El segundo trabajo en solitario el cofundador de Broken Social Scene, siete años después de “Spirit If”, es su disco más maduro y personal, en el buen sentido. Asumiendo un planteamiento más directo, arropado por viejos amigos como Charles Spearin y Ohad Benchetrit y con el productor Dave Hamelin (The Stills), apuesta por una instrumentación contenida y su voz como gran protagonista. Drew habla con honestidad luminosa del “ascenso y caída del amor y el sexo en mi vida y en la sociedad”. De lo que nos queda después de la fiesta. El de Toronto se apoya en el uso intensivo de sintetizadores, efectos de guitarra ambientales y ese tipo de producción limpia y expansiva que se lleva, estilo banda sonora de “Drive”, para confesarse. Entre los aciertos, destacan los singles “Mexican Aftershow Party” con su densa atmósfera retrofuturista y “Good Sex” -algo así como si The National hicieran un majestuoso hit pop-, el contagioso riff de guitarra de “Bullshit Ballad”, y el cierre, la bonita “And That’s All I Know”, que podría ser un corte del último trabajo de Future Islands. Aunque “You Gotta Feel It” o “You In Your Were” se acercan a terrenos demasiado obvios, el canadiense sale airoso de su reinvención.
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