Noche plagada de éxitos

Podría no haber ido al concierto de La Pegatina, y haber hecho una crónica a lo seguro, a sabiendas que acertaría. Podría haber dicho que fue un concierto espectacular, lleno de energía, sin parar ni un instante, y con el público volcado al máximo con el grupo. Y no habría mentido. Siempre lo son. Pero si no hubiera ido al concierto que ofreció La Pegatina en la Sala Apolo, me hubiera perdido una noche de diversión única.

Seís años hace ya que La Pegatina llenó por primera vez la Apolo, en un concierto en el que estrenó una de sus canciones fetiche, "Alosque". Seís años que dan para mucho, y quiénes los hemos visto crecer en estos años, sabemos que ellos los han aprovechado al máximo. Sea donde sea, ofrecen un concierto enérgico como pocos lo hacen, sin bajar el ritmo ni un instante. Pero si es en la Apolo, una de las salas favoritas de la banda, la cosa mejora y mejora.

"Lloverá y yo veré", el leitmotiv de la gira, fue sonando a lo largo de una noche plagada de éxitos, en la que se nota el rodaje y las experiencias vividas por la banda en este lustro de viajes y conciertos. Colaboraciones encima del escenario como "Crit" con Vàlius o la celebradísima "Todos los días sale el sol" con Bongo Botrako, levantaron al público en la . Pero La Pegatina tiene repertorio propio de sobras para animar al personal: "El curandero", "Muérdeme", "La sorranchera", "Non è facile"... En las casi dos horas de concierto hubo tiempo hasta de estrenar una nueva canción, "El revulsiu", con momento "casteller" entre el público incluido.

Mención aparte merece el vitaminado momento final del concierto, el clásico de las presentaciones, que La Pegatina siempre resuelve con gracia y ritmo. Esta vez, versionando canciones tan dispares como "Achilipú", "Sarandonga", "Borriquito como tú" o "Follow the leader". Unos bises bien elegidos ("Mari Carmen", "Mamma Mia" y "Tomasín"), y un cierre en medio del público a modo de batucada, para terminar un concierto (más) de La Pegatina, pero una noche especial para su público.