Cinco grupos que deberías conocer - Edición Zarata V.3
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Cinco grupos que deberías conocer - Edición Zarata V.3

Redacción — 15-12-2014
Fotografía — Ainara LeGardon por Álvaro Sanz

La tercera entrega de la sección que descubre a las bandas más interesantes de la edición de Euskadi, Navarra y La Rioja incluye en esta ocasión proyectos personales de artistas femeninas o que poseen una destacada participación.

Seguimos con una nueva entrega de la sección que repasa las propuestas más interesantes de Zarata, nuestra edición de Euskadi, Navarra y La Rioja.

En esta ocasión hemos seleccionado cinco proyectos personales de artistas femeninas (Ainara Legardon y Mursego) o de bandas en las que poseen una destacada participación (Frank, Napoka Iria y Tremenda Trementina).

Ainara LeGardon
No sólo se le debe premiar a Ainara LeGardon su capacidad de arriesgar en el plano musical: hay que reivindicarla como una gran compositora, como una gran gestora cultural y por ende, dueña exclusiva de sus derechos artísticos. Y a partir de ahí, cederlos según su criterio. La bilbaína, amén de sentar un precedente en la dignidad del artista allende su entidad creativa (y a sus workshops sobre el tema nos podemos remitir) y ser de oficio lutier (en resumen, conoce toda la cadena de valor del músico), posee la fuerza motora de un coche tanto cuando ronronea y juega con su voz como cuando da rienda suelta a su guitarra y la distorsiona (qué es el pedal más que un método de expresión de rabia). Entre brumas de pop nocturno y calambrazos post rock que exorcizan diablos de amor y muerte, Ainara, se nota desde el primer minuto, es de las que sabe lo que hace. Y sólo cuando nos topamos con alguien de este tipo, nos damos cuenta que habla lo mismo cuando calla que cuando grita; y en ese diálogo, no apto para todo el mundo, observamos que la plática está entre el corazón y las entrañas, y nosotros, en medio. Y no queremos salir de ahí. Álvaro Fierro

Frank
Pudiera sorprender el nivel de rotundidad y épica emocional alcanzado en las seis canciones que conforman “My Wild Kingdom” (Autoeditado, 14), primer trabajo de los donostiarras Frank. Si atendemos al extenso bagaje musical que atesoran sus cuatro componentes, tal vez las cotas de sorpresa pueden remitir, apaciguadas por la supuesta capacidad que trae consigo la experiencia. Es entonces cuando volvemos al disco, o a alguno de sus directos, y comprendemos que la belleza de su rock de raíces, ya sea insuflando vida al folk o al country, ya bombeando emociones que explotan o se recogen en íntimos susurros, ya palpando en la oscuridad de la ciénaga o deslumbrando bajo el sol del árido camino, es sorprendente por sí misma. La espectacular voz de Sara Comerón, sus juegos melódicos, junto a la elegancia rítmica y guitarrera de sus compañeros tienen el indefectible sabor de lo verdadero, de lo honesto, de lo real. De lo sorprendentemente imperecedero. Josetxo Río Rojo

Napoka Iria
La pareja de Gipuzkoa quizás sea uno de los dúos más especiales surgidos en los últimos tiempos. Si en su primer disco nos ofrecían, por boca de Miren, unas explosivas y espectaculares líneas vocales en un contexto instrumentalmente austero pero enormemente intenso (“Berotzeko”, “Lurra idor”, “Bozgorailu”…), su nuevo trabajo es un increíble ejercicio de voces contenidas, suaves como un soplo de aire cálido. Soplos que, por otra parte, tienen la cualidad de mantener una especie de embriagadora tensión. “Etxeorratz”, “Ibiltzeko gertu” o “Izotzetan erre” suenan suaves, lisas, pero muy penetrantes. A su lado, “”Kontra” supone una gran sorpresa por su batería y guitarra eléctrica. La magnífica y experimental “Erantziz jantzi” alcanza otra dimensión, por no hablar de la joya de la corona: “Distantziatik”, donde las trompetas de Iban dan la última capa de barniz a la ya de por sí impresionante demostración de talento y sensibilidad del dúo. Urko Ansa

Tremenda Trementina
Cuando en 2012 presentaron su primer trabajo de estudio, homónimo, los navarros Tremenda Tremendina, por entonces en formato cuarteto, sorprendieron a casi todos con un disco lleno de melodías pop filtradas por un tamiz de oscuridad y cierto aire fronterizo. Dos años después, reducidos a dúo y mudados a Barcelona, Adriana de la Fuente y Pablo Villafranca acaban de publicar “Sangre Pop” (Everlasting Records), uno de los acontecimientos musicales de la temporada estatal por el alcance de sus canciones. Sin duda, el disco más sexy del año. Y, como les sucediera a sus paisanos Kokoshca con “Hay una luz”, este nuevo trabajo confirma que, lejos de un hype, estamos ante una banda sólida que se marca un paso de gigante con un disco mejor producido, menos lo fi y más electrónico. Y que a pesar de unas letras que conservan un sombrío halo de misterio, gira hacia terrenos más luminosos transitados antes por Jeanette, La Buena Vida o Linda Mirada. Andrés García de la Riva

Mursego
“Tú, intelectual vasco, homo sapiens conceptual / abres la boca y enseguida caigo de que eres un eusnob”, canta la eibarresa Maite Arroitajauregi en “Eusnob”, la canción estrella de su tercer y último disco, “Hiru (3)”. El eco del tema no sólo ha retumbado en muchos rincones culturetas de Euskal Herria, sino que resume el desbordante ingenio (y talento) de una artista que no entiende de etiquetas, idiomas ni géneros musicales. Si los andaluces tienen a Pony Bravo, los aragoneses a Bigott y los catalanes a Astrud-Hidrogenesse, los vascos podemos sacar pecho con Mursego; una mujer orquesta que además de poner voz a sus propias composiciones, toca una decena de instrumentos, entre los que destaca su querida autoharpa. Prueba con “Cumbia Villera de la ciudad armera”, de inequívoco aroma latino: emplea algo tan nuestro como el euskañol (“Neu naiz zure gasolina (…) la fiebre da igual”) y reivindica las anfetaminas y el frigo-dedo. Tan marciana como adictiva. Puro Mursego. Jon Pagola

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