Noches de poses y bailes
Conciertos / Cycle

Noches de poses y bailes

8 / 10
Iker Murillo Letamina — 14-11-2014
Empresa — Mauka
Sala — Stage Live
Fotografía — Dena Flows

La música avanza y evoluciona. Es algo tan tangible y obvio que el simple hecho de decirlo suena innecesario. Existen quienes se suman a esa evolución y disco tras disco demuestran su camaleónica capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos y quienes, permaneciendo fieles a un estilo, logran remar a contracorriente y sobrevivir en el negocio de la música. Cycle llevan ya una década recorriendo los escenarios defendiendo ese collage de after punk y synth pop ochentero. Un estilo propio que no muestra visos de envejecer y que volvió a Bilbao con energías renovadas gracias a esa maravilla a la que han bautizado como “Saturday Girl”.

En entrevistas previas al concierto organizado por Mauka, la banda se mostraba sorprendida por la cálida acogida que su nuevo single ha recibido y por el ansia que de pronto parecen tener todos hacia ese nuevo disco de Cycle que ya se dibuja en el horizonte. Ahora todas las ciudades quieren a la banda para protagonizar sus noches de fin de semana y la formación madrileña parece irremediablemente catapultada hacia una segunda y maravillosa juventud.

Pero antes de que se abriera el telón y la banda saliese al escenario del Stage Live, la responsabilidad de ir calentando la noche recayó en los aún relativamente desconocidos Rural Zombies, seleccionados en la pasada convocatoria de Musiketxeak. La banda de Zestoa a la que ya pudimos ver en el concurso de maquetas de Gaztea y en la pasada edición del Villa de Bilbao, se presenta como la prueba viviente de que las jóvenes bandas de la escena vasca comienzan a crear escuela. Rural Zombies podrían describirse a grandes rasgos como un híbrido acertado entre Belako y Grises. Cogiendo el estilo en la línea vocal de unos y la descarada y enérgica incitación al baile de otros, la formación que ya prepara nuevo disco aspira a sumarse a esa ola de bandas vascas que van poco a poco abriéndose camino en el panorama independiente nacional. Esperemos que no sea demasiado tarde para ellos.

La banda tienes tablas de sobra para comerse los escenarios que les pongan por delante. Una amalgama de guitarras afiladas y sintetizadores de corte dream pop que se elevan en la noche y hacen casi imposible no abandonarse al baile y al salto. Música sin más pretensión que la de resultar atractiva y adictiva y que lo consigue a pesar de que sus influencias son rematadamente evidentes.

El concierto de Cycle dio comienzo pocos minutos antes de las once de la noche y con los primeros acordes a cargo de Juanjo y David la audiencia que abarrotaba la sala Stage Live de Bilbao abandonó la timidez que le había caracterizado hasta ese momento y rompió la distancia que les separaba del escenario.

El show de los madrileños juega en todo momento con el contraste de personalidades que proponen los dos personajes que interpretan los frontman Luke Donovan y La China Patino. El australiano parece arrojar sobre el escenario simpatía a bocanadas. Con esa sonrisa casi perenne y unas formas escuetas y poco dadas al baile parece mostrarse como la cara amable y blanda de Cycle. Una actitud que choca con la fuerza de un tren con la de La China Patino.

Lo suyo es otra cosa. Es la pose elevada al arte. Un personaje construido con elementos de erotismo, indiferencia y una actitud de superioridad que se transforma en intimidación cuando blande su cinturón de cuero como un peligroso látigo. La vocalista y bailarina se ha construido sobre el escenario un personaje puramente sensual y punk que parece sacado de la genialidad visual de Blade Runner. Una interpretación constante en donde cada pestañeo y cada giro de muñeca parece n querer transmitir un mensaje o reflejar una actitud. A pesar de que musicalmente es la que menos aporta a la banda, es ella la que capta todas las miradas y la que lleva a rebufo el show. Mientras tanto las visuales del proyector dibujan formas abstractas y futuristas, Juanjo lanza olas de distorsión a través de su guitarra y David Kano se mantiene en la sombra siempre cigarro en mano, encargado de lanzar las pistas una tras otra y llevar el concierto hasta los límites humanos del baile.

El sonido fue correcto en todo momento. La sala Stage Live puede presumir de una acústica impecable y de un equipo de sonido que ya querrían otros para sí. Salvo algún acople molesto en los últimos bises del concierto pocos son los argumentos que pueden utilizarse contra lo que pudo escucharse sobre el escenario tanto en el concierto de Rural Zombies como en el de los propios Cycle. La actitud de la banda no da muestras de resentirse con el paso de los años y aún son capaces de aguantar hora y media larga sobre las tablas sin dar muestras de agotamiento.

Inevitablemente el show fue un continuo in crescendo. Fue más que destacable en su primera parte donde los últimos temas de la banda se llevaron el protagonismo. Sin embargo, por más que el grupo arroje energía y actitud en todo momento, Cycle es una banda de clásicos. Porque de pronto llegaron las canciones de toda la vida y el show brilló de forma diferente. De pronto el público fue capaz de cantar de cabo a rabo todos y cada uno de los temas, las interpretaciones de la banda rozaron la perfección e incluso la iluminación parecía transmitir sus propios mensajes.

“Confusión!!”, “Apple Tree” o “You Talk Too Much”, sonaron tan redondas como en sus primeros años de vida, e incluso “Saturday Girl”, la más joven y fresca de todas suena perfectamente acoplada entre ellas. Como si siempre hubiese estado ahí. Como si ese puesto en el setlist siempre le hubiese correspondido. Al final incluso La China Patino esbozó una sonrisa y se inclinó ligeramente en señal de agradecimiento abandonando por un fugaz instante su duro papel.

Un comentario
  1. Sólo aclarar que el guitarrista de la formación no es Carlos, sino JUANJO REIG.

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