Fiesta nacional
Conciertos / Festival Gigante

Fiesta nacional

7 / 10
Guillermo Chaparro Terleira — 05-09-2016
Empresa — Gigante
Fecha — 02 septiembre, 2016
Sala — Fuente de la Niña / Guadalajara
Fotografía — Alfredo Arias

"Queremos mandar nuestro ánimo a los chicos de Supersubmarina". Frases y muestras de apoyo como esta predominaron este fin de semana sobre los dos escenarios del Festival Gigante (situados en el estadio Fuente de la Niña, Guadalajara), que con las 15.000 personas que asistieron a esta tercera edición, repite la cifra conseguida el año pasado y se va consolidando en el panorama nacional a pasos agigantados.

El viernes el estadio Fuente de la Niña abría sus puertas a las cinco de la tarde con los conciertos de Jacobo Sierra o Nudozurdo, pero no fue hasta el rock descarado de Egon Soda cuando el festival comenzó a tener aires de tal, sobretodo con la interpretación de "Reunión de pastores, ovejas muertas" junto a unos Sidonie desatados sobre el escenario.

Minutos después, La Habitación Roja aparecían en el escenario Supersubmarina (en honor al grupo) con un aforo que iba creciendo poco a poco. Los valencianos abrieron con "L'Albufera", tema que abre también el disco que lanzaron este mismo año, "Sagrado Corazón". No obstante, tal y como dijo Jorge Martí, "de vez en cuando hay que echar la mirada atrás". Todo un acierto. Éxitos de la banda como "La segunda oportunidad", "Voy hacerte recordar" o  "La moneda en el aire" iban calentando las gargantas del respetable hasta el emotivo momento con "Indestructibles", donde Martí cedió su turno al público para cantar al unísono el estribillo, logrando uno de esos momentos que dejan los pelos de punta. "Somos La Habitación y esto es lo que hacemos" anunciaba el cantante justo antes de comenzar "Ayer", la última canción del concierto y que consiguió no dejar ningún pie anclado en el suelo.

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Tocaba el turno de la Santa. Hace tiempo que Zahara se puso el traje de diva del pop sobre el escenario. Con un elegante vestido negro salía a escena para interpretar "Tú me llevas" rebosante de energía y fuerza, moviéndose como si estuviera poseída por sus propias melodías, algo que contagió al público desde el primer segundo. Un público incondicional que se dejó la voz desde con el estribillo de "Merezco". Aquella energía se fue transformando en calma y nostalgia con la llegada de temas como "El universo" o la épica "La gracia". Pero, como si estos momentos solo hubieran sido un paréntesis, la Zahara potente volvió con "Caída libre" y su característica coreografía que algunos traían estudiada de casa y no pudieron resistir a bailar. "Crash" y "El deshielo" cerraron un gran concierto en el que también hubo hueco para acordarse de Deluxe y su "Historia universal", así como del "Te debo un baile" de Nueva Vulcano.

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Una vez terminado el concierto de Zahara, la gente puso rumbo hacia el escenario Supersubmarina donde iba a tener lugar uno de los conciertos con más expectación del festival debido a que Sidonie habían sido los encargados de sustituir al grupo de Baeza en el cartel. El trío barcelonés salió al escenario cuando sonaba de fondo "Carreteras infinitas", primer adelanto de su próximo disco "El peor grupo del mundo" que verá la luz ha finales de este mes. Directos al grano y con el objetivo de conseguir una vez más hacer disfrutar al público como si no hubiera un mañana. Con esta actitud abrieron con un tridente indiscutible, "Costa azul", "Fascinado" y "La sombra". Tema tras tema, el público, junto con el grupo, se iba viniendo arriba como quedó patente cuando comenzó a sonar "En mi garganta" y cada uno de los presentes se dejaba la voz en cada "te quiero". El concierto también sirvió para confirmar que las nuevas canciones siguen funcionando en directo como las anteriores. "Carreteras infinitas" puso a todo el público en modo baile. Minutos después llegaba "Un día de mierda" y con ella dos de los momentos divertidos de la noche: la “cobra" que le hizo una chica del público a Marc y el estribillo final cantado por un niño de dos o tres años a hombros de su padre. Con esto el grupo salía del escenario para volver con los miembros de La Habitación Roja para ofrecer al público el momentazo del festival al tocar juntos el tema "Viento de cara" en recuerdo de Supersubmarina, llevando al público a un éxtasis que se consolidó con la traca final ("Por ti", "Nuestro baile del viernes" y "Estáis aquí"), cerrando así el concierto entre restos de confeti, voces afónicas, cuerpos cansados y evidentes muestras de felicidad en las caras del público.

Pero lejos de dar descanso a los cuerpo fatigados, La Gran Pegatina cogió el testigo para dar rienda suelta a su espectáculo. La multitudinaria banda agrupó a la mayor cantidad de público del día y los dirigió como quiso. Palmas, brazos en alto, pogos, personas en movimiento que parecían olas... La Gran Pegatina hizo pasar un buen rato al público con la fórmula ganadora de mezclar ska y rumba catalana. Temas como "Vamos a por ti" se unían a canciones de Two Door Cinema Club  o Celia Cruz adaptadas para la ocasión y que funcionan hasta con el público más frío. Apuesta victoriosa por parte de la organización para conseguir que el festival consiga el objetivo básico: hacérselo pasar bien al público.

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Otro de los aciertos del festival Gigante se encontraba detrás del escenario Gigante, en la zona de comidas y foodtrucks. Allí se localizaba el escenario Coca-Cola, un escaparate donde las bandas nóveles de la geografía española tenían la oportunidad de presentar su música al público del festival que se dejaba caer por allí, como el caso de New Pull, una banda con evidentes influencias de grupos como The Strokes y Franz Ferdinand y que consiguió convencer a más de uno de pasar de su trozo de pizza y dirigir los ojos hacia el escenario hipnotizados con el ritmo de guitarras y estribillos como los de "Dance With You" o "It's All I Need". Una de las sorpresas del festival.

La M.O.D.A. fueron los encargados del cierre en el escenario Gigante de esta primera jornada de festival. De sobra es conocida la buena fama que tienen losburgaleses en directo. Sobre las 3:15 de la mañana abrían el concierto por todo lo alto con "Miles Davis". La inconfundible y desgarradora voz de David Ruiz iba calando desde el primer momento, mientras que el banjo, la mandolina o el acordeón iban creando esos sonidos folk típicos de barras de bar y que consiguieron la difícil tarea de mantener al público despierto y bailando después de tantas horas de festival. Temas de su aclamado LP "¿Quién nos va a salvar?", como "Los hijos de Johnny Cash" o "Nómadas", fueron de los más celebrados por el respetable. Aunque, todo hay que decirlo, las horas a las que se colocó a La M.O.D.A. no fue la más acertada, algo que se materializó en la caída de animo que fue sufriendo el público según pasaban los minutos.

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