"Queremos que nuestra música haga pensar, sentir y bailar"
Entrevistas / Majestad

"Queremos que nuestra música haga pensar, sentir y bailar"

Enrique Peñas — 22-04-2014
Fotografía — Alicia Guirao

Su nombre, espacios incluidos, se ha hecho un hueco creciente desde que hace unos meses tuviéramos las primeras noticias de M A J E S T A D, primero con coartada tecnológica (el anzuelo era aquello de canciones hechas con aplicaciones para iPad) y después poniendo música en directo al programa “Torres & Reyes”, en La2. Pepo Márquez (The Secret Society, Grande-Marlaska, Buena Esperanza, Nine Stories) y Jorge Ramos (Dana Lee, Nine Stories) dan cuenta de los detalles de “Música para pelear”, un trabajo de pop electrónico con un cierto fondo de oscuridad y que pretende alejarse de los lugares comunes.

En una entrevista publicada en la web de Red Bull Academy comentabais que M A J E S T A D, antes que un grupo, antes de tener siquiera una canción, era una idea. Ahora, con “Música para pelear” ya en la calle, ¿se parece el grupo a lo que era aquella idea inicial?

Pepo Márquez: Para ser sincero, ya no me acuerdo de la idea de grupo que tenía o teníamos en la cabeza cuando empezamos a ensayar. Con tan solo un año de vida, puedo reconocer tres etapas bien diferenciadas y me parece increíble que, a pesar de nuestra edad, a pesar de nuestras experiencias anteriores en bandas, todavía tengamos ganas de empezar desde cero, alegrarnos de cada avance y no dar nada por supuesto. Todo lo que le ha pasado a M A J E S T A D ha supuesto una mejora en su trayectoria. Lo único que sigo teniendo en la cabeza es que quiero hacer música diferente a la que he hecho antes, ponerme a prueba, escribir canciones que hablen de cosas nuevas, con un nuevo lenguaje, que mi voz no suene a mi voz, que nuestra música haga pensar, sentir y bailar.

¿La residencia y el hecho de publicar este EP han dado cuerpo a este proyecto, sentando las bases para su desarrollo?

Pepo: Absolutamente. M A J E S T A D no sería así de no haber pasado por la Nave de Música del Matadero, por la Red Bull Music Academy. Ha sido revelador. Sólo podemos estar agradecidos.

Jorge Ramos: A mí me gustaría que siguiésemos haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, que nos dejáramos llevar y confiáramos en lo que nos piden los momentos que estemos viviendo. Hacer planes y tenerlo todo muy claro puede estar bien, pero a mí me gusta mucho vivir una vida en la que no sé qué voy a hacer dentro de dos meses, ni me interesa saberlo. Creo que hay un poco de eso en M A J E S T A D, es algo que nos atrae y nos da puntos de vida.

En Mondo se publicó una noticia sobre vosotros, a cuento de la música para “Torres y Reyes”, en la que se acaba diciendo que, teniendo en cuenta que sólo teníais una maqueta y alguna canción en directo, pero no una canción editada oficialmente, erais “lo más parecido a un hype” que había en España en estos últimos tiempos. ¿En algún momento habéis tenido la sensación de que la expectación o las noticias que generaba M A J E S T A D iban por delante del propio ritmo del grupo?
Pepo: Reconozco que por un lado me ha hecho siempre gracia que se hablara de M A J E S T A D con tanta rotundidad. Por otro lado, Jorge y yo siempre nos decimos lo mismo: “Todavía no hemos hecho nada”. Y, además, sé que M A J E S T A D no gusta a gente a la que el disco "Peores cosas pasan en el mar", de The Secret Society, les marcó profundamente.

Por otra parte, ¿tenéis la sensación de que es el momento de aprovechar esa “ola”, sea como sea? ¿O que las cosas sigan su curso sin prisa?

Pepo: Todo lo contrario: creo que somos un grupo que se mueve muy lento. A veces, demasiado. Es una cosa a mejorar para el futuro.

Jorge: De todas maneras, lo de calificarnos de hype es una broma que hizo Luis J. Menéndez al escribir ese texto, y por nosotros no queda más que en eso. En realidad sólo nos conoce un pequeño grupo de gente de un pequeño mundo que no significa prácticamente nada ahí afuera, en el mundo real donde se mueven las cosas oficiales y convencionales, aunque a veces esos dos extremos pueden ser la misma cosa en esencia y funcionar de manera absolutamente similar. Sin ánimo de juzgar, no me gusta la perspectiva del clasismo indie y seré feliz si alguien siente algo o se acerca a nosotros por los motivos correctos y si lo que nos vaya pasando nos sirve para sentir que hacemos algo interesante, ya sea para nosotros mismos, para un reducido grupo de nuestro entorno habitual o para un público más heterogéneo y no necesariamente perteneciente a ningún club exclusivo.

