Manel, el placer de hacerse mayor
Conciertos / Manel

Manel, el placer de hacerse mayor

8 / 10
Blai Marsé — 22-04-2011
Sala — Teatre Romea
Fotografía — Fernando Ramírez

La esperada presentación en Barcelona del esperado segundo disco de Manel “10 milles per veure una bona armadura” (Discmedi-Warner, 2011) se tradujo en cinco sold outs consecutivos en el Teatre Romea entre el 18 y el 23 de abril (solamente con una concesión el día 20 para no competir contra la final de la Copa del Rey). Guillem Gisbert, se inspiró en el dato de las entradas agotadas para hacer el primer gag de la noche, con la ironía que le caracteriza al hablar entre canciones: “hemos decidido presentar el disco en un teatro porque nos gusta notar el aliento y el calor del público, pero en realidad, como los medios de comunicación nunca publican el aforo del recinto, queríamos leer el titular de ‘Manel agotan entradas durante 5 días consecutivos’ ”.

La actitud de Manel fue demasiado distante del público, con menos interacción y como si llenar un teatro durante cinco noches seguidas no les sorprendiera. No hay duda de que el gran salto del cuarteto barcelonés es una realidad. Son mejores músicos y tienen más tablas encima del escenario que hace dos años. Aunque basaron su repertorio en las canciones de “10 milles per veure una bona armadura”, también hicieron varios rescates los clásicos de su debut “Els millors professors europeus” (Discmedi, 2008). Canciones como “Dona estrangera”, “En la que el Bernat se’t troba” o “Ai, Dolors” adquieren una nueva dimensión respecto a sus primeros directos, con una ejecución prácticamente automática. Eso sí, el ukelele que les catapultó ahora queda intercalado con una guitarra acústica y una harmónica deudora del maestro Bob Dylan, para afrontar las nuevas canciones. Sin embargo, la gran pregunta era como conseguirían trasladar al directo las composiciones tan ornamentadas de su nuevo disco. Las bases electrónicas de “Boomerang” se solucionaron con sonidos de percusiones y una línea impecable de bajo, mientras que en “Aniversari”, los arreglos de cuerda grandilocuentes se reemplazaron por coros interpretados por ellos mismos, con la intención de crear un clímax que el propio Guillem se encargó de romper al bromear sobre la manera como sus compañeros hacían las voces. La épica de la versión de estudio se perdió, aunque se podría haber solucionado con la invitación de un cuarteto de cuerda, o la de una tuba, sobre todo para interpretar los vientos de “Benvolgut”. Justamente estos dos, fueron los dos temas del nuevo disco que más entusiasmo generaron, aunque otras como “La cançó del soldadet” o “Criticarem les noves modes de pentinats”, también firmaron su candidatura a entrar a formar parte del cancionero catalán tradicional a usanza popular.

La traca final del concierto fue reservada para “Gent normal”, la versión de “Common People” de Pulp -la única adaptación que hicieron- y el himno “Al mar”, que registró la marca más alta en el aplaudímetro de la noche. El epílogo llegó con “Deixa-la, Toni, deixa-la”, la habanera con aires Nueva Orleans que cierra “10 milles per veure una bona armadura”. En este caso, Gisbert invitó a cantar al público para suplantar la ausencia del coro de habaneras que colabora en el disco. Teniendo en cuenta que era viernes santo, la participación del público acabó siendo muy oportuna, ya que el resultado final fue cercano a los pasos de una procesión de Semana Santa. Esta despedida agridulce para gran parte del público no impidió que la sensación al salir del Teatre Romea fuera de celebración. Manel ya han dejado de ser un hype para convertirse en un gran clásico de nuestra época, de ellos son las canciones que cantaremos a nuestros nietos. Felicidades.

Un comentario
  1. Phnonmeeal breakdown of the topic, you should write for me too!

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