“Ninguna queríamos hacer música intelectual”
Entrevistas / Ex Hex

“Ninguna queríamos hacer música intelectual”

José Carlos Peña — 13-11-2014
Fotografía — Archivo

El corto recorrido del súper grupo femenino Wild Flag ha impulsado a la hiperactiva Mary Timony (Helium en los 90) a poner en marcha este trío de rock energético junto a dos amigas de la escena alternativa norteamericana: Betsy Wright (The Fire Tapes) y Laura Harris (The Aquarium). El resultado es “Rips” (Merge/Popstock, 14), fiesta eléctrica y vitalista de una banda cuya jugosa química se traslada a las canciones.

Al habla con la bajista Betsy Wright, que nos atiende con una sonrisa de oreja a oreja (aunque no podamos verla, se adivina) desde el otro lado del charco, y que destaca lo rápido que han encajado las piezas en este proyecto que culmina en este primer álbum. Los estupendos vídeos de “Waterfall” (del animador de culto Mike Wartella) y “Hot and Cold” aportan lo suyo a una banda que destila un rock and roll atemporal y directo con influencias garage, glam y power pop. Estarán girando por Europa a partir del 10 de febrero.

Da la impresión de que las cosas han ido muy rápido desde que creasteis el grupo hasta ahora, cuando un sello del prestigio de Merge publica vuestro primer disco. ¿Ha sido tan fácil?

Betsy Wright: Bueno, las tres nos conocíamos y creo que el grupo surgió en el momento justo. Todas habíamos dejado de tocar con nuestras bandas y estábamos buscando algo que hacer y queríamos tocar juntas…así que era el momento perfecto. Fue un poco mágico que coincidiera que todas estábamos disponibles. Así que sí, ha sido bastante alucinante.

Las tres venís de bandas diferentes, cierto, pero por lo que se ve en los vídeos y en vuestras actuaciones, parece que vuestra química es inmejorable. ¿Crees que es difícil mantener ese buen rollo en un grupo?

No voy a decir que no encontrara esta sensación con otros grupos, pero llevo tocando en bandas, no sé, 20 ó…30 años casi y es verdad que encontrar este nivel de complicidad es raro. Creo que en este caso hay una conexión especial entre nosotras, musicalmente, y también ser amigas y pasarlo bien tocando, genera esa química. Ninguna queríamos tocar música intelectual, sino divertida y rockera, canciones que pudiéramos bailar. En realidad, queríamos hacer la música que nos gusta escuchar.

¿De quién fue la idea de poner al nombre el grupo del tercer disco en solitario de Mary Timony?
 Teníamos varias posibilidades y ése era uno de ellos. Simplemente parecía funcionar con lo que hacemos, y además era como pegadizo. No significa nada, en realidad. Nos gustaba cómo sonaba: “Ex Hex”. Puedo decir que yo voté por él y todas estuvimos de acuerdo.

Es un disco de rock muy directo y básico, muy vitalista. ¿Era ésta la idea desde el principio, o fue lo que salió según empezasteis a ensayar las canciones?

Sí, Mary tenía ya las canciones antes de que las tocáramos juntas. Me enseñó una maqueta e inmediatamente pensé que quería tocarla, que iba a ser muy divertido. Creo que desde el principio su idea era hacer un trío, para conseguir más complicidad y crudeza. Y que las canciones partieran sobre todo de riffs de guitarra. La idea fundamental era tocar lo que quisiéramos escuchar y que funcionara. Que nos divirtiéramos tocando.

¿Echas de menos esa energía y actitud?

La verdad es que sí. La mayoría de los grupos que he ido a ver en los últimos años, o que quiero ver, son bandas de gente mayor, como de los 70. Y sé que a Mary y a Laura les pasa un poco lo mismo. El otro día fuimos a ver a Buzzcocks. Todas esas viejas bandas tienen a gente bastante mayor pero salen al escenario y lo hacen, ya me entiendes (risas). Con los grupos más jóvenes…no sé, me da la impresión de que tienen las cosas mucho menos claras.

