de la canción. Y es quizás la (cada vez mayor) presencia de electrónica preciosista en su música lo que les sirve para hacer puente a partir de sus influencias iniciáticas (Junip, Kings of Convenience) y desarrollar un discurso propio.

El arranque fue brillante, con guitarras y voces que van viéndose arropadas por sintes, bajos envolventes, baterías sólidas y percus electrónicas - gracias a su Octapad rebautizado como “Octapaco” ;). Y nos fueron atrapando así sin querer, sin prisas, con un manejo soberbio de la dinámica y una unicidad instrumental e interpretativa que permite ir subiendo peldaño a peldaño con ellos cada uno de los incrementos de intensidad. Eso sí, mejor en esos momentos de intimismo, chasquido electrónico y delicadeza instrumental (que alcanzó su cenit con “Ficus”) que en los más “de banda”.

Y poco más que añadir, señores. Poca broma. Si Mount Kimbie y José González hubiesen nacido en Deià y les hubiera dado por juntarse, a lo mejor hubieran sonado así. O quizás no tan bien, eso nunca se sabe..."I que no és guapo això?".