Arrancaba la segunda parte del ciclo veraniego de conciertos Nocturama 2013, y lo hacía con los mejores sonidos gestados en la brasileña selva del Troncoso por este maño que tiene como hábito el no dejar nunca indiferente. Casi con el aforo completo y un marco incomparable, arropado sólo de la batería de Esteban Perles y de Clara Carnicer al bajo, y pese a no interactuar (al menos verbalizando con los asistestes, algunos de ellos atusándose sus bigotes postizos), Borja Laudo dio buena cuenta con su turbadora voz y sus movimientos espásmicos de esas señas de identidad que lo distinguen del resto del panorama nacional, desplegando un desfile de buenas canciones sin ningún tiempo muerto.
Una combinación explosiva de sonidos tropicales y distorsiones a golpe de guitarra con la que fue desgranando, sobre las tablas, temas de su último trabajo, "Blue Jeans", Canciones que acapararon el grueso del setlist, destacando entre el salpicadero de sus nuevas composiciones esa joya que es "Find a Romance", aunque el aragonés también echó la vista atrás y nos abasteció de una acertada selección de temas de sus anteriores albumes, encabezados por la imprescindible "Cannibal Dinner", catalogada ya de himno, que sirvió en bandeja de plata la locura y desató la euforia del hervidero y un frenético baile en masa. O que decir de la arrolladora "God is gay", otro de los temas de su prolífico repertorio que provocaron momentos de ebullición haciendo gala de una maquinaria sonora perfectamente ensamblada.
Los impecables primeros acordes de la acelerada "Cool single weeding" y la perfecta ejecución de medios tiempos como "She is my man", donde su peculiar acento se desgañita aun más, derivó en una suerte de concierto donde este frontman que sintetiza el frenesí y la calma sin interrupción se convirtió en el antídoto perfecto contra el sofoco estival.
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