Son legión
Conciertos / Biffy Clyro

Son legión

8 / 10
David Bernardo — 27-01-2017
Empresa — Live Nation España S.A.U.
Fecha — 26 enero, 2017
Sala — WiZink Center, Madrid
Fotografía — Juan Pérez Fajardo

Llevan opositando durante más de dos décadas pero su reconocimiento global se ha hecho de rogar. Su perseverancia no se vio reflejada en los charts británicos hasta 2007 con el crucial Puzzle, mientras en España sería Only Revolutions dos años después el encargado de ponerlos en órbita. Los escoceses han sabido abrirse un hueco hasta lo más alto sin pedir permiso y sin variar radicalmente el rumbo de su música. El grunge y el rock duro de sus comienzos ha dado paso a un pulido y personalísimo math rock que retuerce las canciones con manos de prestidigitador, haciendo algunos guiños sigilosos al pop en los últimos años, todo hay que decirlo.

Después de dar uno de los conciertos más potentes de la pasada edición del festival Mad Cool, el concierto en un escenario privilegiado como es el WiZink Center de Madrid suponía una pequeña reválida no tanto para los escoceses, si no para la fe de su nueva legión de jóvenes seguidores. Da gusto ver un público tan homogéneo en bandas fuera de los dinosaurios habituales.

El espectáculo de Biffy Clyro es un derroche de potencia sin más adornos que sus propias armas de cuerdas. Sin pantallas ni efectos especiales más allá de un conseguido juego de luces, los escoceses convierten el escenario en un parque de atracciones. Ellos llevan el vértigo y la emoción e invitan a la audiencia a un viaje sin retorno. Sabedores del tirón de sus últimos trabajos, el repertorio se centra fundamentalmente en el reciente Ellipsis (Warner, 2016), en Opposites (14th Floor Records, 2013) y Only Revolutions (14th Floor Records, 2009), interpretando solamente tres temas de sus primeros cuatro discos. Dejan una de cal y una de arena de Puzzle (14th Floor Records, 2007), como son la indestructible Living Is A Problem Because Everything Dies, con riffs improvisados de propina, y la acústica Machines que formaría parte de los bises.

Durante casi 2 horas la noria no deja de girar por un momento. Las más coreadas pasan por Many Of Horror, Biblical o Mountains, mientras cogen aire en medios tiempos como “Re-Arrange”, “Medicine” o God & Satan, siempre haciendo gala de una colección pasmosa de guitarras electricas que cambian en cada tema. Pero los escoceses están por la labor de incendiar un pabellón que disfruta con los escorzos de Simon y que goza tanto como ellos. Los momentos más salvajes se viven con That Golden Rule, Glitter And Trauma (única representación de Infinity Land (Beggars Banquet, 2003) o Stingin’ Belle encargada de cerrar el círculo a la noche y dejando un buen sabor de boca en el que se echó en falta un repertorio más equilibrado.

Biffy Clyro consiguen trasladar la sensación de estar tocando en un pequeño antro al pabellón más grande de la ciudad sin apenas inmutarse. Han logrado enganchar a una legión de seguidores gracias a una mezcla de talento, cercanía y una conjunción vertiginosa de ideas y armonías. Además no han perdido la ingenuidad de sus comienzos y siguen facturando himnos de manera natural y alejados de poses. La sombra de Foo Fighters es alargada, pero su rumbo va en esa dirección. Y nosotros lo celebramos.

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