Encuentros: Jorge Martínez (Ilegales) vs Fernando Pardo (Los Coronas / Sex Museum)
Especiales /

Encuentros: Jorge Martínez (Ilegales) vs Fernando Pardo (Los Coronas / Sex Museum)

Jorge Obón — 05-05-2016
Fotografía — Jorge Obón

Oficina de MondoSonoro en Madrid. Fuera llueve como si no hubiera mañana, aunque nos han sugerido que hagamos alguna foto fuera de la oficina. Jorge Martínez llega el primero con su eterna chaqueta de cuero con el cuello subido que resulta que no es eterna, porque si le echas un vistazo a sus fotos a lo largo de los años, parece la misma pero en realidad no lo es. La percha es la que es la misma, y el cuello subido, y si le toca las orejas, mejor.

Le cuento lo de las fotos y no se amilana, obviamente. "Yo soy un rockero anfibio", dice, "si quieres salimos fuera". “Hacia las profundidades”, una canción del último de Ilegales, habla de esa sensación extraña de dejarse caer en los arrecifes. Pero Jorge aclara: “Yo lo hago a pulmón, y si pillo algo para cenar, pues de puta madre". Hablamos de buceo. Fernando Pardo no llega, así que tengo ocasión de ver qué le parece al Ilegal este invento de juntarlo con el Sex Museum. "Joder, tío, si cuando empezaba ya le decía en el local lo que tenía que hacer con las guitarras. Pero, claro, no me hizo ni puto caso y así le va...". Vale, se conocen desde hace mucho, pero esto no acaba de ser una pista de si se llevan bien o no.

Suena el timbre y bajo corriendo a abrir como si no hubiera portero automático. Fernando está esperando en la puerta enredado con la lluvia y su pelo. Mira de otra manera, también de frente, pero se le nota más lo que le apetece el encuentro. Piensa en Jorge como en un hermano mayor. Los siento en la esquina de la oficina que tiene más colores, más que nada porque si no las fotos pueden resultar aburridas, y estos dos tendrán muchos defectos pero no son gente gris, aunque no sé cómo será eso de ver una imagen suya delante de un cartel de Camera Obscura. Se acomodan, y venga “hombre”,”tío”, “hombre”, “tío”,...

Hay preparadas unas veinticinco preguntas por si acaso, pero no hicieron falta: desde el principio supe que no me iban a hacer ni caso, así que simplemente me dediqué a hacer fotos y a dar ligerísimos golpes de timón de vez en cuando, menos en una ocasión, pero eso lo deberás ver tú... o no. El resto, delante de este par de dos es aprender, hablen de lo que hablen. Eso sí, juro que no fui yo quien sacó a relucir a Elvis Costello, solo me empeñé en dejar caer el nombre de El Lobo En Tu Puerta un par de veces. Y claro, tal y como fue, al terminar nos fuimos al bar ruso-asturiano que hay por ahí cerca, porque aún quedaba mucho mundo que destrozar. Pero, mira, eso me lo quedo, que la pantalla me marca ya veintisiete páginas de entrevista.


Una de las últimas cosas que sabemos de vosotros es que Jorge se va al bar y le canta, mientras que Sex Museum sacan una cerveza con su nombre. Al final va a ser cierto que el bar es la única patria posible.

Fernando Pardo: ¡Sí, a la vejez viruelas, tío!

Jorge Martínez: Montones de canciones de la historia se han fraguado en los bares. Y conspiraciones, se han montado partidos políticos, y reuniones de artistas, pero también se habla de fontanería.

Fernando Pardo: Además, los bares tienen dos niveles. Uno es la gente que va a pasar el fin de semana de forma lateral, y luego el resto, que sabe que solo encuentra a sus iguales en un bar.

Eso es la parroquia, pero ¿hace falta parroquia o no hace falta parroquia para ir al bar?

Fernando Pardo: Yo creo que sí.

Jorge Martínez: Yo creo que lo cambio de sitio. Mira, hay un bar que me gusta en Santiago de Chile en el que ponen botellas de vino Santa Carolina, Casillero del Diablo, y te pones hasta arriba. Me gusta sentarme allí en la plaza. Eso sí, hay un tío muy pesado que toca muy mal la armónica y está todo el rato ahí molestando, y hay que tener cuidado con lo que le das porque los pesos son muy aparentes, y si le das una cantidad que no le parece bien va y te los tira.

Fernando Pardo: ¡Ese sí que es un artista!

Jorge Martínez: Le dije, "esto que te doy es porque tocas como el culo y mereces que te meta la armónica de supositorio".

Fernando Pardo: ¿Y cómo respondió a eso el tío?

Jorge Martínez: Se fue ofendido y preocupado por la posibilidad del uso terapéutico de la violencia.

Fernando Pardo: Le recordó a otros tiempos, seguro.

jorge_fernando1

Los dos habéis pasado últimamente por un momento de recapitulación o celebración con una gira y un documental que está a punto de caer. ¿Cómo os dais cuenta de que ese es el momento de contar o cantar todas esas cosas, y no antes o después?

Fernando Pardo: No sé, igual es que es momento de volver a juntar a las tropas para volver a atacar de nuevo. Hay que hacer recuento para ver cuántos quedamos.

