Al igual que Julieta Venegas hace unas semanas, Fuel Fandango llegaban a la Ciudad Condal sin dar la oportunidad a sus seguidores de empaparse de los temas de su segundo trabajo “Trece lunas” (Warner, 13). En concreto se lanzaban al escenario del Music Hall al día siguiente de la presentación del disco, con el añadido de que una lesión en la mano de Alex Acosta obligaba a reclutar a un guitarra de apoyo, centrándose el primero exclusivamente en los teclados y samplers. Sin embargo nada de esto empañó lo que acabó en rotundo éxito, con un público entregado y con ganas de que la formación regrese con las nuevas canciones mucho más rodadas a un recinto de mayores dimensiones.
Nada de esto debería extrañarnos. Fuel Fandango, lo que hacen, lo hacen muy bien, sobre todo gracias al carisma de una Nita que además de poseer grandes dotes vocales, algo muy obvio a estas alturas, sabe meterse al público en el bolsilllo con su simpatia sin pretensiones. No va de diva y se le adivina un carácter no exento de dulzura, aunque lo mejor es que sabe trasmitirlo a través de sus gestos y su magnífica voz. Si a eso le añadimos que musicalmente saben combinar de forma más que elegante elementos que van del trip hop al funk, pasando por el soul, el electro y esas gotas de flamenquillo que los hacen tan próximos, ya tenemos el secreto de su éxito. Un estatus que va a crecer gracias a un segundo trabajo que suena mucho más rotundo y variado que el primero. Solo hay que ver lo bien que funcionaron temas como esa “City” que, al igual que el disco, abrió su concierto, u otros como esa incursión en el blues que es “Little Pain” o el electro-tribal “Nature”, en la que tres de los miembros del grupo –incluída Nita- acabaron golpeando las percusiones.
En el apartado del debe hay que decir que un tema tan rockero como “Read My Lips” no acabó de sonar con la misma contundencia metalera que en el disco, aunque el broche de oro que representó “Maze”, el mejor tema de su último trabajo, borrara cualquier pero de un plumazo. De hecho, junto al single en castellano “Trece lunas”, son dos de los nuevos cortes que les van a dar más satisfacciones.
En definitiva, una noche que, sin ser tan apabullante como la propuesta de Fuel Fandango puede llegar a ser, cumplió con nota la expectativa de empezar a mostrar unos temas que auguran una carrera en irrefenable ascenso. Volverán y esa vez no habrá excusas.
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