Los mejores discos nacionales de 2016
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Los mejores discos nacionales de 2016

Redacción — 10-01-2017
Fotografía — Archivo

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1.- Triángulo de Amor Bizarro

"Salve discordia"

(Mushroom Pillow)

(ROCK) TAB nos han malacostumbrado a que cada disco desde su homónimo debut de 2007 mantenga un nivel que roza el sobresaliente. Lo hacen tan fácil, de hecho, que corren el riesgo de que el constante tour de force al que se somete el cuarteto gallego se observe desde fuera como un simple dejarse llevar. Y nada más lejos: pocas bandas en este país, indies o mainstream, nuevas o veteranas, de ayer y de hoy, se han caracterizado por un ética de trabajo tan bestial y autoexigente. Desde hace ya tiempo los resultados a la vista están, reforzados por el momento de aparente estabilidad que están viviendo: este cuarto disco es además el primero en el que repiten formación.

Como ya ocurría en “Victoria mística”, “Salve discordia” supone un nuevo paso adelante en la trayectoria de una banda que, sin renunciar a su ya inconfundible personalidad sonora, aspira a radicalizar su discurso apelando al “bigger, faster, stronger, louder”. Por vez primera en su carrera TAB han disfrutado de las posibilidades de un gran estudio y también de tiempo para planificar y matizar este cuarto disparo. Ajenos al peligro que ello conlleva, Rodrigo, Isa y compañía han recurrido a un viejo conocido como Carlos Hernández -que ya se encargó de producir su debut- para pisar el acelerador y registrar algunas de las canciones más brutales que nos traerá este 2016, dentro y fuera de nuestras fronteras. “Gallo negro se levanta”, “Como encontró a sus diosa”, “Nuestro siglo Fnord” y, sobre todo, esa dupla en la recta final del disco formada por “Euromaquia” y “Luz del alba” ponen a Rafa al límite de las capacidades humanas (asegura que ha llegado a grabar a 200 BPMs, una auténtica brutalidad, sobre todo a la hora de afrontar los directos), mientras que el hiriente y aguerrido tratamiento de la producción sitúa al grupo más cerca del sonido industrial de Ministry que de la escuela noise-rock con la que siempre se les había identificado. Más que nunca TAB son un bulldozer cargado de explosivos (esas referencias al discordianismo que conceptualmente cohesionan el disco) y fuera de control.

En el otro lado de la balanza se sitúan algunas de las canciones que Rodrigo le cede a Isa (“Que hizo por ella cuando la encontró”, una suerte de reformulación de “Super Castlevania IV”, aquella balada que formaba parte de “Año Santo”; o el indisimulado homenaje a New Order que es “Baila sumeria”) posiblemente los singles más claros junto al tema que abre el disco, “Desmadre estigio”, ensayo de nuevas fórmulas para el que Rodrigo reconoce el influjo del psych-rock setentero pero que, tal vez por su característica dicción arrastrada y macarra, tiene también un no-sé-qué del mejor rock urbano nacional. Junto al cierre “O salve Eris” es el tema que más claramente muestra la evolución compositiva de TAB: estructuras cambiantes, inesperados giros rítmicos, guitarras que van del clasicismo rock a la abstracción cuasi electrónica,… Una necesaria válvula de escape para un grupo de fondistas que entienden su propia carrera como un proyecto a largo plazo. Pocas inversiones tan seguras en el actual mercado del rock. Luis J. Menéndez

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