¿Cómo ha de verse el grupo en estos momentos tras la publicación de “Música para Pelear”: como un dúo (Pepo Márquez y Jorge Ramos) al que acompañan otros dos músicos (Alicia Guirao y Raúl Santos), o más bien como una banda de cuatro? ¿Se mantendrá ese formato para el directo?

Pepo: Como una banda, absolutamente. Se mantendrá ese formato mientras podamos, claro.
Jorge. Somos un colectivo de personas basado en el respeto, la colaboración y el equilibrio de fuerzas. También nos queremos mucho.

Nacisteis también con la peculiaridad de ser un proyecto en el que buena parte de la música estaba hecha a partir de apps para iPad. ¿Queda algo hoy de esa manera de trabajar?

Pepo: Aquello fue un buen reclamo publicitario. No nos imaginábamos hasta qué punto. En nuestro "EP#1" hay mucho iPad, pero en el disco no hay nada. Ni un bit, ni un acorde. Nada está grabado con iPad. No es que reneguemos de ello: simplemente no forma parte de la realidad actual del grupo. Yo sigo utilizando aplicaciones a la hora de componer, especialmente Chordion y Funkbox. Son dos aplicaciones increíbles, especialmente la segunda, que simula todas las cajas de ritmos míticas de la historia, con una fidelidad alucinante.

En el “canción a canción” que salió en la web de Mondo explicabais que “Una casa (que ya no es mi casa)” fue el primer canción que hicisteis como M A J E S T A D. Musicalmente, por el colchón electrónico y los punteos principalmente, parece estar en la línea de otras como “Sendero luminoso”, pero en cambio en esta segunda aparece también un fondo de dream pop que acaba imponiéndose. ¿La realidad actual del grupo es más diversa, más cambiante de lo que era en un primer momento?
Jorge: Nuestro canción a canción es como el partido a partido del Atleti, nos gustaría tener una identidad como grupo y un discurso musical reconocible, pero sobre todo, trabajar cada canción o cada momento de una manera concreta y dedicada. Al final, eso sí, las elecciones vienen dadas por las posibilidades técnicas y por el material o el equipo con el que trabajas, y ahí sí que tenemos un set muy definido. Pero no queremos caer en el error de convertirnos, por ejemplo, en un grupo de electrónica que da la espalda a las canciones y acaba siendo un aburrimiento discursivo que hace sesiones en vez de conciertos. En "Música para pelear" hacemos canciones y somos un grupo tocando, quisimos que toda la base de ritmos, baterías, guitarras y bajos se grabara en sesión. Pero no sabemos realmente a dónde nos dirigiremos, nos gustaría estar abiertos a posibilidades que nos diviertan y nos permitan no acomodarnos, engordar y morir.
Pepo: Personalmente no tengo ni idea de cómo vamos a sonar. No creo que
sea importante. No nos cerramos a nada. En mi cabeza encuentro
perfectamente lógico que en el futuro tengamos canciones más hip hop,
otras instrumentales de baile e incluso alguna sin sección rítmica. No
quiero encasillarme, no quiero hacer esto o lo otro. Somos una banda que
escucha muchísima música, muy diferente, además. Ya no tenemos edad
para recluirnos.
 

De “Sendero luminoso” explicabais también que era la que más os enfrentó y que es un trabajo de “corta y pega” de diferentes partes. Es curioso, porque al escucharlo resulta un tema muy redondo, directo y sin fisuras. ¿Cómo es el proceso de ensamblaje? ¿Esa tensión o ‘enfrentamiento’ permite ver las canciones de una manera más abierta?

Pepo: Recuerdo que lo que primero surgió fue la parte instrumental del final. Fuimos montando la canción de atrás hacia delante. Luego surgió la parte instrumental que se supone que es un estribillo o un preestribillo o lo que sea. Y lo encajamos. Y luego la melodía de voz, que fue lo último y fue un poco drama. La tensión, personalmente, no me pareció divertida. Ahora bien: me forzó a cantar mejor, a replantearme cada palabra escrita, a pensar si eso estaba bien.

