BELLE & SEBASTIAN + ADAM GREEN
Conciertos / Belle And Sebastian

BELLE & SEBASTIAN + ADAM GREEN

8 / 10
Eduardo Ponte — 13-03-2004
Empresa — Sinnamon
Sala — Razzmatazz 1, Barcelona
Fotografía — Xavi Muntané

En el Primavera Sound la cagaron. Su floja (inmensamente decepcionante) actuación entonces y un “Dear Catastrophe Waitress” (Rough Trade-Sinnamon, 2003) simplemente resultón hacían presagiar un nuevo y poco apetecible chasco. Así que de no ser por Adam Green difícilmente estarías leyendo esto. Ocurrió, sin embargo, que con el cambio de horarios de último momento, el ex-Moldy Peaches tocó antes, demasiado pronto para los despistados. Y me lo perdí, claro. No es un buen inicio. “Friends of Mine” (Rough Trade-Sinnamon, 2003) bien valía quedarse sin cena. La próxima vez que toque en Barcelona estaré allí una hora antes. Dos si hace falta. Quiero ver a Adam Green. Quiero ver a Adam Green. Quiero ver a Adam Green. Y me tengo que conformar con... Belle & Sebastian. Relajémonos. Igual no es tan terrible. En el fondo son buenos chicos y tienen grandes canciones. Además, esta vez Stuart Murdoch no lleva pantalones plateados, y sí sombrero. Da menos saltitos. Eso está bien, me ponía nervioso. La cosa pinta algo más sofisticada y el volumen no está demasiado alto. El público pide cariño, es trece de marzo y necesita abstraerse un poco. Las canciones del último álbum de los escoceses son ya lo suficientemente conocidas, y ellos conjugan sobriedad y educación con la vistosidad escénica de la docena de componentes. Los chicos de los vientos son divertidos, Sarah Martin candorosa (¿quién recuerda a Isobel?), el guitarra de las greñas un caramelo para las que consiguen apartar su vista de Stuart, y Stevie Jackson tan entrañable como siempre, presidiendo el festín con soltura naïf cuando le deja el jefe. Gracioso lo de la versión del “Pretty Vacant” de los Sex Pistols, aunque la broma se alargase algo más de la cuenta. Y ya tópico lo del karaoke cuando miran a “If You’re Feeling Sinister” o “The Boy With The Arab Strap”. No demasiado molesto, en cualquier caso. Muchas canciones para justificar un precio de la entrada bastante elevado. Buen gusto, hermoso concierto. Me han convencido, esta vez. Stuart Murdoch recoge su sombrero y yo me voy a casa, de mejor humor. En mi cabeza, sin embargo, sigue sonando “Jessica” (Simpson), versión directo imaginario...

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