Jorge Martínez: Yo creo que estoy en esto presionado por una colección de canciones que reclaman con cierta urgencia existir. Me encontré con una colección de 21 canciones nuevas y tuve que juntar a la banda para grabarlas.

Fernando Pardo: ¿Te refieres a que te pusiste a componer?

Jorge Martínez: Sí, sí, pero es que las canciones empezaron a aparecer sin permiso. ¡Venga, y otra más! Y yo, "pero bueno, ¿qué es esto?". Me resistía, eh, qué cojones, que solo son canciones. "Jorge, mándalas a la mierda”. Y lo conseguí durante una temporada. Pero es que además, había separado a Ilegales durante cinco años porque me parecía poco honesto continuar con el repertorio de siempre y estaba cansado. Quería probar otras cosas, pero es que no tenía canciones nuevas desde 2003, y de repente, ¡pumba!, todo de golpe. Estaba metido en otra música distinta. Está bien meterse en todo eso…

Fernando Pardo: ¿Y qué te parece a ti, después de haber hecho cosas como “Odio los pasodobles”?

Jorge Martínez: Pero esos pasodobles no los he tocado ni los voy a tocar en la puta vida. Bueno, he tocado pasodobles con orquestas y siempre se me pasaban los acordes, siempre lo pasaba fatal.

Fernando Pardo: ¿Y eso qué era, cuando tenías 20 años o por ahí?

Jorge Martínez: Antes, y hasta los 24 o 25. Y otra cosa que he odiado es la rumba esta tipo los Ch… yo qué sé, tipo Peret y esas cosas que me ponían del hígado. Buf, qué mal lo pasaba, joder.

Fernando Pardo: ¿Eso qué era, en el 75, 76…?

Jorge Martínez: Antes, pero sí, puede que hasta el 76, cuando me fui a la mili y se acabó. Dije, "ya no voy a tocar más de esto”. Pero en cambio, en ese periodo me parecieron muy interesantes otros tipos de música como los boleros, los chachachás, y todo eso. Descubrí que, joder, “Louie Louie”, esa canción que es muy bandera y que tocan los pijos yanquis en las universidades es un mambo, y fui descubriendo así la raíz de muchas cosas.

Fernando Pardo: Pero, ¿eras consciente en esa época, o no?

Jorge Martínez: Era consciente, sí. Empecé a ver las estructuras, y dices, "joder, es que es así". Luego tuve serias dificultades para bailar el mambo. Hay que ser un verdadero acróbata, pero es que se liga mucho bailando el mambo, y las chicas tropicales son maravillosas. A mí me encantan y soy de los que está por la fusión de razas, eh… ¡rápidamente!

Jorge Martínez: “Un día descubrí que, joder, 'Louie Louie', aunque la tocan los pijos yanquis en las universidades, es un mambo, y fui entendiendo así la raíz de muchas cosas

Fernando Pardo: Es el espíritu total de "haz el amor y no la guerra".

Jorge Martínez: Claro que sí, joder. Estuve en México un día, en el DF, y había un local maravilloso, y creía que llegaba tarde pero, joder, todavía estaba abierto, estaban bailando. Entré en un local que era como estar en 1949, 1952, con todo en ese plan. Y una orquesta de once tíos tocando abajo. “Joder tío", digo, “acojonante". Me fui directamente a la barra aunque tenía una resaca mortal del tequila porque habíamos tocado el día anterior, así que pedí un refresco de naranja y me pusieron un poco de jarabe blanco, zumo de naranja y agua de seltz, un refresco de verdad, y mi amigo pidió una cerveza, y nos vamos a ver a esa orquesta cojonuda.

Fernando Pardo: ¿Era esto que bailaban con gente sentada a los lados?

Jorge Martínez: Sí, sí, sí, pero había gente bailando de todas las edades. Había un carcamal con un traje que parecía ya su última ropa, la ropa un poco mortuoria ya, y parecía que el tío se iba a romper.

Fernando Pardo: Esos son los más genios.

Jorge Martínez: Pues estaba bailando con una mulata magnífica y envidiable. Y allí estaba todo el mundo bailando y yo no sabía bailar. Luego, a la tercera canción, se acabó la orquesta, pero veo que suben todos por una escalerilla de estas tipo años cincuenta, y había otra orquesta de doce tíos arriba, pero tampoco me atreví a bailar. Es que, sin saber hacerlo, no…

Oye, esos ritmos de los que hablabas, ¿no tendrían su equivalente en el rock’n'roll en el boogie machacón del que hablas en “Aquel boogie pesado”?

Jorge Martínez: Puede ser, sí. La verdad es que estas músicas comparten una raíz común muy evidente, y gran parte de esta raíz es previa a zonas anglófonas. Viene de más abajo, y en el momento en el que rascas un poco te encuentras cosas que, ¡hostias!, han pasado por aquí. Igual que cuando vas a Irlanda te encuentras con muchas irlandesas que pasaron los españoles que fueron a ayudar en las campañas militares de la independencia, y que llevan yendo desde antes de la Armada Invencible. Desde entonces llevamos metiéndonos en aventuras militares con Irlanda.

Verás que al final The Pogues son un grupo de sevillanas.

Fernando Pardo: Llevadas a un clima más húmedo.

Jorge Martínez: Hombre, no tanto, pero algunas melodías de los Pogues sí que son de origen español.

Sigue leyendo ---->

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.