¿Cómo trasladasteis la energía de vuestro directo al disco?
rabajamos mucho en las canciones y en los arreglos. Y entramos al estudio con las ideas muy claras, no había partes extra o virtuosismos, todo estaba muy ajustado y además habíamos estado de gira antes de grabar, así que llevamos esa energía del directo al estudio. Todas las canciones iban muy ensayadas y tocadas. De hecho, tocamos mucho más que en cualquier otra banda en la que he estado, ensayamos una barbaridad, y creo que gracias a darle tan duro, nos las arreglamos para capturar las canciones de la manera más fiel.

Viendo la energía que desprenden vuestras actuaciones, ¿os consideráis esencialmente un grupo de directo más que de estudio?

Creo que funcionamos bien en ambas situaciones. El disco ha salido muy bien, pero cuando lo tocamos, tiende a sonar muy similar, porque apenas hay arreglos que no podamos tocar en directo. Puede que haya algún cambio, pero intentamos que las canciones suenen muy parecidas al disco.

Hablando del disco, ¿puedes decirnos algo de la portada? No pasa desapercibida, desde luego
Claro, es de un artista belga que se llama Johann Kauth. Estábamos buscando a alguien y descubrimos su trabajo a través de Internet. Le contactamos y le preguntamos si le gustaría hacer una portada. Hizo algunos bocetos que nos encantaron. Los colores le daban un aire psicodélico pero también moderno, así que seguimos adelante. Le conocimos hace poco, no nos habíamos visto en persona.

También los vídeos que hacéis están especialmente cuidados, con ese aire retro y mucho humor. ¿Ponéis especial atención en ellos?

Lo bueno con los vídeos es que tienes mucha menos presión que cuando grabas el disco, porque en el estudio estás pendiente de que quede perfecto. Así que para mí hacer vídeos es mucho más divertido. Es el director quien está pendiente y al mando, y nosotras simplemente nos dejamos llevar.

Espero que no malinterpretes mi pregunta, pero me llama la atención que a estas alturas, en 2014, haya tan pocas bandas de rock exclusivamente femeninas. ¿A qué crees que se debe?
Es difícil de decir…sé que a bastante gente le llamamos la atención porque somos tres mujeres y tocamos desde hace tiempo. Por alguna razón, sorprende que una mujer toque un instrumento tan bien como un hombre. Y es verdad que esta concepción no desaparece. No lo sé…Cuando estaba en el instituto, me metí en el grupo de jazz y ya entonces estaba rodeada de chicos, ¡no había ni una chica! El jazz sigue siendo un mundo muy masculino…el caso es que yo estoy acostumbrada, aunque para mí tocar con mujeres es refrescante y divertido. No sé si es que existe la idea extendida de que una mujer no puede tocar un instrumento de forma “seria” o qué, pero es un poco raro que a estas alturas siga siendo así. Aunque aquí en los Estados Unidos cada vez salen más bandas de chicas.

Como músicos que lleváis tiempo en esto, habéis pasado de los 90, cuando todavía se vendían muchos discos, hasta estos momentos en que parece cada vez más difícil hacer dinero. ¿Cómo ves esta transición a lo digital?
Creo que ha cambiado mucho la manera en que una banda puede sobrevivir y ganar algo de dinero. Las oportunidades son diferentes ahora. En los 90 no se aceptaban cosas como vender canciones para un anuncio. A la gente le habría parecido hasta poco ético, mientras que ahora, como no se venden tantos discos como antes y el sello no adelanta la misma cantidad de dinero, es más frecuente hacer cosas así y se acepta que bandas más pequeñas como la nuestra pongan un poco de música en algún programa de televisión o en un anuncio. Es una manera de ganar algo de dinero, porque se venden discos, pero ni de lejos como en los 90.

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