Lo cierto es que -aunque creo que ya he usado el comentario a propósito de otros autores nacionales a los que he visto crecer y desarrollarse como artistas- es un placer ver evolucionar al Martín Romero dibujante y al Martín Romero guionista. En realidad, el gallego siempre nos ha ofrecido obras que valían la pena, desde las historias cortas de sus inicios o sus webcómics hasta un álbum como “Las fabulosas crónicas del ratón taciturno” (editado por Sins Entido en 2011), por no hablar de su excelente trabajo junto a The New Raemon, pero “La deuda” es, sin lugar a dudas, su trabajo más completo a ambos niveles.
“La deuda” es el cómic en el que las intenciones y los resultados parecen encajar casi a la perfección, en el que el dibujo crece gracias a un guión que mantiene las directrices que han marcado en el pasado la narrativa de Romero. El diseño de algunas páginas (más de doscientas en este título en concreto) atrapa con facilidad y los personajes que ha creado en esta ocasión provocan sonrisas y lágrimas, tanto Benjamín Castaño como ese cobrador del frac algo desorientado que debe enfrentarse también a sus propios problemas y a sus propios miedos, y que termina siendo una pieza casi tan importante como el propio protagonista.
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