Jorge: Somos una familia disfuncional, pero al final todo nos sale bien y nos pasan cosas buenas todo el rato. Nos reímos mucho con esa idea.

El EP se completa con tres temas en los que habláis de referencias y sonidos muy distintos: shoegaze en “El mismo ruido”, con un toque 80’s en “Catedrales” y con una base casi hip hop en “M A D R I D”. Si esos son los “hechos diferenciales”, ¿dónde diríais que está el denominador común? ¿Quizá en que las tres, cada a una a su manera, son muy poderosas desde el punto de vista rítmico, con unas dinámicas muy marcadas (sobre todo en “Catedrales” y “M A D R I D”)?

Jorge: Creo que en gran medida los ingredientes son los que definen la identidad, más allá del estilo. En "Música para pelear" hemos trabajado cada canción con ingredientes parecidos, aunque los hayamos cocinado de manera diferente. Ése es el denominador común. Lo cual no significa que tenga que ser así en el futuro.

Pepo: Un matiz: para mí no es un EP, sino un LP corto. La diversidad de estilos dentro de las 6 canciones se debe a que no queremos (o no sabemos o no nos sale) quedarnos en un estilo determinado. Sólo queremos hacer buenas canciones. Da igual a qué estilo pertenezcan. Lo único que marca nuestro estilo son nuestras propias limitaciones y nuestras apetencias. Tengo la sensación de que más gente de la que parece puede hacer cualquier canción de cualquier estilo: yo puedo hacer una canción power pop, otra death metal, otra heavy metal clásica, otra de pop acústico, otra de folk… pero nunca podré hacer una canción de jazz porque no poseo la sabiduría suficiente como para meterme ahí. Es un poco como lo que hace Rivers Cuomo con Weezer, que parece una broma pero que en el fondo no lo es. Tienen una canción que contiene 15 estilos distintos. Se llama The Greatest Man That Ever Lived. Más allá de si la canción es buena o no, tiene mucho mérito encajar todo eso y hacerlo tuyo. No es lo que yo pretendo hacer, pero, sin duda, no quiero hacer música que me ate, sino todo lo contrario. Quiero hacer música que me libere a mí y a los que están a mi alrededor.

¿”La segunda disciplina” sería de alguna forma la canción que, tanto por la manera de haber sido compuesta como por el sonido, más se pueda asimilar a la forma tradicional de trabajar en un grupo?
Pepo: Sí. No creo que nos salgan muchas más canciones así.
Jorge. Por mucho que acabemos haciendo discos por email, a mí no me gustaría alejarme del todo de esa forma de trabajar. Sudando en el local y tocando todos juntos.

Hay tres nombres que han ido asociados a vuestra música desde el primer momento: The XX, Purity Ring y Salem. ¿Os sentís especialmente identificados? ¿Qué estáis escuchando últimamente?

Jorge. Con estas tres referencias pasa lo que pasa cuando un día se hace un texto para acompañar una información y entonces ya nunca dejas de aparecer asociado a esos nombres. Aquí entra tanto la torpeza del grupo al asociarse a esos nombres como la pereza del aparato promocionero y periodístico que antes que sacar sus propias interpretaciones prefiere repetir hasta la náusea y sin pensar las mismas cuatro cosas de siempre. Dicho lo cual, escuchamos con mucho interés propuestas que vayan en los extremos que puedan abanderar, por un lado más luminoso, grupos como Purity Ring, y, por otro más opresivo, Salem. Sobre The XX, hace poco salió una reseña del single en una web de Estados Unidos y hablaba de que nos parecíamos a ellos, así que algo de ello habrá. Yo no lo veo tan claro, la verdad, pero sí es cierto que nos inspira en cierta manera y no me importa que se diga, porque The XX es un grupo maravilloso. No te puedo decir qué estoy escuchando últimamente porque escucho música de todo tipo y en un continuo, hasta el punto de que a veces prefiero no hacer planes con gente y tener más tiempo para escuchar cosas. Últimamente me he puesto el disco de The War On Drugs con una frecuencia casi absurda. Y el de Drake, me encanta su malotismo soft. Los grupos españoles que más me gustan son un montón de grupos de chavales que veo en Wurtlizter o en Siroco o en La Faena y que tocan mejor y molan más que casi todos sus mayores y que muchos grupitos de fuera que nos tragamos como idiotas. Si te ponen a Juventud Juché en el Primavera y te dicen que son un proyecto paralelo de músicos de Don Caballero y Slint a la gente le explota la cabeza.

