Doom abuse

The Faint enseñaron a los hipsters a bailar cuando ni siquiera sabían que se llamaban hipsters. Querían divertirse y divertir, hacer bailar a hordas de adolescentes sudorosos y no preocuparse demasiado por nada más. Pues bien, tras un parón de seis años desde su sexto disco (“Fasciination”, 08), el cuarteto vuelve abanderando ese mismo espíritu que puso a su tierra natal, Omaha, en el mapa del indie-rock allá en 1995. Electrónica oscura, ascendencia punk, atmósferas de mal rollo y ruidaco a tope. ¿Qué más se puede pedir? Algo de originalidad, quizá. Pero pese a que no han inventado la sopa de ajo, The Faint sí consiguen sonar frescos tras casi veinte años de carrera, como si el tiempo no hubiera pasado. Dicho esto con todo lo bueno y lo malo que eso implica. Y es que “Doom Abuse” huele a finales de los noventa. Los adolescentes sudorosos de entonces son ahora treintañeros y cuarentones asentados a los que se les iluminarán los ojillos con este despliegue de brío y crudeza, pero los adolescentes de ahora no entenderán nada y seguirán agitando sus cabezas a ritmo de Skrillex.