Los mejores discos internacionales de 2015
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Los mejores discos internacionales de 2015

Redacción — 01-12-2015
Fotografía — Archivo

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3.- Chvrches

"Every Open Eye"

(Interscope / Universal)

(POP) Lo que llamó la atención de Chvrches desde su mediática aparición allá por 2012 fue la capacidad de atrapar los clichés  del desamor en un formato cercano al tecnopop, género que la comunidad “alternativa” ha arrinconado progresivamente en beneficio mutaciones más sofisticadas -Grimes, FKA Twigs, la misma Björk- pero rácanas a la hora de ofrecernos un estribillo que echarnos a la boca. Y han sido precisamente artistas de corte “comercial” -Robyn, Sia, Lorde, Icona Pop y hasta la Taylor Swift reconvertida en icono pop- quienes han reivindicado para sí formas y sobre todo las hechuras de aquellos grandes éxitos de los ochenta, cuando definitivamente la electrónica tiñó de sonidos sintéticos los superventas. Se entienden en ese sentido las referencias constantes que “Every Open Eye” está generando en esa dirección. Más allá de las elucubraciones sobre el futuro comercial que les espera, el impacto inmediato de temas como el citado “Leave A Trace”, “Keep You On My Side”, “Make The Gold”, “Clearest Blue”, “Empty Threat” o “Bury It” convierten “Every Open Eye” en un campo de minas siempre a punto de explotar (en el buen sentido), en una carrera de hits a la que cada vez estamos menos acostumbrados el público de lo “alternativo”. El tema interpretado por Martin (“High Enough To Carry You Over”, a medio camino de Heaven 17 y Prince), esa preciosidad que es “Down Side Of Me” donde le sacan partido al autotune y la etérea balada final (otro motivo más para vincularles con Julee Cruise antes que con las divas de la canción ligera actual) son signos de puntuación para un álbum que contiene emoción a borbotones travestida de “music for the masses”. Luis J. Menéndez

3.- Chvrches

"Every Open Eye"

(Interscope / Universal)

(POP) Lo que llamó la atención de Chvrches desde su mediática aparición allá por 2012 fue la capacidad de atrapar los clichés  del desamor en un formato cercano al tecnopop, género que la comunidad “alternativa” ha arrinconado progresivamente en beneficio mutaciones más sofisticadas -Grimes, FKA Twigs, la misma Björk- pero rácanas a la hora de ofrecernos un estribillo que echarnos a la boca. Y han sido precisamente artistas de corte “comercial” -Robyn, Sia, Lorde, Icona Pop y hasta la Taylor Swift reconvertida en icono pop- quienes han reivindicado para sí formas y sobre todo las hechuras de aquellos grandes éxitos de los ochenta, cuando definitivamente la electrónica tiñó de sonidos sintéticos los superventas. Se entienden en ese sentido las referencias constantes que “Every Open Eye” está generando en esa dirección. Más allá de las elucubraciones sobre el futuro comercial que les espera, el impacto inmediato de temas como el citado “Leave A Trace”, “Keep You On My Side”, “Make The Gold”, “Clearest Blue”, “Empty Threat” o “Bury It” convierten “Every Open Eye” en un campo de minas siempre a punto de explotar (en el buen sentido), en una carrera de hits a la que cada vez estamos menos acostumbrados el público de lo “alternativo”. El tema interpretado por Martin (“High Enough To Carry You Over”, a medio camino de Heaven 17 y Prince), esa preciosidad que es “Down Side Of Me” donde le sacan partido al autotune y la etérea balada final (otro motivo más para vincularles con Julee Cruise antes que con las divas de la canción ligera actual) son signos de puntuación para un álbum que contiene emoción a borbotones travestida de “music for the masses”. Luis J. Menéndez

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