Javier Rosa, lo que el ojo no ve
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Javier Rosa, lo que el ojo no ve

Redacción — 18-11-2013
Fotografía — Archivo

El veterano fotógrafo de directos dará una masterclass en Sevilla el 30 de noviembre

Su disparo es uno de los más rápidos y certeros de la fotografía musical. Con un ojo ha captado con maestría los mejores eventos de música en directo de nuestro país, y con el rabillo del otro los ha vivido en primera persona. Veinte años lleva este jiennense metido en el foso.

Toda esa experiencia la transmite ahora a todo aquel que se sienta atraído por la fotografía de escena (conciertos, teatro, danza...). El día 30 de noviembre estará en Sevilla en el Imago Center impartiendo una de estas masterclass. Un seminario de diez horas que incluye una parte teórica en la que se expondrán las diferentes técnicas para trabajar en condiciones de luz escasa: lentes apropiadas, sensibilidades, medición, composiciones etc... El revelado digital es otro de los puntos importantes, a través de software profesional Adobe Ligtroom los alumnos
aprendereis a sacarle el mayor rendimiento posible a esta aplicación,
imprescindible para este tipo de fotografía. Por último y no menos importante todo lo aprendido se llevará a la práctica, con la posibilidad de acceder al foso del concierto que Supersubmarina dará esa misma noche en la sala Custom y poder fotografiar sus primeras cinco canciones. El taller tiene unas plazas limitadas (12) y su precio es de 100 euros. Toda la información la tenéis en la web de Javier Rosa o en el coreo electrónico [email protected] 

Aprovechamos para saber algo más sobre este artista de la fotografía que lleva desde 1995 inmortalizando los mejores momentos de la música en directo de nuestro país.

¿Qué te atrae tanto de la fotografía de directo para pasarte 20 años en el foso?

Realmente paso más tiempo tras el escenario que delante de él. Un festival es un buen lugar para sentir eso que no sueles disfrutar un martes por la mañana.

¿Cuales son los cambios que ha experimentado el oficio en los últimos años?

Apenas ha habido demasiados. Hoy somos cuatrocientos mil más disparando, pero todo sigue igual. Esto a muchos medios y promotores les encanta, claro.
Los grandes festivales de música han crecido contigo (y algunos también se han hundido).
¿Cuál es en tu opinión el secreto de la supervivencia de los que quedan?

La sensatez en su producción. Aquellos que han ido rápidos han caído rápido. Hoy en día no puedes manejar el barco como hace 10 años, cuando te comprabas una zodiac y al siguiente año sacabas a navegar el yate de cuatro motores. Por ese motivo se han hundido tantos y tantos.

¿Qué hay de nuevo en los fosos de los grandes conciertos y festivales?

Básicamente la llegada de blogs, webzines y demás medios -por llamarlos de alguna manera- online. Han convertido el foso en un lugar más de tránsito dentro de la vorágine que, ya de por sí, supone un festival. Por no hablar que parece un escaparate de smartphones, claro. Por todo ello, intento disparar lo justo desde el foso.

¿Y si hablamos de los medios especializados?
 En cuanto a la edición gráfica sigue a miles de años luz de lo que debiera ser. En cuanto a la redacción, considero que se ha estereotipado tan notablemente que, en algunos casos, vendría bien savia nueva. Si a ello le añades que el redactor, en muchas ocasiones, y por imperativo legal, acaba haciendo de fotógrafo, pues ya ni hablemos.

¿Cual es la foto que más te ha costado o de la que más orgulloso te sientes? ¿Se busca esa foto o surge?

En mi caso, quienes me conocen saben que las fotos las busco y las rebusco. Es tan complicado obtener ese gesto de la chica cantando el estribillo de su banda favorita como de obtener la foto adecuada de la sesión con la banda que tenga delante en ese momento. No tengo ninguna foto favorita. Sólo confío en que, con los años, me sienta orgulloso de mi carrera en general.

Has organizado ya varias masterclass ¿Cuál es el primer y último consejo que has dado a tus alumnos?

¡Joder, que vistan de negro! A quienes vienen de blanco, los mando a cambiarse de ropa. Al acabar mis talleres y como último consejo, les recomiendo que sean respetuosos con el staff, las bandas, el público y, sobre todo con sus propios compañeros de profesión mientras hacen su trabajo. El respeto es lo único que le falta por perder a esta profesión, que ya es poco.

Un comentario
  1. No sf3lo los protectores del Patrimonio, que al fin y al cabo son algo honoredfico y sin fnuicones, pero hay entidades y personas que sed deberedan opinar, porque les corresponde y porque este1n moralmente obligados. Yo no los voy a nombrar. Bastente hago con dedicar tan gran parte de mi tiempo a descolgarme por murallas, hacer fotos y a riesgo de todo. Porque luego todos estos sef1alan con el dedo y vas directo a la lista negredsima.

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