Pepo: Esos grupos los nombré yo al principio para situarnos. Podría haber escogido otros, pero es evidente que nuestro sonido está en esa órbita, algunas veces. Yo estoy escuchando mucho el último disco de The War On Drugs, Sisyphus, Why?, producciones de discos setenteros que vendieron millones (Elton John, Michael Jackson, Traffic, Joe Cocker, Queen…) y, siempre, mucho jazz y muchísimo hip hop estadounidense.

De aquellos meses en Matadero, ¿salieron más canciones que se hayan quedado fuera del EP? ¿Os planteáis trabajar ya en un álbum completo o todavía hay que dar más pasos intermedios?

Pepo: Canciones enteras, ninguna. Ideas, cientos. Ideas que hayamos olvidado, más todavía. Algunas están grabadas en vídeo. Lo único negativo de nuestra estancia en el Matadero es que en agosto nos propusieron trabajar en "Torres & Reyes" y eso monopolizó toda nuestra atención durante casi dos meses. Teníamos que hacer mucha música nueva, ahora por encargo, y no podíamos desviar los esfuerzos. Eso fue una alegría y un fastidio a la vez. De no haber sido así, ahora tendríamos muchas más canciones, estoy seguro. En cuanto al siguiente disco: ya estamos trabajando en él.

Tanto el título del EP, “Música Para Pelear”, como el espíritu de algunas canciones, parecen mostrarse como una llamada a la acción. ¿No os da la sensación que, de un tiempo a esta parte, puede llegar a haber una saturación de mensajes de este tipo? En vuestro caso, ¿pelear contra qué, contra quién, por qué?

Pepo: Nunca hay ni suficientes llamadas a la acción ni suficientes mensajes incendiarios. Especialmente en estos tiempos. La música es un buen medio para transmitir ideas, aunque nunca debe considerarse un fin. Cada uno tenemos que hacer más a nivel personal, individual. Tenemos que mirar al de al lado, tenemos que pensar en horizontal. Tenemos que quitarnos de encima tantos años de bienestar mal entendido. Hay demasiadas cosas contra las que pelear. En realidad, se me hace cada vez más difícil decir más de tres cosas seguidas contra las que no pelearía.

Para el single de Club Social con El Último Vecino y Pan Total elegisteis un tema de un grupo nada cómodo, como es El Desvän del Macho. ¿Encaja esa elección con una cierta oscuridad, aunque en vuestro caso con un corte más ‘triste’ que siniestro, que nos llevaría también a retroceder aún más hasta nombres como Décima Víctima?

Pepo: La elección de esta versión fue de Jorge. El crédito es 100% suyo. Me alegro mucho de tener a alguien como Jorge cerca, porque tiene mucho mejor ojo que yo para muchas cosas, y tiene siempre el colmillo afilado. Yo hubiera hecho una versión de Michael Jackson o de REM y me hubiera quedado tan ancho. Jorge siempre va un poco más allá. Respecto a Décima Víctima o los propios El Desvän del Macho, no puedo decir que hayan sido grupos importantes en mi vida.

Jorge: No somos personas nada tristes, ni creemos que nuestras canciones lo sean, pero sí que en algunos momentos seguramente tengamos esa carga que comentas, por edad y por referencias somos Generación X, lo queramos o no. Pero más que oscura y triste, intentamos que no sea autocomplaciente, no nos gusta la música autocomplaciente, ni digestiva. Elegimos hacer la versión de El Desvän del Macho porque me empeñé en hacerlo y Pepo aceptó. "Adrianne 6" es una canción que tiene tensión, ruido, melodía, es confusa y directa y habla de algo que no sabes bien lo que es pero que te llega mucho. Siempre he mirado con recelo a quien me lo ha intentado dar todo hecho, en la música salgo corriendo de los grupos que lo hacen. Grupos como El Desvän del Macho te confrontan y si hace falta te incomodan y hasta te pasan por encima, ésos son los grupos que merecen la pena. No debería haber normas sobre lo que tiene que ser la música popular y la creación artística, pero sí está claro que no debería verse, al menos no únicamente, como un anuncio de gente inofensiva e integrada haciendo una paella en el campo. Respecto a Décima Víctima, aunque con ellos no compartimos su aproximación a la melodía o los desarrollos, sí hay puntos en común: las bases, la atmósfera o el trabajo percutor de los bajos, por ejemplo. Me parece muy interesante que se nos asocie a este grupo, aunque no esté entre nuestras principales referencias personales.

Un comentario
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