Deshidratación sudorípara
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Deshidratación sudorípara

9 / 10
Daniel Treviño — 13-06-2016
Empresa — La Castanya
Fecha — 10 junio, 2016
Sala — Villanos, Madrid
Fotografía — Mariano Regidor

Tras el coitus interruptus que supuso la cancelación del ATP de este año del cual Drive Like Jehu eran curators, parecía que la oportunidad de verles junto a Nueva Vulcano en el mismo espacio-tiempo se había evaporado. No obstante, La Castanya se las ingenió para traer a los de San Diego de vuelta y media por España entre sus fechas del Primavera del Forum y el NOS de Porto.

Con Nueva Vulcano inaugurando la noche, el ambiente se empezó a cocinar. Un público de mediana edad ganó por mayoría absoluta en cuanto a temas de aforo, lo que induce a cuestionarse por el relevo generacional entorno al emo y el post-hardcore, o si se quedó en la ida de olla del screamo. Igualmente, los de Barcelona desplegaron su rock sentimental con sus temas icónicos “Dulce y ácida”, “Te debo un baile”, “Hemos hecho cosas” o “El ataque”. Cerraron su actuación con “Reversible”, el hit de su trabajo del año pasado titulado “Novelería”.

La expectación se mascaba en el ambiente y una gran ovación recibió a Drive Like Jehu tras su aparición en escena. De ahí en adelante, más de una hora de rock de gimnasio: el sudor emanaba de los presentes como rocío matutino. El full contact del pogo en primera línea de sala no se hizo esperar y se sucedieron saltos, empujones y vaivenes de un público entregado. Desde “Super Unison” a “Do You Compute” se sucedió un directo en el que, a diez mil kilómetros de California, Drive Like Jehu jugaron en casa. Con un Rick Froberg dejándose la garganta por el camino, y el frenético John Reis, que acabó fustigando su propia guitarra a golpes con su cinturón de cuero. Cada vez que se acercaba a las válvulas peladas del cabezal del ampli, le ponían su nombre a algún crío en alguna parte del globo. Hoy en día se fabrican docenas de pedales de guitarra que intentan replicar digitalmente el sonido que John Reis sacaba a su amplificador cada vez que pegaba la guitarra al cabezal. Chirridos, gritos, sudor, y un bis que con “Bullet Train to Vegas”, “Golden Brown” y “Luau” cerró una auténtica noche de deshidratación sudorípara y puño en alto.

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