Tras unos años alejado de las grabaciones musicales, Wagner Pa editó hace unos meses un nuevo disco, “Forn de Pa”. Ha utilizado estos años para componer sin prisas y poder madurar unas canciones que ahora le acercan más al formato cantautor. Porque esas melódicas composiciones, más que para bailar, son para escuchar. Jazz, reggae, cabaret, samba, pero bajo ambientes acústicos, intimistas y relajados. “Las canciones están compuestas con guitarra y, aunque cada una tiene su propio carácter, al producirlas nos dimos cuenta de que no pedían mucho más. Además ya las habíamos probado en directo, en pequeño formato, y por primera vez coinciden en disco y en vivo”.
La primera grabación de Wagner data del 2000 y entonces estaba inmerso en lo que se etiquetó como “mestizaje”, pero ahora el público ha cambiado. “Mi público ha cambiado y creo que por eso también el estilo ha cambiado. El que era hijo, ahora es padre, y el que era padre ahora es abuelo. Procuro no ser muy previsible y quería sorprender con este giro”.
En breve se anuncian conciertos de presentación de este “Forn de Pa” donde seguro que junto a Wagner encontraremos a su inseparable guitarrista Cesc Pascual. “Cesc es vital para mí. Hace catorce años que tocamos juntos. Para los directos también estarán el batería y vientos Xavi de la Salud, las percusiones de Sanjay Peters y Laureta Titi que aporta equilibrio y frescura con su voz. Es un placer tocar con ellos”.
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