Indyspensable 2011, primera jornada

“Esto no es indie, es rock” afirmó el cantante de Inlogic, segunda banda en la programación, cerca del término de su concierto. Su comentario era algo redundante después de que la formación hubiera desplegado un sonido y una actitud cercanos al hard rock, pero subrayaba la principal novedad del Indyspensable 2011: la diversidad de géneros. Una diversidad dónde la etiqueta indie deja de ser un estilo determinado, para definirse simplemente por oposición a lo mayoritario.  Así pues la primera de las dos jornadas que componen el veterano festival madrileño, estuvo marcada por la diversidad. A las 19 horas, con un sol intermitente, Red Lights abrieron el programa ante un público escaso, en gran parte formado por gente del barrio sentada en las gradas.

De nuevo el lugar dónde se realiza el Indyspensable es el Auditorio Municipal de Villaverde, un espacio al aire libre que hace las funciones de plaza, reuniendo a paseantes de cualquier edad (muchos niños) y a aquellos que específicamente acuden a ver los conciertos. La banda de apertura demostró ser bastante más que otra formación folk con voz femenina, con una cuidada ejecución musical y capacidad para extraer matices y emoción de sus composiciones en directo. Le siguieron unos enérgicos Inlogic, que dejaron de lado su vertiente acústica para apoyarse en potentes riffs de guitarra, más la versátil capacidad vocal de su cantante, sin duda uno de sus puntos fuertes. Más tarde a eso de las 20:15 The Bright hizo su aparición sobre el escenario. Su esmerada puesta en escena invoca eficazmente a los músicos folk estadounidenses sin perder autenticidad. Canciones como “Soundtrack”, “Losing Your Way” u “Odd Towns” apuntalan con firmeza su propuesta. Tras una pausa de 10 minutos, y prácticamente ajustándose al horario establecido, le llegó el turno a Dinero, trío liderado por el irlandés Sean Marholm, que canta en perfecto castellano. No se le puede negar a la banda un vigoroso directo, que no deja de sumar entusiastas, pero al mismo tiempo sus construcciones melódicas y las letras de sus canciones, no les muestran como un grupo demasiado exigente. Con todo, era uno de los platos fuertes y no defraudó a sus seguidores.

Los propios Mucho, que les sucedieron, afirmaron haberse hecho incondicionales inmediatos después de su concierto, y les dedicaron la canción “Lo hacéis muy bien”. Ellos tenían reservada la hora punta, las 10 de la noche, ya con un público más cuantioso. Llegan con la etiqueta de “ex Sunday Drivers”, al ser músicos procedentes de la banda toledana, con el ex vocalista de Underwater Tea Party como cantante. Su propuesta es sólida y los instrumentistas se muestran perfectamente compenetrados pero, cabe advertirlo, el resultado no tiene nada que ver con la extinta formación de la que provienen. Aquí se trata de un pop exuberante cantado en castellano, en el que la peculiar voz de Martí Perarnau puede crear adhesiones y rechazos a partes iguales.

Los dos grupos restantes reflejaban de nuevo la diversidad: pasadas las 23 horas, el funky pegadizo e irresistible de The Sweet Vandals, comandado por la inagotable cantante Mayka Edjo, y para cerrar el pop melódico de aroma latino de Depedro, un ejemplo de artista entre el indie y el mainstream, que cerró la jornada del Indyspensable con un concierto de más de una hora. Obtuvo uno de sus mayores logros sobre el escenario con uno de sus temas nuevos, “Nubes de papel”, que sintetizó bien su música híbrida entre los dos continentes. En general, resultó especialmente reseñable la puntualidad con que se sucedieron los conciertos, muestra de una organización meticulosa, así como el rendimiento de las en principio modestas infraestructuras: una barra a precio más que aceptable y, en un lateral, una pequeña exposición de fotografías sobre música a cargo de Alfredo Arias, Tonymadrid, Juan Pérez Fajardo y Javier Bragado.